Parte I: Ruidosas Sombras del Pasado (9)

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Capítulo 9: Lisa Toma un Baño

Ayuntamiento de Oslo, Noruega, Diciembre de 2046.

Científicos especialistas, políticos de distintas regiones y otras figuras de renombre presenciaban el evento que también estaba siendo televisado a nivel mundial.

–... y por haber salvado billones de vidas al descubrir la cura a los efectos adversos de la exposición prolongada a la radiación –anunció el miembro del comité–, es un honor para mi: concederle a la doctora Lisa Marie Loud el premio Nobel de la paz.

 y por haber salvado billones de vidas al descubrir la cura a los efectos adversos de la exposición prolongada a la radiación –anunció el miembro del comité–, es un honor para mi: concederle a la doctora Lisa Marie Loud el premio Nobel de la paz

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Todos en el auditorio aplaudieron a la mujer de pelo castaño que se encontraba en la tarima recibiendo tan honrosa condecoración.

***

Hasta la madrugada fue que Lisa estuvo recibiendo llamadas y mensajes de felicitación por parte de sus colegas, antiguos compañeros y profesores de la facultad, su hermana menor Lily, su mejor amiga de toda la vida Darcy; e incluso se puso al día con su madre después de tanto tiempo.

Por ende, no iba a gozar de falsa humildad y decidió permanecer despierta. Esperaba tener noticias del resto de sus hermanas, a quienes últimamente había empezado a echar mucho de menos.

Ring, ring... Ring, ring...

≪Y hablando del monstruo de siete cabezas, y que se asoma≫, se dijo, sin pensarlo demasiado, al oír otro timbre. Nada más que este no venía de su laptop o su dispositivo móvil, sino del teléfono de su habitación en el hotel.   

Sin pensarlo demasiado, contestó.

–¿Si?

Doctora Loud –hablaron de la recepción–. ¿Desea que le pasemos una llamada por cobrar de Estados Unidos?

Lo pensó, solo un poquito, antes de aceptar.

–Adelante, comuníqueme por favor.

Tu me traes un poco loco. Un poquitititito loco, canturreó acompañando al soundtrack de la música de espera.

–¿Bueno?

¿Lisa? –preguntó alguien del otro lado de la línea.

–Si... –respondió ella, con algo de duda.

¡Por fin! No sabes lo que me costó contactarte. Habla Clyde Mcbride.

Una línea profunda se le formó entre las cejas.

–¿Cómo dijo usted?

Clyde, de Royal Woods.

Lisa sonrió levemente. En su sonrisa había un dejo de nostalgia.

–Pero que sorpresa Clyde, vaya...

Mas no la había llamado para felicitarla por sus logros.

Lisa –la interrumpió–, Eso ha vuelto.

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