Parte 1 | CAPÍTULO ONCE

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Parte 1 | CAPÍTULO ONCE

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Hogsmeade era justo como cada vez que Izar iba. Tumultuosa, movida y llena de gente grosera. Esto era justamente por qué Izar evitaba los paseos a Hogsmeade. Su túnica le cubría el rostro mientras se deslizaba entre la multitud hacia Cabeza de Puerco. Si alguien lo reconocía atraería atención y lo más probable era que lo siguieran algunos estudiantes. Estudiantes o incluso adultos.

Siseó furioso a una mujer que le dio un codazo en el estómago. "¡Mantén tus codos pegados al cuerpo cuando camines, horrible mujer!" gruño Izar ganándose una fría mirada de la bruja.

Se agachó el resto del camino entre la gente y finalmente llegó a la vieja y raída puerta de Cabeza de Puerco. Estaba allí, pero ¿estaba listo?

Sintiéndose ridículo por dudar Izar abrió la puerta, ésta emitió el familiar chirrido. Había estado en la Cabeza de Puerco algunas veces antes, encontraba en el viejo pub un extraño escape. Sí, la clientela era algo dudosa pero eso era bueno. La mayoría de los estudiantes huían del pub lo más rápido que podían. Ningún bullicioso niño estaría por aquí.

Aberforth Dumbledore estaba parado detrás de la barra, sus ojos hundidos observaban a Izar mientras éste se bajaba la capucha. Una vez que se hubo mostrado Aberforth sonrió. Pero él no era el único complacido de verlo allí. Un hombre sentado al lado de la puerta tosió, sus viles ojos estudiando a Izar compulsivamente.

"Hola pequeño," susurró riéndose sólo para que Izar lo oyera. Miró hacia ambos lados y a un hombre inclinado sobre una gran jarra de alcohol, a Izar le llamó la atención la sonrisa del hombre. Sus dientes estaban podridos y sus labios agrietados, lo único que podía ver entre la capucha del extraño.

"Hola Aberforth," lo saludó suavemente pasando delante del vago y abriéndose paso graciosamente hasta la barra vacía. Se negó a mirar al resto de los clientes allí sentados, no iba a enfrentar a su padre. Dejaría que Regulus se acercase a él, no de otra manera.

Izar trató de evitar que su única túnica decente rozara el suelo. El piso estaba tan sucio; parecía como si el pub hubiera sido construido sobre tierra. Con la parte trasera de la mano sacudió la mugre del taburete antes de sentarse.

"Izar," gruñó Aberforth, sus manos ocupadas mientras limpiaba una jarra que había visto mejores días. Izar miró el movimiento del trapo sucio mientras éste entraba y salía. "Oí que te has conseguido algo de gloria," o algo así fue lo que oyó entre los murmullos del hombre. Era difícil escucharlo por la tupida barba.

"Sí," dijo arrastrando las palabras. "Gloria eterna."

Los ojos azul brillante del hombre rivalizaron con los de su hermano mientras evaluaba a Izar. "No muy feliz con la selección supongo."

Izar le mostró una pequeña sonrisa "¿Qué te hizo pensar eso?"

Aberforth gruñó tomando el limpio o semilimpio vaso y llenándolo de un líquido amarillento. "¿Por qué no tomas una cerveza de mantequilla? Va por mi cuenta." El hombre le pasó el jarro sobre la barra, el líquido volcándose por el borde mientras Izar lo detenía con la palma de la mano. Se quedó mirando el vaso sucio algo sorprendido. Aberforth no era conocido por dar bebidas gratis.

"No, no, puedo pagar por ella..." soltó inseguro, sus manos buscando sus bolsillos. Sabía que no tenía dinero con él. Pero rayos ¿Cuándo tenía dinero con él?

Death Of Today - TomarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora