Death Of Today - Tomarry

Parte 2 | CAPÍTULO VEINTIOCHO

Nota de Autor: Sé que es sorprendente pero va a haber una escena algo tierna entre Voldemort e Izar. En realidad, yo estoy sorprendido de cuanto tiempo permanecieron neutrales.

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Parte 2 | CAPÍTULO VEINTIOCHO

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Pasaron horas y parecía seguir lloviendo diminutos pedazos de hielo. De a momentos los bordes filosos caían sobre el rostro de Izar cortando la tersa piel. Las gotas de sangre resbalaban por sus mejillas y caían sobre la nieve. En cuanto una gota llegaba al suelo el corte en su rostro ya estaba curado.

El heredero Black estaba arrodillado sobre la nieve e inclinado sobre un cadáver carbonizado. Tenía una mano apoyada sobre los quebradizos dedos de su tío y la otra sobre el frío suelo. Se tendió presionando su mejilla sobre el hielo y observando la espantosa calavera negra. No sabía cuánto había estado ahí echado, cuánto tiempo había estado mirando a su tío. Y el hombre no iba a moverse.

Izar suspiró frunciendo y relajando los labios. El sol se había alzado y ocultado, imitando su estado de ánimo.

Nunca antes había experimentado una pérdida. La sensación de perder a alguien tan cercano a él le ardía por dentro y dejaba un vacío que sabía nunca podría llenar. Sirius había sido alguien en su vida que le había enseñado a tomarse las cosas con ligereza, que el humor estaba presente en toda circunstancia. También había sido incondicionalmente leal, el hombre más confiable que Izar había conocido. Aunque su aura siempre había buscado la oscuridad, su personalidad era pura—apartada de las crueldades del mundo.

Los recuerdos se Sirius siempre permanecerían con Izar, sin importar cuánto sobreviviera la eternidad; la manera en que había caminado con tanta habilidad sobre los tacos, como siempre lo llamaba 'chico' y se negaba a dejarle creer que su familia no lo amaba. Cosas tan pequeñas, memorias tan insignificantes—pero tan atesoradas por Izar.

Las horas de frustración e ira trajeron también aceptación. Izar no tenía dudas de que podría haber prevenido la muerte de Sirius. Tampoco de que él había sido quien lo había matado. Pero... ambos peleaban por lo que creían y eso los colocaba en lados opuestos del campo de batalla. Sirius había volado libre la noche en que Izar lo liberó de su promesa en el Callejón Diagon. Sus ojos habían recuperado ese brillo y volvía a tener esa actitud despreocupada y alegre.

Sirius murió por su causa, por sus creencias, y para Izar esa era a muerte más honorable.

Le había hecho la promesa a Regulus de que encontraría la manera de proteger a Sirius y luchar por el lado oscuro al mismo tiempo. Ahora que lo pensaba, había sido una promesa tonta e inocente. ¿No había sido ayer o el día anterior que le había advertido a Draco de lo mismo? Izar se preguntaba por qué Regulus había avalado una idea tan inconsciente. Claro que su padre había sido quien había tratado de explicarle lo que ahora se estaba dando cuenta

Regulus había pasado por lo mismo. Intentó tener a Lily—una familia—y al mismo tiempo apoyar al Señor Oscuro. Su decisión de tratar de aferrarse a ambos terminó en tragedia.

Izar cerró los ojos sintiendo como sus heladas pestañas rozaban la piel debajo de sus ojos. La muerte de Sirius también le había revelado una amarga realidad. Si no se había dado cuenta antes de lo solitaria de la inmortalidad, ahora sí lo hacía. Se compadecía de Tom Riddle y sentía lástima por él. Cómo había temido tanto la muerte como para elegir una eternidad de soledad. Ahora, más que nunca, podía entender la verdadera razón por la que Voldemort quería un compañero. Era para mantenerse sano y también para tener compañía.