Antes del acontecimiento
Creí que había sido buena idea rentar esta casa, la rentaban en una ganga y se encontraba en una zona que para ambos era perfecta, pues se encontraba cerca de mi trabajo y cerca de su universidad, prácticamente había caído del cielo. Aunque debi haber puesto más atención en esos pequeños detalles que precedieron a ese día.
—Dicen que la casa está embrujada —dice Fabi entre risas, mientras acomodabamos todos los artículos de la cocina.
—¿Y les crees?
—Obviamente no, tú sabes que yo no soy así cariño.
—Lo sé, solo quería saber —y me acerco para darle un beso en la frente. Esta sería nuestra primera casa juntos, hacia tres años que éramos novios y por fin habíamos tomado la decisión de vivir juntos.
—Awww —suspiró—esto es genial cariño, por fin nuestro hogar, extrañaré a mamá pero sé que seremos felices.
—Yo también lo sé mi amor.
La noche se llego muy pronto y Fabi fue la primera en quedarse dormida, estaba exhausta, la verdad yo también pero tenía que arreglar todo para mí trabajo mañana. Comencé a planchar mi traje y de pronto sentí un aire frío colarse por la puerta del cuarto. No le di importancia, simplemente cerré la puerta de nuestra habitación y me recosté junto a Fabi, la abrace y ella al sentir mi tacto se removió cómodamente acomodándose cerquita mío, ambos dormimos hasta la mañana siguiente.
—¡Cariño! —escuché un grito, lejano poco a poco comencé a despertarme —¡Cariño! —me levanté de sopetón al reconocer la voz, era Fabiana.
—¿Amor, que ocurre? —dije fuera de mi, por el sueño.
—¿No conectaste ayer el agua caliente?
—Oh dios, lo olvidé por completo. Discúlpame cielo, no fue mi intención.
—¿Ah no? Pues intenta bañarte a las cinco de la mañana con agua fría. Aparte hay un olor muy raro saliendo de las coladeras, huele como... a azufre.
—¿Azufre?
—Si, arreglalo por favor —dijo mientras se secaba el cabello con una toalla, estaba toda envuelta en su bata de baño.
—Lo arreglaré hoy llegando del trabajo ¿A qué hora saldrás de la universidad hoy?
—No lo sé, el profesor quiere darnos una clase extra.
—Bien, me avisas para ir por ti.
—Esta bien. —Ella salió a toda prisa a tomar el bus, ya habíamos investigado, y da la casualidad que la parada estaba solo a la vuelta de la casa, realmente había sido toda una joya encontrar este lugar.
—Hey, supe que ya estás viviendo con tu chica ehh —exclamo Eduardo, mi vecino de cubículo.
—Si, encontramos una casa cerca de aquí, así que aprovechamos. Al final también se encuentra cerca de su universidad.
—Eso es genial... —dice mientras muerde su baguette —¿y donde es?
—En el fraccionamiento peñas blancas.
—Uhh, un fraccionamiento de gente bien ehh —y hace como que cuenta dinero.
—No que va, estaba baratísima, tanto así que en poco tiempo ya podremos comprarnos un auto.
—¿En serio? No pues qué bien, ¿Sabes? Recuerdo que hace un tiempo, para ser más exactos tres años atrás ese fraccionamiento estuvo saliendo mucho en las noticias, parece ser que en una casa de ahí, había un hombre enfermo de la cabeza, mató a su esposa su pequeña y un bebé de meses, despues se quiso suicidar pero no lo logro, la policía llegó puesto que los vecinos reportaron que habían escuchado unos gritos aterradores. En fin, vamos a trabajar. —Toda la mañana me quedé pensando en lo que mi compañero me había dicho ¿Como era posible llegar a hacerle daño a alguien que amas? Yo nunca tocaría un cabello de Fabiana.
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Relatos para no dormir (Finalizada)
HorrorNo volverás a ver tu alrededor de la misma manera. Y mucho menos a los demás.