Capitulo 1

286 30 1
                                    

Esta es una historia completamente
diferente a, Noche de halloween, aunque
sigue siendo de terror.
Espero y les guste, ya que decidí seguir
subiendo aquí como pequeños relatos cortos.



Desperte por el sonido de los fuertes truenos, era tarde, ¿La hora? realmente no lo sé. Me había quedado dormido en el sofá viendo un documental de terror, de esos de los que soy fanático, Fabi había subido hacía horas a la recamara, detestaba ver  estos programas, y más de noche. Dice que le causan pesadillas.

Apague el televisor y me encamine hacia las escaleras cuando de pronto una sombra en la ventana de la sala llamó mi atención, se podía ver claramente como había alguien parado del otro lado, mi piel se erizo de inmediato y me quedé estático, no pude mover ni un solo músculo de mi cuerpo, mis pies: era como si estuvieran pegados al suelo. Sentir esto no era normal, y menos por una sombra en la ventana, con trabajos comencé a mover un pie delante del otro, mis bellos seguían erizados, mi respiración y ritmo cardíaco habían ido en aumento. Fui hacia el apagador y lo presione dando iluminación al pórtico de la casa.

No era nada, —Ya te está haciendo daño ver tanto programa de cosas paranormales Aldo —pronuncíe en voz alta. Apague la luz enseguida un trueno alumbró la oscuridad, un grito desgarrador dejo mi garganta, la luz del foco no había podido alumbrar lo que el relámpago si; Un rostro desfigurado y con una sonrisa diabólica me miraba desde el exterior. Mis pies se dieron a la fuga, cuando me di cuenta estaba con la respiración agitada y en el segundo piso, quise seguir hacia el cuarto pero sin saber cómo, me giré hacia el principio de la escalera, que fue iluminada nuevamente por un relámpago, mi corazón dió un vuelco al encontrar ahí de pie a... a... esa cosa, no supe que era, no tenía rostro de hombre, simplemente su semblante encarnaba la maldad absoluta.

Corrí hacia el cuarto, cerré la puerta tras de mí sintiendo la desesperación y el miedo invadir todos mis pensamientos. Fabiana seguía acostada, parecía que el ser dentro de la casa no había afectado nada de su sueño.

—¡Fabi, mi amor! —corri hasta la cama para despertarla y que buscaramos como poder salir de aquí.

—Mmmm.... —replica ella adormilada.

—Levantate, ¡tenemos que salir de aquí! —respondo entre susurros con ciertas notas de pánico en mi voz.

—Aldo... ¿que te pasa? Es de madrugada, —replica, ya incorporándose en la cama. Sus ojos aún entre cerrados por el sueño.

—Solo hazme caso, ponte un suéter. Tenemos que irnos cariño.

—Me estás asustando Aldo, ¡¿dime qué demonios sucede?!

—Shhhh, nena por favor, baja la voz, —digo en un susurro. De pronto el estruendo de algo quebrándose nos alerta.

—¡¿Quien es?! ¡¿Quien entro Aldo?! —exclama Fabiana abrazándose a mí.

—Tranquila mi amor no dejaré que te pase nada.

Relatos para no dormir  (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora