Capítulo 21

1.6K 152 7
                                    


La aparición del castillo Emrys supuso un alivio para todos los presentes; por fin tenían un lugar donde descansar cómodamente y sin temor a los hombres de Morgana.

A medida que se acercaban tanto Claire como Merlín notaron que había algo diferente, pero ninguna era capaz de un principio de averiguar que era, pero una vez se acercaron lo suficiente resultó toda una sorpresa que donde antes había sido una ligera y pequeña aldea agrícola, ahora era una pequeña ciudad. Nada historiado, ni de casualidad tenía el tamaño de la capital del Reino, pero no tenía nada que ver con la que dejaron meses atrás.

Tan buen punto fueron visibles por la gente de la ciudad comenzaron las murmuraciones, obviamente eran nobles, pero no llevaban ni caballos ni provisiones. No fue hasta que vieron bien a las damas que se levantó un ligero furor.

- ¡Es Lady Emrys!

- ¡Sí, es ella!

- ¡Lady Emrys ha vuelto a casa!

Para cuando llegaron a las puertas del castillo ya había alguien esperándoles, alguien que fue muy bienvenido para los cansados viajeros.

- ¡Madre!

- Bienvenida a casa, hija. Estaréis cansados, pasad y refrescaros.

En el poco tiempo que Hunith había tenido de aviso había hecho mucho más de lo que podían haber esperado, unos sirvientes habían preparado habitaciones, y otro había salido en busca d aun sanador para remendarlos y curarlos.

De hecho, tal había sido la presteza y agilidad a la hora de hacer las preparaciones, que de un principio el Rey llegó a preguntarse que como era posible que su hija no hubiera heredado lo suficiente cuando era su sierva.

Así pues poco tiempo después de haber llegado, se vieron acomodados y con un par de druidas atendiendo las diferentes heridas que habían adquirido durante su lucha y huída de la ciudadela. Mientras Merlín iba recibiendo un informe sobre lo que había ido pasando mientras ella estaba en la capital.

Por lo visto, se había corrido la voz sobre el hecho que el castillo Emrys volvía a estar habitado, y aquello había hecho que antiguos comerciantes hubieran regresado a la zona transformando la aldea en una ciudad... todavía no era como lo fuera antaño, pero poco a poco iba agrandándose. Además, estaban los druidas; estos no se habían instalados dentro de la ciudad, pero varios campamentos habían sido trasladados cerca, ser el lugar de residencia de la mítica Lady Emrys hacía que fuera un lugar muy atractivo, y con el alzamiento de la prohibición a los druidas y a los sanadores, había de su pequeña ciudad un lugar donde a nadie le faltaría atención médica.

- Me alegro que todo vaya bien por aquí madre, pero debemos hacer algo contra Morgana...

- Me cuesta creer que aquella joven tan amable se haya transformado en tal monstruo.

- Y a mí madre, pero aquella Morgana está muerta, y esta no se detendrá ante nada ni nadie. De hecho, el saber de la coexistencia pacífica entre usuarios y no usuarios de la magia, la pondría furiosa.

- Os dejaré pues a vuestras planificaciones.

La mujer sonrió antes de alejarse de la habitación sin siquiera mirar un poco preocupada sobre dejar a su única hija en una habitación llena de hombres. Era lo bueno de saber lo poderosa que era dicha hija.

Durante las próximas horas el Rey y los caballeros organizaron un plan para reconquistar el Reino de manos de Morgana. Era bueno el saber que a pesar de las dificultades y lo poderosa que era su medio hermana podían llevar a cabo la reconquista de Camelot. Era cierto que los sobrepasaban en número, pero sus caballeros eran conocidos por ser los mejores de los cinco reinos, Morgana por el contrario era un asunto diferente. Podrían luchar contra hombres normales, pero la magia...

Lady EmrysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora