Capítulo VIII

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Son las 21:28 cuando Tyler me llama al móvil, me dice que baje, así que me miro por última vez al espejo y salgo para la calle. Debería ir pensando en buscar un apartamento por aquí, el hotel es demasiado caro como para vivir en él, pero bueno, ya pensaré en eso más tarde. Ahora toca fiesta.
—Hoola— saludo animada a Tyler.
Tyler se queda mirándome de arriba a abajo, cuando dice:
—Hola, que guapa estás.— sonríe, no sin antes morderse el labio.
—Gracias— le digo devolviéndole la sonrisa. Subimos a su coche, es un Audi, no es como el mío pero está bastante bien, y el suyo es negro.
—Bueno— dice—, ¿lista?
Me mira desafiante, con una sonrisa maliciosa, y yo le contesto:
—Nací lista.— y le devuelvo la misma sonrisa. El trayecto no duró más de 15 minutos, y nos pasamos ese tiempo de cómo canta, y menos mal que fueron 15 minutos, porque si no, mi cabeza acabaría estallando.
—Espero que no tengas pensado dedicarte a la musica— le comento, y él se ríe.
—No estaría mal— me dice, me mira y le contesto:
—¿Mal? No. Peor aún.
—Puta borde.— y se empieza a reír. Yo sonrío mientras levanto una ceja. Se ve que la fiesta es privada porque es en una casa, se oye la música y creo que se podría oír hasta el final de la calle. En la entrada veo a Carlos dando la bienvenida a la gente.
—Pero bueeno, ¿quién es esta chica tan guapa?
—Soy Nerea, idiota. ¿Ya me olvidaste?— le digo bromeando.
—¿Tú eres Nerea? Wow. Qué cambio— pone una cara de sorprendido.
—Mongolo— pongo los ojos en blanco.
—Pasad, anda, estáis en vuestra casa.
Entramos y vemos a toda la peña bailando, bebiendo, jugando, liándose y casi hasta follándose, y lo primero que pienso al entrar es:
Este sí que sabe montárselo.
—Bueno... ¿no tenemos una charla pendiente?— le pregunto. Si cree que me voy a olvidar de la promesa, lo lleva claro.
—Claro. Pero primero vamos a disfrutar de la fiesta, ¿no?
—No
—¿Por?
—Porque cuando empiece a beber no pararé.— le afirmo. Y es verdad, cuando empiezo no paro, y seguramente beba tanto que mañana ni me acuerde de lo que hago, y más hoy, después de todo.
—Madre mía tenemos una adicta al alcohol— y se ríe.
—¿Y la gracia?— le pregunto, aunque me estoy conteniendo la risa.
—Tú sabrás
—Bueno qué, ¿me vas a contar o tengo que preguntar a tus colegas?
—Mis "Colegas" no tienen ni puta idea de nada, así que dudo que averigües algo.
—Pues cuéntame.
—Vamos a la terraza y te cuento.— su expresión a cambiado de una divertida a una seria, y me atrevería a decir que también una de temor, o incluso rabia, no sé, pero cada vez tengo mas ganas de saberlo. Una vez subimos a la terraza, nos sentamos en el suelo, apoyados en una pared.
Le miro, está pensando qué decir o cómo decirlo, está serio y de vez en cuando parece que va a llorar.
—Vamos a ver...— empieza a decir—, para que lo entiendas, es mi novia, pero no porque yo quiera.— ahora siento aún más curiosidad.
—¿Y por qué sales con ella?
—Déjame hablar. Nerea no es tan buena ni tan simpática como parece, en verdad es una zorra. Y de las grandes.— abro mucho los ojos, y le escucho con atención. Quisiera decir algo, como un <<¿por qué?>> pero me ha dicho que le dejase hablar, así que me  lo callo. —, si estoy saliendo con ella, es porque me tiene amenazado. Ósea, mi madre no tiene ni idea de que fumo marihuana ni que consumo drogas, una vez Nerea le dijo que fumaba marihuana e intenté convencerle de que ya lo había dejado, pero aún así se quedó varios días sin hablarme. Si se entera de que sigo fumando... y como se entere de lo de las drogas, no sé qué mierda pasaría conmigo. Además, no la quiero decepcionar más. Desde que se separó de papá, su vida ha cambiado muchísimo. No está tan alegre como estaba al principio, pero está mejor que cuando discutían. Y bueno, esa es la historia— me mira a los ojos, y mira cómo asimilo toda esa información, y espera a que diga algo.
—Di algo, por favor— me sigue mirando a los ojos.
Lo único que se me viene a la cabeza es:
—Por qué... ¿por qué te metiste en el mundo de las drogas?— aunque ya me sepa la respuesta, quiero que lo reconozca.
—Ya lo sabes...— deja de mirarme y mira hacia sus manos, que están entrelazadas entre sus rodillas, está nervioso.
—Me tomabas por loca— le digo—, y sabías que tenía razón.— digo en un intento de hacerle reír.
—Y ojalá no la tuvieras
—El que te maltrató... ¿fue tu padre?
—Eso no viene con el tema.
—Joder, Tyler. ¿Me vas a dejar a medias?
—Lo siento.— se le ve triste, como derrotado, me intento meter en su piel, y aunque no sé por qué no quiere hablar del tema, le entiendo, a mi tampoco me gusta hablar de eso.
—Bueno— le digo—, no sé quién fue el hijo de puta que te maltrató y te hizo meterte en toda esta mierda, pero si sé qué chica te va a sacar de ella. Y con la ayuda de un poquiito de alcohol. Así que levántate y vamos para adentro, y si quieres nos bebemos veinte litros de alcohol intentando olvidar nuestro mierda de pasado.— me levanto, y le ofrezco la mano, y él sonríe mientras acepta mi oferta y se levanta con mi ayuda.
—Muchas gracias— me dice—, tú sí que sabes animar a la gente, ¿eh?— le dedico una sonrisa. Vamos para dentro y vamos a la barra, donde se encuentra Carlos. Ahora hay más gente, se ve que ya han llegado todos. Está hasta arriba. Y sólo son las 22:58.
—Dos vasos y una botella de tequila, por favor— le pido a Carlos.
—A sus órdenes— y me sonríe. Tyler me mira en plan <<Estás loca>>, creo que se está preguntando si lo de los viente litros van en serio, y puede que no veinte pero sí que hoy vamos a beber a saco.

