Last time [Parte I] ©

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Siempre se me ha dado bien huir de las cosas que puedan lastimarme. Es mi patético método de defensa que hasta al día de hoy me ha protegido de sufrir... de nuevo. Las amistades duraderas; las personas que quieren entrar en mi vida para dejar huella, los amores... Son cosas que desde la universidad me he evitado para no volver a caer en otro hoyo de decepciones y corazones rotos. Sin embargo, por más que me esfuerce en ello siempre tengo la sensación de seguir en las profundidades de ese principal hoyo del cuál fui víctima, y por más que quiera escapar nunca consigo cómo llegar a la cima.

No puedo caer en otro hoyo si siempre sigo atrapada en el mismo.

Ya no son semanas, ni siquiera días; dentro de unas horas estaré de nuevo viviendo la vida que escogí, lejos de mis verdaderos amigos y lejos del hombre que amo. No sé por qué no puedo sacarme de la cabeza la sensación de estar cometiendo un gran error.

El olor a orina entremezclado con el alcohol y otras sustancias, impregnan mis fosas nasales de una manera intensa volviendo mis ansias por salir de aquí aún más sofocantes. De repente los aseos portátiles me habían parecido un perfecto lugar para esconderme, pero no llevo ni un minuto de pie aquí dentro y ya me siento asfixiada.

Sin detenerme a pensarlo, salgo del baño caminando tan rápido que tropiezo con una pareja de adolescentes que seguramente aún no tienen edad para las botellas que llevan en las manos, y mucho menos para llevar las camisas flojas y rastros de labial rojo recorriendo las comisuras de sus bocas hasta más allá del cuello; la chica lleva el cabello lacio y largo todo alborotado, de un tono azul más oscuro que el mío; y el chico igual lleva sus puntas negras tirando en todas las direcciones posibles. Estoy segura que ninguno de los dos son conscientes que tienen el más puro aspecto post-sexo. Ni siquiera parecen notar mi expresión aterrada, y sus caras tan felices inesperadamente me irritan y termino quitándole la cerveza medio llena a uno de ellos para dar un sorbo y seguir huyendo. Cuando el líquido ámbar se acaba, mis pies se detienen en la arena al tiempo que mis ojos arden desesperados otra vez.

Es increíble cómo algunas personas disfrutan la vida desde el inicio, mientras otros llevamos años y años de fracasos. Cuando yo tenía esa edad ni siquiera salía de mi casa, y eso que tenía un supuesto novio. Lo más triste de eso es que ahora a mis veinticinco años miro hacia atrás y ni siquiera soy capaz de encontrar ningún momento que haya valido la pena después de él; es como si el tiempo se hubiese detenido estos siete años y hubiera vivido en modo automático hasta estas vacaciones, porque cuando estoy con Gray todo es diferente; sí siento que las cosas valen la pena, me siento viva, como si todo fuera correcto al estar a su lado. Ahora viene una temporada de ausencia mucho más larga que la última y la sensación de volver a eso, es tan incorrecta, que tengo miedo de que pase.

Siempre pensé que cuando volvería ver a Gray lo encontraría con muchas versiones suyas mezcladas con Ultear o cualquier otra mujer; me imagino que después de otros diez años más en el que no nos veamos, no solo ya tendrá hijos, sino también un perro, dos gatos, una casa de tres plantas, dos coches..., y todo lo que en mis sueños él y yo planeamos tener.

Se necesita más que palabras inciertas, gestos ya vistos y canciones oportunas para ceder a lo que de verdad quiero. Si hubiera hecho lo que mi corazón me pedía a gritos minutos atrás antes de salir huyendo, dentro de más de diez años, además de encontrar a Gray con todo aquello, me encontraría con una mirada cargada de lástima viendo en mí el recuerdo de aquella mujer que sin razón alguna se enamoró incondicionalmente de él, y que por más que lo había intentado no podía sentir lo mismo. Porque creo que finalmente esa es nuestra historia de amor fallido: yo soy la que se enamoró cuando no había razones para hacerlo, y él fue el que a su manera intentó darme el amor que yo quería; aunque al final nadie pueda engañar al corazón y ambos teníamos que desviarnos hacia los caminos correctos...