✘Capitulo 8✘

334 30 2
                                    


Kail

Espero impaciente a que sea la hora. Camino de arriba abajo por el apartamento. Incluso he recogido su habitación. Mi ropa ya no está esparcida por el suelo. La he puesto sobre una silla. ¿Eso cuenta como recoger no? 

-Tío para de una vez. - me interrumpe Eyden.

-No va a venir. - digo por millonésima vez.

-Que si. - Lia pone los ojos en blanco.

La puerta suena y corro a abrir, pero tan solo son Alis y Daeve. Mi cara de decepción es tan visible, no me molesto en ocultarla.

-Emm hola, nos alegramos también de verte ehhh Kail. - dice Alis entrando.

Ya no parece tenernos miedo, aunque su confianza en nosotros sigue siendo nula.

La ignoro por completo y cuando estoy apunto de cerrar la puerta la oigo. Su risa.

Pero lo que veo no me gusta ni un pelo. ¿Qué coño hace con ese cabrón? Y viene riendo con él como si nada. Lo voy a matar.

-Hola. - dice sorprendida de verme en la puerta.

Me quedo mirándolos un segundo, sonrió de lado y les cierro la puerta en la cara.

Ha estado pasando de mi por él, pues bien que se vayan a la mierda los dos.

-¿Quién era? - pregunta Eyden.

-Los ancianitos de abajo. - me encojo de hombros.

La puerta suena de nuevo y me giro otra vez para abrir. Dana me mira como si me hubiera salido otra cabeza y James tan solo pone los ojos en blanco.

-No, lo siento aquí no vive Luisa. - digo amablemente y les vuelvo a cerrar en la cara.

-Kail... - me dice Lia con tono acusatorio.

Joder, ¿no pueden irse y ya está? Si tengo que aguantar esta maldita reunión viéndolos juntos perderé el puto control. Sinceramente no quiero verla, no quiero tenerla cerca. Yo partiéndome la cabeza pensando en qué la había cagado esta vez y era que estaba con otro...

La puerta vuelve a sonar y me dirijo de nuevo a abrir con la sonrisa más falsa que soy capaz de poner. Pero Lia se pone delante de mi en menos de un segundo y abre la puerta.

-Así que las viejecitas de abajo y alguien preguntando por Luisa... - dice poniendo los brazos en jarra.

La ignoro y me siento en el puto sofá. Dana intenta sentarse a mi lado, pero me estiro evitando su acercamiento. Pone cara de decepción y se sienta en el sillón de en frente. ¿Ahora quiere acercarse a mi? Yo también se jugar a "quiero mi espacio".

-Esperemos unos minutos más por Amelie. - dice Daeve.

Vaya esto va mejorando, mi querida madre también viene. Recuerdo haber advertido que no la quería cerca, pero aquí nadie me toma en cuenta por lo que se ve.

James no se ha sentado se a quedado de pie, tras el asiento de Dana. Definitivamente lo mataré. Y pienso disfrutar de ello.

Cuando Amelie llega yo ya estoy a punto de explotar. Daeve empieza la reunión hablando de los nuevos aliados y yo me dedico a ignorarlo. Al fin y al cabo solo accedí a esta reunión buscando acercarme a Dana.

Siento que alguien me está mirando y levanto la vista de mi teléfono, en el cual estaba jugando muy entretenido.

La pillo mirándome y me dirige una sonrisa. Y una mierda. Esto si que no. Me levanto y entro en su habitación dando un portazo.

Me tiro en la cama y me pongo lo cascos con la música a tope. ¿Por qué no he golpeado al idiota ese y no le he gritado a ella?  Fácil, quiero que ella vea lo que se siente cuando te ignoran y te evitan. Ya me encargaré de ese cabrón.

La cama se mueve bajo el peso de alguien. No tengo que abrir los ojos para saber que es ella. Pasan unos minutos y sigue sin moverse por lo que decido mirarla.

Joder, ¿por qué tiene que estar así de guapa? Va vestida con unos vaqueros negros rajados a la rodilla y una camisa blanca ceñida que deja ver sus hombros. Su pelo cae liso y largo hasta su cadera. Se ha maquillado y sus ojos verdes relucen.

Me quito los cascos, pero me niego a ser el primero en hablar.

-¿Podemos hablar? - dice cuando se da cuenta de mi actitud.

-No lo sé, ¿vas a salir huyendo con excusas tontas como has estado haciendo estas semanas?

-No... - baja la cabeza a su regazo y mira sus manos entrelazadas. -Kail yo...

-Si me vas a decir que estás con él mejor ahorratelo porque le arrancaré la cabeza. - le advierto.

-¿Qué? - pregunta confundida. Tarda un rato en comprenderlo y cuando lo hace abre mucho los ojos. -No estoy con James.

Me levanto, necesito largarme a mi apartamento. No quiero sus mentiras.

-Kail, escúchame... - suplica.

-Llevo pidiéndote lo mismo cuatro putas semanas. - digo recogiendo mis cosas y metiéndolas en la mochila de deporte. No cabe mucho, pero un par de mudas entran. En realidad no sé por qué estoy cogiendo mis cosas pudiendo decirle a Eyden que las coja después, ahora hago cosas estúpidas. Genial.

Estoy a punto de salir cuando algo tira de mi suavemente. No es algo físico... ¿Pero qué coño...? Me giro para mirarla y está con los ojos cerrados, muy concentrada.

-¿Has sido tú?

-Tenemos que hablar. - se limita a decir.

-No tengo nada más que hablar contigo Hunter. - digo aunque me he quedado flipando con lo que acaba de hacer.

-Callate y sientate Kail Blake. - dice con voz serena. - No tengo nada con James, nada sentimental al menos. Porque aunque me haya comportado como una novia de mierda en estas semanas sigo queriendo te, pedazo de capullo que me ha cerrado la puerta dos putas veces en la cara.

-Mira en algo has acertado, has sido una novia de mierda últimamente. Y cerrarte la puerta en la cara ha sido muy placentero. - sonrío.

-No me obligues a sentarte.

-¿Es una amenaza?

-Es una advertencia.

Vaya, vine subidita.

-Tienes tres minutos para explicarte. Me quedo de pie, porque sí, aunque sea infantil es mi forma de revelarme.

-Mas que suficiente. En esos tres minutos puedo conseguir más tiempo.

-Lo dudo.

Se acerca y me pilla desprevenido. Junta nuestros labios poniéndose de puntillas. Había extrañado tanto su contacto que se me olvida por completo fingir que me da igual y la agarro firmemente manteniéndola lo más cerca que puedo.

-Ya han pasado los tres minutos. - digo separando mi cara de la de ella.

Aún sigue con los ojos cerrados, fuertemente agarrada a mi camiseta, con las manos en puños, aferrando la tela.

-Habla conmigo, te prometo que tiene sentido y que te amo aunque no lo haya parecido en estos días. - susurra.

-Más te vale que tenga sentido, porque lo mataré como te haya tocado. - gruño besándola de nuevo.

A la mierda hacerme el indiferente. La voy a escuchar y como ese hijo de perra le haya tocado un solo pelo le arrancaré los dedos uno a uno. Contenerse no es lo mio.

Abismo (Inferno II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora