Segunda parte

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Antonio salió de la fiesta corriendo, jamás había escuchado a su hermana gritar de esa manera. Todo tipo de pensamientos le embargaron y lo único que pedía es que, Elena estuviera bien.

—¡Antonio! ¡António! ¿A dónde vas? —Le gritaba su novia —. ¿Por qué te vas tan pronto amor? —dijo llegando hasta él.

—Es Lena, no sé que haya pasado, me marco y después ya no contestó. Escuché un grito, ella detesta éste día, ¡nunca debí dejarla sola! Necesito llegar y ver que este bien. No tardaré, ¿está bien? no te preocupes cariño, volveré en una hora más o menos.

—No, yo iré contigo amor, así puedo persuadir a Lena para venir con nosotros. No ha de ser nada malo, no te preocupes amor. —Al final Sofía y Antonio subieron al auto. No tardaron mucho en llegar a su casa puesto que Antonio de verdad estaba preocupado, en cuanto llegaron, él bajó casi corriendo. Sacando las llaves de la puerta de entrada, la abrió de inmediato. Al entrar no noto nada extraño, pero su hermana no estaba por ningún lado.

—¡Lena! ¿donde estas? ¡Vamos, ya estoy aquí! ¡No juegues! —gritabá Antonio, con notas de preocupación en su voz.

De pronto sintió como alguien lo tomaba del brazo, se giró a la defensiva de inmediato; pero se relajó al ver que era Sofía. Ella estaba un poco nerviosa puesto que todo ésto estaba siendo muy raro, aparte de que el comportamiento de Antonio no la tranquilizaba para nada.

—¿Que pasa amor? ¿donde esta Lena?

—Esta situación no me gusta Sofí,
Lena no es así, a ella no le gusta bromear de esta manera.

—Esta bien cariño, a lo mejor está dormida —Ella trato de tranquilizarlo un poco.

—Pero son apenas las nueve. No, siento que algo no anda bien. ¡Lena! ¡Lena! ¡Aquí estoy, ya no estés jugando así!

Ambos revisaron toda la parte de abajo de la casa, no había nadie, incluso bajaron al sótano, también se encontraba vacío: Lena no se encontraba por ningún sitio.

—Seguramente salió con alguno de sus amigos amor, probablemente te está jugando alguna broma.

—No, no creo. —La casa se sentía tranquila, casi de una manera extraña e irreal.

—Tenía que haber sucedido esto, justo en noche de brujas. Parece salido de una película de terror. —susurro Sofía. Se sentó en el sofá, saco su celular y comenzó a textear.

—Voy arriba Sofí ¿Te quedas aquí? —Ella solamente asintió sin quitar la mirada del celular, seguia pensando que era una broma de su cuñada. Antonio comenzó a subir despacio, la primera habitación que fue a revisar obviamente fue la de su hermana, tenía pequeñas abolladuras en la madera, de inmediato se preocupó y comenzó a tocar.

—¡Lena! ¡Lena, por favor abreme, soy yo, Antonio! —Decía con tono de súplica en su voz —. ¡Ya estoy aquí Lena, por favor, abreme! —Casi al instante la puerta se abrió mostrando una Lena totalmente aterrada, arrojándose a los protectores brazos de su hermano. Tenía los ojos inyectados en sangre de tanto llorar, entre hipos trataba de decirle algo pero no podía parar de sollozar. Antonio le tenía abrazada y acariciaba su cabeza tratando de tranquilizarla.

—Estaba... —hip— él vino aquí, y trato de abrir mi puerta ¡la golpeó!—logro articular entre hipos—pero llegaste tú —De inmediato se tenso —¡La policía, llama a la policía! —grito de pronto ella, mirando hacia todos lados.

—Tranquilizate, ¿Quien estaba aquí Lena? trata de calmarte porqué realmente no te entiendo nada —Antonio comenzó a sacar su celular para llamar cuando un grito procedente de la parte de abajo los alertó. Era Sofía, ella se había quedado abajo sola. Lena abrió los ojos con terror y se cubrió la boca con sus dos manos, Antonio inmediatamente se puso alerta.

—Lena quédate aquí, ¿Ésta bien? iré a ver qué pasó, Sofi está abajo.

—¡No! no vayas, no vayas ¡Antonio! —Pero era tarde Antonio ya había corrido escaleras abajo, Lena no paraba de llorar; estaba aterrada. Temía por la vida de su hermano.

Antonio bajo corriendo, la sala estaba al pie de las escaleras. En cuanto su vista vago por el lugar se encontró con una escena totalmente terrorífica, Sofía estaba tirada boca abajo con sangre en la cabeza, de inmediato corrió a su lado.

—Sofí... ¡dios santo! ¿Que demonios está pasando? —De inmediato saco su celular y comenzó a marcar a una ambulancia..

—911 ¿cual es su emergencia? —Antonio no alcanzo a responder, cuando sintió un golpe seco en la cabeza, cayó al suelo mareado, veía todo negro, se giró y lo único que pudo ver fue una figura frente a él, despues de eso sintió otro golpe fuerte en el rostro y se desmayó.

—¡Antonio! ¡Sofía! —Gritaba Lena con desesperacion. Tomo la linterna que nunca había soltado, aunque no sabía cómo se iba a defender de ese hombre enmascarado que había visto salir del sótano.

Flashback Lena

Estaba aterrorizada, de pronto alguien con una máscara salió por la puerta del sótano, Lena grito con todas sus fuerzas y el tipo corrió hacia ella, pero afortunadamente Lena salió de su ensimismamiento y corrió hacia las escaleras, en su carrera dejó caer el celular. Comenzó a subir aprisa, pero el tipo alcanzó a sujetarla de su pierna, ella lo pateó con desesperación liberandosé de su agarré. Como pudo se levantó y subió, corrió hasta su cuarto y en cuanto entro se giró para cerrar la puerta, lo tenía casi encima pero logró cerrarla antes de que llegara. Puso el seguro y arrastró una silla atrancamdola en el pomo... comenzó a llorar desesperadamente. —¡Ayúdenme por favor! ¡¿Que quieres de mí?! nosotros no tenemos dinero, por favor llévate lo que quieras. Yo... yo no sé quién eres, no levántare cargos, ¡pero por favor no me hagas daño! ¡Solo vete! —decía Lena entre llanto.

—No, estás equivocada dulcesito. —Respondio  la voz masculina, con toda tranquilidad —no he venido a robar nada, vengo por tí Lena. —Y comenzó a golpear la puerta con todas sus fuerzas.

Ella comenzó a llorar más fuerte
y fue ahí cuando escucho la voz de su hermano Antonio, de inmediato los golpes cesaron. Pasaron lo que Lena creyó unos cinco minutos cuando su hermano comenzó a tocar la puerta de su habitación.

Actualidad

Lena iba bajando las escaleras lentamente, estaba temblando cuando alcanzo a ver rastros de sangre por todo el piso, su corazón se detuvo al imaginarse lo peor. Continuo bajando las escaleras y sin percatarse de lo que hacían sus pies, la estaban llevando a seguir el rastro de la sangre. Llegó a la cocina, y ahí estaban ambos, Sofía la novia de Antonio, y este último. Había mucha sangre en el suelo, Lena pego un grito desgarrador y corrió hacia la puerta de la calle, pero no pudo llegar más allá, el mismo tipo con el pasa montañas bloqueo la puerta, traía un bate en la mano.

—Hola mi bella Elena. Ahora ya no vas a poder huir de mí.

Relatos para no dormir  (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora