Una tarde con Isaac

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Haberme quedado ayer con Alex tenía sus recompenzas. Hoy mi madre sería mi chofer personal por "portarme bien" toda la noche. Analizé mis posibilidades. Podía ir de compras con Kaitlyn, pero rápidamente descarté esa opción pues ella tenía quehaceres. Tal vez llamar a Isaac, hacía ya un mes que no lo veía. Si, eso sería lo mejor.

Disqué su numero en el celular y esperé. Él contestó a los cuatro tonos.

-¿Hola?- preguntó con voz de cansado. Miré mi reloj. Eran las nueve de la mañana.

-Hola Isaac, habla Hazel - respondí - lamento la hora, creí que era más tarde.

-Hazel, -dijo, con una pequeña risa - no hay problema, esperaba que llamaras en algún momento.

-Voy al punto, ¿Quieres ir hoy al parque? Tengo a mi madre como chofer personal y no se como usarla.

Lo escuché chasquear su lengua en modo reprobatorio. Esto venía para largo.

-Esa no es la pequeña y adorable Hazel que yo recordaba - comentó "al pasar" - esta Hazel es distinta. 

-Ahórrame tiempo, - dije - ¿Vienes o no?

-Trato hecho, te espero a las cuatro en mi casa.

 Y sin más se terminó la conversación. Bueno, hasta que fuera la hora tenía mi tiempo. Lo primero que hice fue llamar a mi madre para avisarle que no tendría otra opción que llevarme a la casa de Isaac y luego al parque. Luego me fui a la computadora. No encontré ninguna noticia nueva, por lo que vagué durante un buen rato en la web. Habría pasado ya una hora cuando llegó mi madre a la casa.

-¡Buenos días! - llamó desde la entrada - ¿Dónde estás?

-¡En mi habitación!- respondí 

Oí sus pasos hacia donde me encontraba y a los pocos segundos abrió la puerta.

-Hola cariño - dijo asomando la cabeza con cuidado - ¿Qué haces?

-Busco algo para hacer - respondí, con en mentón apoyado sobre mi mano - tengo hambre, ¿Hay algo para desayunar?

-Ven a la cocina - respondió ella - te haré lo que tu pidas.

SIn más apagué la computadora y fui prácticamente al trote hasta la sala, para luego echarme sobre el sillón y esperar a que mi madre haga mis pancakes con miel.

Encendí el televisor y cambié canales, pero debido a que ninguno contenía algo que me interesaba simplemente apagué el electrodoméstico y fui hacia la cocina.

-¿Y? - pregunté apenas entré - ¿Falta mucho querida madre?

-No lindura - respondió ella, riéndo hacia mi expresión de "querida madre"se paciente tan solo dos minutos más y no te arrepentirás.

-Mas vale que así sea -  repliqué en un vago intento de amenaza, mi madre rió - avísame cuando estén listos.

Miré el reloj, eran recién las diez y diez de la mañana, pero luego posiblemente haría cualquier cosa menos algo productivo y no tendría más tiempo, por lo que pensé que lo más útil sería preparar las cosas para mi tarde con Isaac.

Revisé casi todos los cajones y muebles de mi casa en busca de una canasta, hasta que por fin hallé una en uno de los múltiples gabinetes de la cocina.

Dentro de la cesta metí un mantel, platos y vasos. No coloqué la comida porque cualquiera se habría dado cuenta de que eso no era una buena idea.

-¡Hazel! - gritó de pronto mi madre - ¡Tu desayuno está listo!

Fui hacia el comedor, donde ella esperaba con la mesa puesta y sobre ella mis deliciosos pancakes.

Te extraño, Augustus WatersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora