Capítulo 8. Casualidades.

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Chloé pertenece a-FutureWitness-

Muchas gracias por seguir la historia y apoyar con votos; muchos más OC's serán agregados durante los próximos capítulos.

~O~O~O~

Noticias tras noticias se transmitían todos los días en la gran pantalla de entrada a la plaza; Perla y Marina, siendo las estrellas eren quienes dirigían la palabra de escenarios disponibles cada cierto tiempo.

Algunas inconformidades había, otros quedaban satisfechos por el cambio de modos.

La plaza no se llenaba a menos de que el medio día cayese y esta pronto se llenara de miles de voces. Desde dentro de las tiendas hasta acabar en lo callejones más oscuros adentrados en las zonas escondidas de Inkopolis.

No obstante, cierto inkling rosado no había olvidado la promesa de visitar aquel lugar con la compañía de la persona que más problemas hizo que este causara por una estúpida razón.

André no estaba solo, claro que no. No había olvidado invitar a su fiel amiga la salida que se tenía planeada; aunque quisiera, no podía salir sin tener a Ying acompañándole a ciertos lugares gracias a la falta de seguridad que se tenía en si mismo.
En parte, confiaba en Bruno, simplemente no sentía la confianza suficiente en estos dos como para comenzar una conversación y demás.

Al menos se sabía que Ying no llegaría por sorpresa; esto se hablo el día de ayer justo al salir del almacén del mafioso y recibir la paga correspondiente.

Ambos morenos conversaban ante la espera del calamar verde. Bromeaban un poco sobre ciertas cosas hasta el punto de tornarse serios ante el mínimo comentario que salían de sus bocas. Aún eso, se notaba que terminarían riendo en una nada de tiempo.

— Ese tal Bruno si que sacó lo peor de ti, ¿no? Vaya, en serio que no me la creía. Verte a ti, de todos los inklings posibles, meterte en un problemón por una pelea. — Ying suspiró. Sus palabras estaban llenas de sarcasmo.

El calamar enano frunció el ceño, empujando juguetonamente el hombro de la chica. Esto causó que esta riera un poco por ello. Adoraba molestar a su pequeño amigo.

— ¡El comenzó! Y lo sabes. — Bufó André, cruzándose de brazos en el proceso.

La menor alzó una ceja, negando con la cabeza un poco antes de golpear con gentileza la frente del mayor.

— Eso no dijiste ayer. Creí haber escuchado disculpas por tu parte primero, además de que tu lo empujaste. El que se lleva se aguanta, así son las cosas bobo.

— ¡No no no, Bruno me provocó!

— Claro. . . Claro.

André bufó aún más, lentamente desenlazando sus propios brazos para así ponerlos a los lados; ya tenía un plan para así hacerla callar.

— ¡Lo hizo! ¡Si no hubiera pasado eso, yo no lo hubiese empujado entonces! En conclusión, Bruno empezó.

El que el moreno fuese tan necio era algo que lo caracterizaba en cuanto se tratara de argumentos de los cuales no puede ganar.
Quién lo diría. Un cuerpo tan pequeño cargando un orgullo tan grande.

— No André, tu pudiste ignorar eso, pero no fue así. Tu sólo hiciste que el problema creciera. Aunque. . . Eso los hizo amigos.

— Corrección, rivales. No somos amigos.

Eternos Rivales (Splatoon).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora