Parte III: Adultos (2)

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Capítulo 16: Lynn Jr. Se Da a la Fuga

Asilo Femenil de Hazeltucky, Michigan, Diciembre de 2046.

La mañana después de que Clyde telefoneara a las Loud, Lynn estuvo oyendo un sinnúmero de voces que estuvieron hablándole durante todo el día, las cuales en principio pensó que provenían de la luna.

Ya avanzada la tarde, mientras trabajaba en el invernadero, levantó su vista hacia el cielo azul y la vio pálida y pequeña. Una luna fantasma.

Por eso creyó que era la luna la que le estaba hablando. Porque solo una luna fantasma podría estar hablándole con voces fantasmales: las voces de sus ex amigos, de sus padres, de sus maestros y compañeros de escuela y sus entrenadores... La voz del hermano que murió odiándola y las de las hermanas que habían dejado que acabara en ese lugar.

Y otra vez... Una a la que no se atrevía a ponerle nombre.

Van a volver Lynn... –la primera en hablarle fue de la de su primer y único novio de toda la vida, al que tuvo solamente durante su infancia–. Todas, vuelven a Royal Woods...

–¿Chandler?

Recordaba bien su nombre y que el, con todo y sus defectos que no eran escasos, para bien o para mal supo como brindarle su apoyo después de sentir que todos los demás la abandonaban...

***

A Chandler lo conoció a los cinco meses posteriores a la muerte de Lincoln, durante una helada tarde de febrero en la que ella se encontraba practicando en las jaulas de bateo; aunque ya no tenía, ni volvería a tener campeonatos por delante que ganar.

No. Aunque para aquel entonces ya daba por hecho que su carrera deportiva acabó yéndose al traste, lo que motivaba a Lynn a seguir manteniéndose en forma era estar a la espera del momento adecuado de poder desquitarse de todos contra los que albergaba un profundo resentimiento.

Empezando con sus padres, a quienes más que resentimiento, los odiaba rotundamente a ambos desde que pasó de ser una de las hijas más consentidas de toda la casa y a la que se le daba gusto en todo: a que la tacharan como una niña rebelde que solo les causaba problemas.

Y con sus hermanas la cosa no era para nada diferente, si es que tenía distintos resentimientos con cada una de ellas, pero en especial con Lori y Lisa; y claro que no se olvidaba del tonto de Clyde, a quien siempre había despreciado con todo su ser y solo pretendido tolerar por consideración a su hermano hasta su inesperado deceso.

Barrer el piso con Leni, Luan, Lisa y Lucy sería relativamente fácil, si es que sabía como pelear sucio y las atacaba por separado; y con Clyde McBride solo sería cuestión de esperar a estar a solas con el; pero en lo que respectaba a Lori, Luna y las gemelas, ellas si podrían representar un reto. Sin contar con que por muy fuerte que ella fuese, seguían siendo nueve contra una. Por ende tendría que entrenar y esperar pacientemente para acabar con todos ellos uno a uno. Porque en definitiva, esa era su motivación: acabarlos.

Así, ahí en la jaula, Lynn empuñaba el bate esperando a que el disparador lanzase la siguiente bola, con la que al asestarle imaginaba que esta impactaría contra la frente de alguna de sus hermanas, de sus padres, de Clyde o de algún otro de sus enemigos que para ella eran todos en Royal Woods.

Entre cada abanicazo, las pelotas chocaban violentamente contra la pared y la mayoría acababan deshilachándose por la rudeza con la que les pegaba.

Ya, cuando se estaba preparando para completar la racha de trescientos aciertos consecutivos, fue que el le hizo perder la concentración al hablarle de improviso haciendo que errara sin querer.

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