No existe Libertad

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Mi vida cambiaría desde aquel momento.
Siento como si mi destino estuviese predicho desde el primer momento que estuve en tierra, pero no fui capaz de verlo, ni siquiera usando mi habilidad.

Según los estudios que me han hecho, ver el futuro se limita solo a un determinado lapso de tiempo que no es continuo: Puede pasar inmediatamente, en 3 días, 1 mes o incluso años. Pero siempre sucede.

Para probarme tengo que realizar una serie de pruebas, las cuales consisten en buscar futuros ataques del enemigo, lo cual lleva al gobierno a la realización de estrategias de ataque y protección así como a la creación de armas con un mayor potencial de ataque, algo que nos asegure ganar en dado caso que se desatase una guerra.

Las palabras que el Doctor me dijo aquella noche, ya las sabía y me consumía el miedo porque al decirlas, aquello que vi en sueños era la total realidad.

La idea de ser yo real, la acepte finalmente cuando salí de aquel laboratorio.
El día en que abandone esa prisión pero sería llevado a otra.
Cuando sentí mis alas desplegar pero mi corazón seguía preso.

Sería llevado al ejército en donde comenzaría mi entrenamiento para formar parte de un escuadrón y luchar contra Rusia: Nuestro mayor enemigo, el cuál se había enterado de mi existencia y vendría por mi.
De mi parte no lo permitiría y se que tampoco el gobierno lo haría, por esa razón es que hoy estoy aquí.

Ni siquiera pude respirar libertad, pero me sentía aliviado de haber dejado el laboratorio.

Al llegar a mi nueva prisión me encontré con varios hombres, era tanta la multitud que me dieron escalofríos. Estaba tan acostumbrado al aislamiento que esta nueva experiencias me sería difícil de lidiar.

-¡Hey Victor!- Escuche una voz que pronunciaba mi nombre, la busque con la mirada y cuando finalmente la encontré pude ver que era uno de los científicos que trabajaban en el laboratorio. -Ven conmigo.- Le seguí sin cuestionar el "¿por qué?" y me llevó a una habitación bastante grande.-Aquí esta el chico profesor- miré con curiosidad a la persona que se encontraba dándole la espalda al escritorio así como a nosotros-Muchas gracias.- Y diciendo esto se dio la vuelta.

-Hola Victor, soy el Profesor Johan. Estaré a tu cuidado apartir de hoy.
Yo estaba un poco confundido, pensé que me había librado de todos esos cuidados, pues si estaba aqui era porque podía mantener todo bajo control. - Creía que al momento en que dejara el laboratoria ya no necesitaria mas cuidados, digame ¿que hace usted aquí?- el hombre solo me miro con ojos burlones y una pequeña risilla que lastimaba mis oidos. -Puede que hayas abandonado el laboratorio pero mientras tengas esos dones, nosotros nunca te abandonaremos. No eres estable Victor, requieres aun de los chequeos, jamás sabremos lo que sucederá y por ello debemos cuidarte.- Comenzaba a enojarme.. -Más que cuidarme, solo me causan dolor- respondí. -Salí de ese lugar para intentar realizarme fuera, más cuando mi país esta a punto de ser atacado, por ende no los necesito más.- Di media vuelta y camine hacia la puerta, cuando salí de aquella habitación, azote la puerta.

Mi niñes, mi adolescencia y una pequeña parte de mi juventad las había pasado en ese laboratorio, donde todo era dolor y tristeza, aunque las palabras fueran nobles de quienes me trataban, mi corazón las negaba.
Muchas veces intente asimilar que las cosas estarian bien, que ellos solo querian protegerme, pero mi corazón siempre estaba inquieto.  Tal vez mi mente lo habia asimilado pero dentro de mi jamás lo haria.

Regresé a los dormitorios. Todas las literas ya estaban ocupadas pero pude divizar una hasta el fondo, asi que fui a acomodarme en ese lugar. Pero antes de eso una fuerte voz grito: "¡ Todos una fila AHORA!" y tal y como lo ordenó todos nos formamos haciendo una fila, cada una frente a sus literas.
De inmediato se dirigió a mi. - Tu debes ser la ratita de laboratorio ¿No? Mirate, estas todo flacucho. No te sorprendas si terminas siendo el costal de los demás.- Camino en dirección a la salida. -Mañana los quiero despiertos a todos antes del amanecer. Comenzará su entrenamiento y no será nada fácil, ¿¡Enten.. - Y antes de que terminara de hablar, este cayó al suelo, siendo esta mi culpa y por ello no pude evitar reime. Inmediatamente el hombre al levantarse y percatarse de mi risa corrió nuevamente hacia mi, me tomo de mi larga caballera y su mirada penetraba hasta mi alma.
-¿¡Quien demonios se cree que es!? ¿Acaso le pedí que riera?- Su agarre me provocó un fuerte dolor. Mordiendo mis labios y viendolo a los ojos logre que este saliera volando hasta la salida.

Todos a mi alrededor quedaron boquiabiertos.

No iba a soportar que de nuevo me dieren ordenes e hicieran lo que quisieran conmigo.
Asi que me acoste en la litera, en la parte de arriba y cerre mis ojos esperando el día siguiente.

Nostalgia del 45Donde viven las historias. Descúbrelo ahora