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Más que molesta, entré en un estado de desenchufe total apenas Lucy me dijo que nos iríamos a un pueblo de Inglaterra, Newquay, a pasar nuestras vacaciones de verano todos juntos como un grupo de buenos amigos. Desde entonces no he sido consciente de lo que he dicho o de cómo he reaccionado, hasta que estuvimos en el avión y de repente empecé a darme cuenta que los demás me miraban como si yo fuera la mismísima Wednesday Addams; con miedo de acercarse a mí o de decirme lo que pensaban.

Agradezco a todos los Dioses el que Natsu tenga un problema con los transportes aéreos y se maré cada vez que sube en uno, porque de lo contrario, durante el vuelo Lucy no hubiera mantenido toda su atención en mimar a su esposo y hubiera querido hablar conmigo acerca de mi brusco cambio de humor ante mi sorpresa, y no me sentía preparada para entablar una conversación en esos momentos; estaba muy ocupada pensando en el giro enorme que estaba tomando mi vida desde que decidí pisar Reino Unido otra vez.

Si una semana atrás alguien me hubiese dicho que terminaría pasando las vacaciones de verano con los mejores amigos de mi mejor amiga que resultan ser mis viejos amigos de Londres en los cuales se encuentra mi exnovio, Gray Fullbuster, hubiera quedado confundida por el trabalenguas pero me hubiera rehusado DE INMEDIATO nada más al escuchar el nombre de Gray.

Lucy supo hacer muy bien las cosas.

Sabía que si me decía directamente lo de este viaje amistoso, yo me rehusaría sin pensar. Es obvio que no fui arrastrada a Newquay con Gray y los demás porque las situaciones lo requerían; esto estuvo más que planeado. Lucy quería que pasaramos unas vacaciones con los viejos amigos y me incluyó en el saco obviando por completo mis problemas emocionales con Gray.

Lo que nos lleva a su dichoso plan para superarlo, el cual estoy empezando a pensar que solo fue una artimaña para que yo tuviera un hilo de «ventajas de pasar el verano con tu exnovio» al cual agarrarme. Porque, desde luego, el que ahora vaya a despertarme viendo a Gray en la misma casa TODOS LOS DÍAS y en diferentes situaciones, no va a ayudarme en nada a dejar de sentir lo que siento.

SITUACIONES como las de ahora, en la que hemos venido a una de las playas más bonitas de Newquay nada más dejar nuestras maletas en la casa donde nos vamos a alojar este verano, y estoy viendo el cuerpo semidesnudo de Gray...

La última vez que vi su cuerpo, era delgado con músculos suaves y sin vello por ningún lado. Ahora su torso desnudo te revela músculos marcados y duros, lejos de estar delgado se ve bastante grande, hay un camino de vello incipiente que va desde su hombligo hasta... Dios, y se le marca un trasero y un... que... que... me provoca odiarme infinitamente por sentirme excitada de verlo. Es más, ni DEBERÍA estar observándolo porque él es zona prohibida.

Así es, Gray Fullbuster es zona prohibida para ti, Juvia.

Una zona electrificada y totalmente destructiva si te atreves a fijarte más de la cuenta en su físico.

En tu caso, observar el menú aunque estés a dieta, no es una opción.

Por desgracia y para mi total curiosidad, ha venido sin su mujer. No me entra bien en la cabeza que un hombre esté dispuesto a pasar casi tres meses con sus amigos bien lejos de su novia cuando estamos en vacaciones y las parejas deberían aprovechar más estos momentos para divertirse juntos; pero, oye, de todos modos eso no es asunto mío. Lo que sí me desfavorece de que Ultear no esté aquí, es que mi cuerpo y mis sentimientos se sienten más cómodos con la cercanía de Gray así; sin la mujer que provocó nuestra unión y nuestro separamiento.

De repente me imagino cuántas veces Ultear no habrá pasado sus manos, su boca y lo que no es boca porque todo ese tonificado cuerpo de Gray, volviéndolo loco por su tacto como aquella vez que los vi a la salida del instituto...

Last time [Parte I] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora