✘Capitulo 5✘

363 35 0
                                    

Dana

Terminamos de comer y corro a cepillarme los dientes, e incluso me pongo desodorante y un toque de maquillaje algo ligero que no se note. Higiene ante todo. Miro mi ropa interior, ¿bueno no está mal no? Vale la ropa interior está guay, pero mi camisa personalizada y mi chándal de andar por casa no me parece ahora tan buena idea.

-¡¿Sabes que puedo saber que estás haciendo aunque no entre en tu cabeza verdad?! - grita Kail con voz burlona desde la cocina.

Mierda. No me acordaba. Realmente muchas veces no me paro a pensar que es un demonio.

Salgo del baño con mi mejor cara y lo ayudo a recoger la cocina. En lo que recogemos me roza "casualmente" en varias ocasiones, nuestros ojos se encuentras sin querer y nos sonreímos como tontos. Lo que solo consigue ponerme más nerviosa.

-Listo. - dice secándose las manos después de haber fregado los platos.

-Pues ya está. - digo tensa. Kail suelta una carcajada y me lanza el paño a la cara.

Sorprendentemente lo atrapo antes de que impacte. ¿Pero que coño me pasa hoy? No suelo tener reflejos. Decido ignorar este suceso y concentrarme en Kail para no parecer nerviosa.

-Vale, necesitas ir a cepillarte los dientes otra vez y ponerte desodorante o ¿ya está todo en orden? - pregunta riéndose.

-Eres idiota. - aseguro lanzándole el paño de vuelta. Pudo pararlo perfectamente, pero deja que se estrelle en su cara para hacerme reír.

-Ven aquí. - dice abriendo los brazos.

Me acerco demasiado rápido para mi gusto. Claro Dana, que no se te note lo de desesperada. Kail suelta una carcajada y escondo mi cara en su pecho.

-No es buen momento para cotillear mi cabeza. - mi voz suena amortiguada por estar escondida en él.

-Es el mejor momento, creeme. - acaricia mi espalda, apretandome contra él.

Con una mano sube mi barbilla obligándome a mirarlo a los ojos y acaricia mi mejilla con tanta ternura que el corazón se me estruja. Me mira detenidamente como si quisiera guardar cada detalle de mi rostro. Cierro los ojos intentando relajarme.

-Mirame amor. - susurra.

Me obligo a hacer lo que me dice y le sonrío débilmente.

-Eres tan bonita. - dice casi con adoración.

¿Bonita?  ¿Yo? A ver sé que no soy fea, pero ¿él se ha visto? Que un tío como él me diga eso me parece hasta gracioso, teniendo en cuenta que es como un maldito dios griego.

Baja su mano hasta la parte interna de mis rodillas y tira de mi suavemente, me dejo cargar enrollando mis piernas en su cadera.

Camina hasta mi habitación sin separar la vista de mis ojos y de una patada cierra la puerta. Me deja en el suelo y entrelaza nuestros dedos al instante.

-Cuando no quieras que siga solo dilo, no pasará nada si no quieres seguir, ¿vale?

Asiento mordiendo mi labio inferior y me acerco poniendome de puntillas para llegar a sus labios.

Bendito aire que nos hace separarnos para no asfixiarnos. Kail coge el borde de mi camisa y me mira esperando una aprobación, no hago nada y se lo toma como un si.

Me la quita lanzandola a un lado de la habitación. Me acaricia los brazos hacia arriba hasta llegar a mi cuello y luego se inclina dejando una estela de besos hasta mi mandíbula, para después dejar un casto beso en mis labios.

Abismo (Inferno II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora