HACE MUCHO TIEMPO ATRÁS...
Aún no llegaba a comprender la capacidad del ser humano para ser unos completos idiotas, una completa peste que iba por allí desgastando todo lo que tocan. Bien podrían darle un lápiz y una hoja de papel para llenar con todas sus inconformidades con aquel mundo y le faltaría espació he insultos para sentirse medianamente conforme con ella misma al poder desahogar su desgracia. Quizás era ese síndrome adolescente que te hacia odiar personas, o eran las personas en si que eran odiosas. Lo que bien sabía era que el peor lugar para tener una idea de lo que era la interacción humana y todos sus pros y contras no era donde se encontraba. En una secundaria.
Donde la sociedad adolescente parecía ser la peor de todas las sociedades humanas.
La Pelinegra miró con cara de "Matenme, ahora" a los estúpidos chicos del equipo de fútbol de su escuela que se empujaban unos a otros en el pasillo como auténticos simios. Lanzo de mala gana su bolsa dentro del casillero azul de puerta chirriante que también estaba en la lista de cosas que odiaba. Negó con la cabeza desganada y miró dentro del compartimento antes de cerrarlo con fuerza.
Casi salta para atrás al ver a la persona que se ocultaba detrás de la puerta al cerrarla, con su sonrisa arrogante, su pose de chico despreocupado y sus ojos brillando con picardía. Una persona que de inmediato le causo ganas de golpear su cabeza contra alguna pared hasta caer inconsciente.
— Hola tú...
Ni siquiera lo dejo terminar.
— Largate ahora, sino quieres que te rompa algo — saltó a la defensiva la muchacha alzando su escuálido brazo mostrando su puño a aquel castaño, quien alzo ambas manos divertido, como si el puño con el que se le amenazaba fuera un arma mortal.
— Oye tranquila fiera, solo quería saludar — se defendió él poniendo su mejor cara de inocente.
Solo quería saludar, sus palabras de siempre para darle paso a sus vagos intentos de coqueteó de todos los días, ¿Exageraria si decía que a la misma hora? Quizás si, pero aquel muchacho no se rendía y parecía ignorar los constantes rechazos de la chica. Él era cabeza dura y no estaba acostumbrado a recibir un no por respuesta, por lo que quizás no se cansaría de insistir hasta que ella acepte o bien como siempre amenazaba ella, hasta que le rompa algo. Aunque siquiera con eso él dejaría de intentarlo. Llamenlo acosador, masoquista o insistente, a él le gustaba ella y no pensaba rendirse.
La castaña rodó los ojos al ver como aquel intento de ser humano, le sonreía. El idiota tenía fama de ser todo un casanova y se había encaprichado con ella por ser la única chica de aquel instituto a la que no le importaba ni en lo más mínimo cumplir los caprichos del niño rico de Papi. Claro que ella no sabía que las intenciones del Joven no eran malas.
Pero su reputación le precede.
— Mira tonto... — los insultos aún no se le daban muy bien — Ser humano. Lo menos que quiero hacer ahora es ver tu fea cara.
— ¿Mi fea cara? ¿Qué no me has visto bien? Soy hermoso — Ella lo miró con los ojos entrecerrados con las mejillas levemente coloradas por la molestia.
— Lo único que te he visto es el ego que cada día parece crecer más.
Pase a sus palabras que iban con toda intención de molestarlo, el sonrió coqueto y dio un paso más cerca de ella apoyándose en el casillero aún lado de la cabeza de ella. Que se removió un poco incomoda en su lugar, ¿Hacia calor o solo era ella y sus ganas de lanzarle una patada?
— Entonces si me has visto algo — contraataca él soltando una pequeña risita mientras tomaba uno de los mechones largos de cabello de la chica entre sus dedos y lo colocaba detrás de su oreja. Ella apartó su mano de un manotazo al sentir ese cosquilleo molesto en sus mejillas producto de un sonrojo provocado por la cercanía de él.
