Capitulo 3.

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Me desperté y tenía un montón de sueño. Miré la hora, eran las 3:30 de la mañana y alguien tocaba a la puerta de mi cuarto. Me levanté con muy pocas ganas y abrí la puerta para encontrarme a Skylinn con su peluche abrazándolo a más no poder.

 — ¿Qué haces aquí, princesa? – Pregunté cogiéndola en mis brazos.

— He tenido una pesadilla. – Parecía que iba a llorar de un momento a otro.

— Venga, vamos a dormir. Hoy te puedes quedar aquí.  – Dije cogiendo la manta y metiendo a mi hermana dentro de mi cama, al igual que yo.

— Gasias hermanita. – Dijo en un susurró detrás de mi y sonreí.

— Buenas noches, Sky. 

— Uenas noches manita.

(...)

Oía como alguien me llamaba y no paraba. Me desperté y vi a mi madre de brazos cruzados en el marco de la puerta.

— ¿Qué? – Pregunté con los ojos semi cerrados y con la voz ronca.

— ¿Que te tengo dicho de dejar dormir a tu hermana en tu cama? 

 — Pero es que tuvo una pesadilla, no es mi culpa.

— Pero ya sabes que si la dejas dormir más tiempo aquí, no se acostumbrará a su cama.

— Pues vale, ya no la dejaré estar más aquí. – Dije rendida. Cerré otra vez los ojos y tapándome más con la manta.

— Vamos Skylinn, deja dormir a tu hermana y tú y yo nos vamos de compras. – Dijo mi madre y noté como le cogía de la mano a mi hermana, esta última seguía llevando su peluche.

— ¿De compras? Yo también quiero. – Dije corriendo levantándome de la cama y mi madre rió.

— Entonces vístete. – Asentí.

Me metí rápidamente en la ducha, hoy era sábado y no tenía nada que hacer por lo tanto no quería meterme todo el día en twitter y ver a todas las chicas que van a ir al WWAT y deprimirme. Me puse una camiseta de manga corta que ponía LOVE, unos shorts vaqueros con mis vans azules. Cuando ya estaba lista, bajé hasta el salón y ya estaba mi madre con mi hermana preparadas para irnos.

— ¿Nos vamos ya? – Pregunté impaciente, necesitaba ropa.

— Sí, vamos.

Nos metimos en el coche. Mi hermana se sentaba detrás con su silleta y yo delante con mi madre.

— Tina va al concierto, mamá.  – Dije para intentar convencerla de ir al concierto. A mi madre siempre le hablo de Tina y que tengo muchas ganas de conocerla, etc.

— No empieces otra vez, Bo. – Suspiró mi madre.

— Es que, no lo entiendo. Voy a cumplir 16 años un día antes del concierto, me dejarán pasar sola.

— ¿Y tu hermana, qué? ¿Tirada por ahí como si nada?

— No, se quedará aquí, en casa de la abuela. – Negó con la cabeza y suspiré frustrada.

— Las cosas no funcionan así, Bo.

— Nunca lo hacen. – Susurré de mala gana mirando por la ventana.

Mi madre aparcó en el parking y nos bajamos del coche. Estuvimos caminando por todo el centro comercial hasta que vi un conjunto precioso. Era una camiseta finita de color azul, con unos shorts vaqueros desteñidos y con un cinturón a juego.

— Mamá, lo quiero. – Dije mirando aún el conjunto.

— Pruébatelo.

Entramos y me probé el conjunto, me quedaba perfecto. Le estuve suplicando a mi madre para comprarlo y al final me lo compró. Seguimos mirando y mi hermana se metió en la tienda Disney, mi madre nos dijo que ella se iba a mirar otras cosas y yo me quedé con mi hermana allí, con tantos animales y princesas por en medio.

— ¿Agotador, verdad? – Preguntó una voz masculina detrás de mi y me giré de golpe para verlo. Castaño con ojos verdes, muy guapo, la verdad. Sonreí.

— Yo he venido con mi hermana, mi madre me ha obligado.

— Yo con mi hermana también. – Sonrió, juro que tenía una sonrisa preciosa.

— Mi nombre es Bo.

— Yo me llamo Edward. – Se acercó a mi y me dio dos besos, me quedé en shock, que guapo era.

— ¡BO! ¡Vamos! – Gritó mi madre desde fuera de la tienda. Mierda.

Busqué a Skylinn que estaba con otra niña pequeña, resultó ser la hermana de Edward.

— Nos vemos otro día, ¿no? – Me preguntó con su perfecta sonrisa.

— Supongo. Me tengo que ir, un gusto haberte conocido, Edward. – Dije a toda prisa y dándole dos besos. Llevaba de la mano a mi hermana y ella se soltó y se fue corriendo a mi madre, como ha pasado tanto tiempo...

— ¿Quién era ese? – Preguntó mi madre, ya empieza a hacer preguntas.

— Un amigo, no importa.

Seguimos mirando por todo el centro y me encontré un par de veces a Edward, pero no me acerqué a él porque mi madre no paraba de espiar todo lo que estaba haciendo, así que no podía hacer nada si no era solo mirarle y sonreírle, él siempre me devolvía la sonrisa.

— Me voy al baño, mamá.

— No tardes, nos vamos ya. – Asentí.

Caminé hacia el baño e iba a entrar hasta que alguien me cogió del brazo a toda fuerza y me empujó a la pared de los baños de chicas.

— Perdón, no te quería hacer daño. – Miré sus ojos verdes arrepentidos y le susurré que no pasaba nada. — Quería saber si me podrías dar tu número y así quedaríamos.

— No doy mi número a desconocidos. – Reí y él aún seguí agarrándome la muñeca, con cuidado se acercó a mi oído y entrelazó nuestros dedos.

— Por favor... – Susurró.

— Dame tu móvil. – Le susurré en su oído.

Me dio su móvil, marqué mi número y me llamé a mi misma, así tendría yo el suyo también.

— Ya está, tú tienes el mío y yo el tuyo. – Sonreí y miré sus preciosos ojos.

— Esta tarde te llamo. – Susurró en mi oído y me dio un fugaz beso en la mejilla para luego salir por la puerta. Suspiré y salí del baño también.

Busqué a mi madre y mi hermana con la mirada y seguían en la misma tienda que antes.

— Ya nos podemos ir. – Dijo mi madre y nos fuimos al parking.

Llegamos al coche y pusimos rumbo a casa, no me podía sacar a Edward de la cabeza, ¿y si era un asesino? ¿Y si las apariencias engañanan? Me arrepiento de haberle dado mi número...

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¡HOLIS! Edward es un pillín. JAJAJAJAJA. Bueno, espero que estéis disfrutando de esta novela y que dentro de 2 o 3 capítulos saldrá Niall, supongo. JAJAJAJA. En la multimedia os dejo una foto de Edward.

Un besiiiiiiiiiito, Lauri .xxx

PD: Seguidme en twitter: @Lauxbo

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