Te tengo

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Despierta…

Lena…

¡Despierta!

Abrí los ojos de golpe encontrándome con la mirada preocupada de Kara, entonces supe que la voz que escuchaba, que me decía despierta era de ella, ya no del demente, mi novia acariciaba mi rostro y veo que sus dedos estaban mojados, yo estaba sudando demasiado, ahora lo sentía, me abrazaba mientras yo seguía aferrada a su cintura, así que después de todo sí lo vi, sé que no fue una pesadilla, pues él me tocó, ese maldito estuvo aquí.

-¿Te sientes mejor?—pregunta con la voz más suave que había usado.

-Disculpa por despertarte—pase mis dedos por mi húmedo cabello.

-Estabas sufriendo—me dice mi novia con un semblante distinto—le pedías a alguien que se fuera, creí que no podrías despertar—suspiro con ojos tristes— ¿pesadillas?-

-Sí—la abracé con fuerza—soñé que ese demente estuvo aquí-

Sentí como su cuerpo se tensó, duro como una roca, estaba rodeando con mis brazos a un cuerpo inerte, me alejé de su pecho para verla, tenía la mirada perdida en la pared, no sabría decir que era esa expresión, nunca le había notado un gesto tan indescifrable, de nuevo su cuerpo volvió a la normalidad aunque su rostro no, me miro con el ceño fruncido inspeccionándome.

-Te amo—susurró pasando su pulgar por mi frente sin atisbo de emoción.

-Yo también te amo—tome su dedo besándolo—por favor, dime ¿qué piensas?-

-En… que ella pasó por lo mismo—el escalofrío apareció, sabía que hablaba de Lucy, ahora comprendía su falta de expresiones—yo… no te perderé a ti-

Se levantó de la cama con lentitud como dudando si debería hacerlo o no, abrió uno de los cajones de su cómoda sacando una camisa, la veía con detenimiento, quizás era por su color negro, hasta ahora debo decir, que nunca la he visto con una de ese color, solo de cuadros, suspira señalando la hora en el reloj, al seguir su dedo me doy cuenta de que ya era otro día, las 4:00am. Ella deja la camisa en la cama para abrir otro cajón sacando unos jeans del mismo color, así como su ropa interior, ya decía yo que usaba bóxers como ese.

-Saldré a correr—dijo al fin después de un largo silencio— ¿vienes conmigo?—dice mientras se quita la camisa que llevaba puesta dejándome ver sus cicatrices de nuevo, pero no se detuvo hasta ahí, también se despojó de su pantalón, ahora sí que me perdía en todo su cuerpo, afortunadamente sus marcas solo eran desde sus hombros hasta sus muñecas—hey, niña—sonríe un poco pasando su mano frente a mi cara.

-Oh yo—comienzo a balbucear nerviosa—ya vuelvo—trague saliva—iré a cambiarme-

Torpemente salgo de su cuarto y llegando al mío me veo en el pequeño espejo que tenía, ya decía yo que por algo mi rostro ardía si estaba sumamente sonrojada, que vergüenza que Kara me haya visto de esa manera, mucho más cuando no pude evitar recorrer su cuerpo con una mirada nada inocente debo admitir, pero es que ella es tan hermosa en todo sentido, además no tuvo problema con desvestirse frente a mí, así que ya me tiene confianza, pero yo actué como una pervertida. Al menos verla me hizo olvidarme del horrible recuerdo o de que la he preocupado, lo siento mi linda rubia pero todo sea por nuestro bien.

Suspirando con exageración riéndome por lo bajo, era divertido pensar en que saldríamos a correr justo cuando usé eso la última vez para excusar mi ausencia, me vestí adecuadamente poniéndome una blusa manga larga azul marino, unas pantaloneras negras con el símbolo de la universidad, mis tenis y amarré mi cabello en una cola de caballo; al salir Kara ya estaba lista, se veía bien con ese conjunto deportivo negro, sí que era hermosa.

Yo seré tu humanidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora