CUATRO

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Todos salieron disparados en distintas direcciones mientras vidrio y pedazos de metal caían por todos lados. La cabeza de Serena fue a dar contra una de las paredes, golpeándose con fuerza y dejándole desorientada. Tony y Steve cayeron no tan lejos de ella, uno al lado del otro. Fury había caído casi sobre una de las mesas, y Natasha y Bruce habían sido los que peor la tuvieron, siendo disparados del laboratorio a través de una ventana.

La pelinegra soltó un jadeo aún en el suelo, alzando la cabeza tratando de mirar a través del humo a su alrededor, las alarmas esperaron a escucharse por todos lados. Unas manos tiraron de sus brazos colocándola sobre sus dos pies, cuando el pitido en sus oídos al fin desapareció, fue que pudo escuchar a alguien gritando su nombre por sobre todo el ruido. Había sido un buen golpe.

—¡Serena! ¡Eh, vuelve! — Tony la sacudió levemente para traerla a la realidad. Serena no lo miraba a él, observaba a su alrededor con la mirada desenfocada. Pero ante aquél grito pudo volver en si —¿Estás...

—Estoy bien — se apresura a responder sacudiendo la cabeza, se llevo una mano a la frente y resoplo. Hacia ya mucho tiempo que no llevaba uno de esos golpes tan contundentes. Alzó la vista para encontrarse de frente con los ojos cargados de preocupación del castaño —Tony, estoy bien.

—¿Sí? Dicelo a la pared que saludaste con un cabezazo — ironizó acercando sus manos hacia ella hasta ponerlas a cada lado de su cuello, empezando a escanear su rostro con ojos atentos a cualquier indicio de una herida.

—Ya, ya. Mirame — tomó su mentón para que se enfocara en sus ojos. En el rostro de él había un marcado ceño fruncido —Estoy bien. Recuerda que soy mucho más resistente que tú — Tony iba a quejarse cuando ella se distrajo mirando al rededor—¿Pero dónde dejaste al otro?

Y como invocado, Steve apareció de entre el humo sacudiéndose el polvo y mirando a su alrededor con la boca semiabierta. Al encontrarlos a ambos frente a él dejo salir un suspiro aliviado. Se dirigió con rapidez a Tony.

—Deberías ponerte tu traje — recomendó jadeante.

Y la pelinegra esta vez no dudo en estar de acuerdo.

—Bien, ve por tu armadura, rápido — le dijo dando dos pasos lejos de él y desvío su atención hacia ningún punto en especifico del destrozado laboratorio —Yo iré por el cetro — murmuró entre dientes haciendo un además de alejarse corriendo.

La mano de Tony se cerro en su antebrazo, tirando de ella antes de que se alejara más. La miro con cautela —Y como tú los que nos atacaron también irán tras el cetro, no iras sola — sentenció, tratando de ocultar su preocupación con un tono de voz firme.

Las cejas de Serena se juntaron —¿Se te olvida quien te enseño a dar un buen puñetazo? — respondió con obviedad, soltándose de su agarre. El castaño abrió la boca —Y ni se te ocurra decir Happy — señaló —Ahora ve por tu traje, estas desprotegido sin él.

Dicho eso se alejo con rapidez de ellos antes de que Tony la volviera a detener y fue directamente hacia donde el cetro de Loki había estado con anterioridad. Vio por el rabillo del ojo como Steve sacaba a su esposo por las puertas y ella no hizo más que suspirar. Miró hacia abajo y maldijo, donde antes estaba el cetro ahora había un hueco en el suelo de metal y en el fondo de este bajo unos escombros, el destello de la dichosa vara brillante se asomaba.

Escucho un jadeo y giro su cabeza en aquella dirección, Fury reaccionaba. Miró de Fury al cetro tres veces antes de rodar los ojos y correr a ayudar al moreno.

—Debiste suponer que algo así pasaría — fue lo primero que le dijo ayudándolo a apartar unos escombros de él. Fury la miró fulminándola con su único ojo por aquel comentario que, en el fondo, bien sabía tenia razón. Por eso le molestaba tanto.

Distinct - Tony Stark Donde viven las historias. Descúbrelo ahora