Fueron necesarias aproximadamente tres semanas, pero finalmente llegó el momento en el que su conexión con el poder de la tierra se rompió. Sabía que tenía menos de tres días para descubrir un método para que Arthur no la descubriera... Ese era el tiempo que durarían sus ilusiones antes de que desaparecieran y todo Camelot descubriera la verdad... Sentía que estaba a punto de desmayarse en cualquier momento. Y no solo del cansancio que le suponía no tener su magia, no, sino del miedo constante del descubrimiento.
De nada servían los reaseguros de Gaius de que no se preocupara, ella estaba tan asustada que a duras penas podía respirar.
- ¡Merlín!
La voz del médico había logrado romperse por su pleno ataque de pánico, haciendo que la joven lo mirara asustada. El anciano suspiró, antes de sonreír tristemente.
- Como te estaba intentando decir, he hablado con Arthur. Le he dicho, que tal vez lo mejor por el momento era que volvieras a Ealdor, donde podrías descansar y recuperarte totalmente.
- ¿Y Arthur se lo ha creído?
- Soy el médico de la corte, Merlín, no tiene más remedio que creerme.
- Bien, entonces volveré a Ealdor...
- No.
- ¿No? ¿Entonces a donde voy a ir? No puedo quedarme aquí. La gente sospechará si me voy como un hombre y en su lugar llega una mujer y comienza a vivir aquí.
- Lo sé. Por eso, he ido haciendo ciertas preparaciones, con tal de que puedas permanecer cerca de Camelot y al mismo tiempo estés protegida.
- No entiendo...
- Hay una cabaña en el bosque... No muy lejos de aquí. Con la ayuda de Lancelot, la he ido abasteciendo de todo lo necesario como para que puedas ir a vivir allí... Estarías sola, así que espero que no vayas haciendo travesuras de las tuyas...
- ¿Sola?
- Sí. Por descontado, iría a visitarte cada vez que pueda, y estoy convencido que Lancelot también iría a ver como estabas.
La joven asintió y comenzó a preparar una pequeña bolsa con su ropa, como si fuese ha irse durante una larga temporada... Tenía que resultar creíble, porque cuando le parecía el joven príncipe podía ser demasiado observador. Una vez acabó, miró a su alrededor y no pudo evitar un pequeño sollozo al ver el pequeño cuarto tan vacío, casi parecía que nunca iba a regresar a él.
A la mañana siguiente, se encontró en el patio con Lancelot y sus caballos. Arthur, Gwen y el resto de los caballeros también estaban allí con tal de despedirse, si bien Gwaine estaba poniendo morritos ante la idea de no ser él quien acompañaba a su amigo.
- Merlín, intenta descansar todo lo que sea posible, quiero que te recuperes cuanto antes y regreses aquí. Lancelot, una palabra por favor.
- Recupérate pronto. Te echaré mucho de menos.- Murmuró Gwen mientras la abrazaba con fuerza distrayéndola de forma eficaz de lo que Arthur hablaba con Lancelot.- Dale recuerdos a Hunith.
- Lo haré.
- Merlín, tenemos que irnos... Me gustaría que hubiéramos salido de los bosques antes del anochecer.
- Bien...
Ambos montaron en sus respectivos caballos, y con una última mirada atrás comenzaron a salir del castillo. Era lo suficientemente temprano como para que no hubiera muchas personas en la ciudad, pero aquellos que ya habían comenzado sus quehaceres saludaban alegremente a ambos jinetes... Todo el pueblo sabía quien había formado parte de la misión de rescate cuando Morgana había invadido la ciudad, y estaban agradecidos.
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Lady Emrys
FanfictionMerlin siempre supo que su magia era diferente, pero no hasta el punto de que la pondría a prueba. ¿Pero quien ha dicho que eso sea algo malo? Tal vez ahora pueda mostrarle a Arthur que la magia en si no es malvada. (Fem Merlín) Esta historia tambié...