Pensó que era lo molesta que estaba en aquel momento lo que producía ese rotortijon molesto en su estomago cada que aquél idiota se le acercaba demás, ¿Eran náuseas quizás? ¿Ganas de golpearlo? Esas nunca faltaban. ¿Incomodidad por ser acosada por aquel insoportable pero atractivo muchacho? Quizás solo se le había pegado aquel virus o enfermedad humana llamada gastritis.
— Vamos mujer, sal conmigo — le propuso dándole una sonrisa de comercial.
Tenía que ser gastritis.
Las palabras de él la sacaron de manera violenta de su burbuja de pensamientos, volviéndola a poner derechita sobre su dos píes allí delante de aquella cosa que el mundo llamaba humano. Se indignó con ella misma, ya que una voz en su cabeza grito Sí tan fuerte que temió a verlo dicho en voz alta. Gracias a Odin no fue así.
Se sintió traicionada por esa pequeña parte de ella que quería ceder ante él.Frunció los labios en una fina linea viendo como el castaño la miraba con suma atención, esperando su respuesta con un poco de ilusión. Ilusión que ella se encargo de romper con un pequeño gruñido de frustración.
— Estás bien demente si crees que saldré contigo — le pinchaba con su dedo el pecho con cada palabra que soltaba, asiéndolo retroceder de a pequeños pasitos hasta estar ahorra él acorralado contra el casillero. Él solo sonrió y cogió su mano entre las suyas deteniéndola, sin embargo esta no paro de hablar — Ni en un millón de años aceptaría salir con un tonto, fanfarrón, ególatra...
— Bien parecido, filántropo y... — la miró con esa sonrisita fastidiosa y ciertamente encantadora que ella tanto odiaba, por eso, por que le resultaba encantadora — futuro esposo.
Se zafó de su agarré con brusquedad y golpeo con la palma de su mano la frente del pobre chico, quien gimió de dolor tocando el área golpeada un tanto confundido con la pequeña descarga eléctrica que sintió en el momento del golpe. Se sintió como si hubiera metido un dedo en un toma corriente y lo hubiera sacado con rapidez, dejando solo la sensación de ardor en la zona.
Ignoró aquello por momentos mientras veía como ella retrocedía unos pasos hacia atrás. No supo si fue por el golpe o por otra cosa, pero juro ver un destello verde en los ojos de ella que se fue tan rápido como llegó.
— ¡Estas loco! — chilló ella asiéndolo volver a la realidad, dejando de sobar su frente — Dejame tranquila... ¡Troll!
Lo último lo soltó atropelladamente, sin poder pensar en un buen insultó antes de emprender la huida por el pasillo ahora vacío de el instituto.
Pase a los gritos, el golpe, los insultos y los demás gritos. Como él prometió, no se rindió
— ¡No huyas de mi, encanto! — Le gritó tratando de ir tras ella, pero la chica al sólo escucharlo comenzó a trotar para alejarse de él con rapidez. Bien, ya estaba llegando al nivel de acosador, se dijo él deteniéndose para negar con la cabeza antes de seguirla — ¡No puedes negar nuestro amor! — gritó llamando la atención de algunos alumnos que aparecieron al doblar en un pasillo.
La castaña logro perderlo de vista al acelerar su corrida y doblar en otro pasillo, sin embargo antes de encerrarse en el armario de las escobas, logro escucharlo gritar desde el pasillo.
— ¡Ya aceptaras salir conmigo, como que me llamo Tony Stark!
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Distinct
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Distinct - Tony Stark
Fanfiction¿Ser una princesa Asgardiana o vivir entre mortales? Su cuerpo pertenecía a Asgard, pero su corazón deseaba ser parte de Midgard. Y eso el Padre de Todo lo sabía. Aunque algunas cosas de su vida en Midgard le parecían estúpidas, ella adoraba llev...