Me despierto al día siguiente, y estoy súper mareada, ayer bebí que lo flipas y no me acuerdo de nada. Estoy en una cama, no sé ni dónde estoy así que lo primero que hago es mirar si estoy vestida, porque me acabo de acojonar. Me cago en la puta y en todo lo puto cagable. Estaba en ropa interior, y me estoy acojonando de verdad, no me acuerdo de nada, y mi cabeza sólo repite <<Ya no soy virgen>>. Veo como alguien se asoma a la puerta, y efectivamente, es Tyler.
—¡Tyler!
—Buenos días.— dice con los ojos pegaos—,¿como estás?
—¿Qué pasó anoche?— estoy avergonzada a más no poder.
—No es lo que piensas.
—¿¡Entonces!?
—Bebiste demasiado y empezaste a potar, así que te traje a mi casa y te quité la...— antes de que acabe, le grito:
—¡¿Me quitaste la ropa?! ¡¿En serio, Tyler?! ¡¿De qué vas?! — estoy cabreadísima, ¿Qué mierda se cree para quitarme la ropa? ¿En serio? Hijo de puta.
—Lo siento, la tenías manchada y yo pensé que...— su voz se rompe, se siente inseguro y tengo miedo de haberle herido.
—Déjalo, ya está hecho. No lo vuelvas a hacer en tu puta vida y ya— intento no ser borde pero me sale sólo, estas cosas me dan demasiada rabia.
—Lo siento de verdad. Ahora te daré algo mío y te acompañaré a casa— preferiría quedarme durmiendo todo el puto día, pero después de esto no me apetece quedarme en su casa.
—Vale.
Sale y en unos cinco minutos aparece con una sudadera roja y un pantalón negro.
—T-toma— me deja la ropa encima de la cama y se va. Me aparto las sábanas y me visto y me calzo, me miro al espejo y como era de esperar, el rímel no sobrevivió. Tengo la cara hecha un asco.
—¿El baño?— pregunto saliendo de la habitación.
—Ahí— dice señalando una puerta blanca. Entro y cierro la puerta y voy hacia el lavabo. Me lavo la cara y me quito el rímel, me peino un poco y salgo.
—¿Tienes café?— sé que son las 12 y pico de la mañana, pero me apetece un café.
—Claro, ¿Quieres uno para el camino?
—Sí
—Vale. Espera aquí.— se levanta del sofá y se va hacia la cocina a prepararme un café.
—Por cierto— dice desde la cocina—, he metido tu ropa a la lavadora. Te la devolveré el lunes, ¿vale?—
—Vale.
El trayecto hasta mi casa -hotel- ha sido muy silencioso. Nadie ha dicho nada, y yo solamente me bebía el café mientras miraba la ventana.
—Ostia— digo al darme cuenta de que no tengo el móvil. Ni las llaves.—, ¿mi móvil?
—Ostia es verdad— dice mientras mete su mano en el bolsillo. —, toma. Lo tenías metido en la chaqueta junto las llaves— y también me da las llaves. Menos mal, casi me quedo sin casa y sin móvil.
—Gracias— digo mientras salgo del coche.—, y gracias por traerme. Aunque aún así no te perdono lo que has hecho.— digo levantando una ceja. Él sonríe tímidamente.
—Lo siento. Nos vemos.
Se va, y mientras voy hacia mi habitación enciendo el móvil y llamo a mi madre, le prometí que lo haría, así que marco su número y la llamo.

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Hooola, ¿Qué os ha parecido este capítulo? Este se ha centrado mucho más en Tyler y Nerea... deja un coment porfisss 🤞🏻 ya mismo me dan vacaciones y podré escribir más 🤨🤔 😊

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