Te descubrí y no la tendrás

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Después de 20 minutos parada en medio de la habitación, que me parecieron una eternidad, reaccioné soltando un sonoro soplido mientras que mi corazón se estabilizaba, camine hasta la cocina tomando un poco de agua fría ya que la necesitaba, Kara se había ido furiosa y con pijama hasta ahí había llegado su ira porque eso era, nadie golpea una pared porque sí, ahora que me he recuperado de esa reacción de mi novia decidí marcarle a su número de celular pero para mi sorpresa no se lo había llevado pues escuchaba el tono dentro de su habitación.

-¿Dónde estás Kara?-

Me tiro en el sofá cubriéndome los ojos con mis brazos para contener mis lágrimas, no creí verla tan enojada conmigo, era algo que jamás llegué a imaginar pues siempre era tan linda conmigo pero supongo que rebasé los límites de su paciencia, cuando estaba por levantarme e ir a buscarla la puerta se abrió, por un momento pesé que era ella pero no, era Sam que al verme en ese estado se acerca lentamente un poco nerviosa.

-Hola Sam-

-¿Cómo estás?-

-Tú la viste irse, ¿cierto?—me levanto rápidamente tomándola de las manos—dime, por favor, ¿dónde está?-

-No lo sé, solo la vi salir del edificio furiosa, iba balbuceando palabras que no comprendí e incluso no respondió a los saludos de los profesores, solo se subió al Torino y se marchó—me mira con extrañeza— ¿qué pasó?-

-Debí irme contigo como ella lo pidió—me alejé recargándome en el sofá—está enojada conmigo por intervenir en el interrogatorio, ahora mis padres podrían ser visitados por el FBI y eso era lo quería evitar, la he puesto en un predicamento Sam-

-Vaya que metiste la pata—sonríe sin ganas—sinceramente como la vi no creo que regrese ahora-

-Todo estaba tan bien esta mañana y tuve que arruinarlo-

-Oye—limpia mis lágrimas viéndome a los ojos—todos cometemos errores pero eres inteligente, sabrás enmendar tu error Len-

-Ella tiene razón, soy una niña después de todo—bajo la mirada pero mi amiga vuelve a levantar mi rostro.

-Piensa en algo que la haga feliz—me sonríe con tal brillo en los ojos que me anima—que sea una diosa griega no le impide tener una debilidad, quizás seas tú-

-Ya sé que podría funcionar—y mi ingenio por fin se activa—gracias Sam—la abrazo y ella hace lo mismo—me alegra tener una amiga como tú-

-Y a mí me alegra serte de ayuda—besa mi cabeza—ahora debo irme y dejarte pensar, Winn me espera para algo muy importante-

-De acuerdo, salúdalo de mi parte-

-Nos vemos Luthor-

Sale mi habitación dejándome más tranquila, ella tenía cierta razón al decirme que yo era la felicidad de Kara, mi novia me lo dijo esa vez, así que tendría que usar mis encantos para que su enojo se marchara, esperaba realmente que volviera pronto. Su presencia a pesar de que seguía siendo un tanto intimidante me hacía sentir segura, su sonrisa también así como esos ojos que me miraban como si fuese lo más hermoso del universo, ella creía que no me percataba de ciertos comportamientos suyos pero sé que es parte de personalidad, tal vez perder a su familia siendo una niña la había marcado o aquella razón por la que odiaba los hospitales, ya no sospechaba que mi novia pudiera ser KillerSun a pesar de todo lo que vi en su cuarto en aquella ocasión, esa es una leve espina que solo debía ignorar porque ella fue atacada por el demente.

En mi cuarto me cambié la pijama por una camisa blanca, pantalón beige, zapatos bajos y me arregle el cabello dejándolo suelto como le gustaba, por si ella regresaba debía lucir bien, tome unos cuantos dólares guardándolos en mi bolsillo trasero de mi pantalón y en el otro mi celular, me coloqué mi reloj en la muñeca derecha que me había regalado mi madre, salí de mi cuarto cayendo en la realidad de lo que hace poco había visto afuera, muchos estaban nerviosos e incluso algunos profesores ya no sabían cómo reaccionar, decidí ignorar todo en mi trayecto hasta salir por el área de los jardines donde había menos oficiales, el cielo estaba nublado sin dejar ver algún rayo de sol, las nubes eran espesas, seguramente iba a llover pronto.

Yo seré tu humanidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora