Capítulo 2

1.5K 139 19
                                    

Mikasa sintió la presencia de alguien mirándola desde atrás y se volvió por curiosidad para saber de quién se trataba. "Maldita curiosidad" Pensó en el momento en el que vio que persona al estaba mirando. En ese mismo instante se giró, abrió su departamento, entró y cerró.

— ¡Mikasa! — Reaccionó Levi y empezó a llamar a la puerta de su vecina. — ¡Mikasa, venga ya! ¡Tienes tus cosas aquí fuera! — Dijo.

— ¡Vete! — Gritó furiosa desde el otro lado.

— No puedo... — Rió. — Vivo aquí. — Dijo con sarcasmo.

— ¡Vete dentro de tu departamento! — Gritó de nuevo.

— ¿No podemos hablar como personas normales? — Preguntó el chico apoyando su frente contra la puerta.

— ¿¡QUÉ!? — Abrió por fin la azabache y él descubrió en sus ojos que estaban rojos y una lagrima paseando por su mejilla. Con una cara de asombro en su rostro comenzó a hablar.

— ¿Qué haces aquí? ¿No estabas en el orfanato?

— Me dieron una beca con 14 años y la acepté. ¿Ya? — Comenzó a coger las cajas que había a sus pies y las llevó dentro del apartamento.

— Espera, te ayudo.

— No hace falta. — Negó intentado que se fuera ya.

— Si que la hace... Oye, ¿a qué instituto vas? Tienes 16 ¿no? ¿Qué bachillerato has escogido?

— ¿Te puedes ir, por favor? — Dijo Mikasa con un hilo de voz.

— ¿No tienes muebles? ¿Cómo te pagas el piso? - Siguió preguntando él cogiendo las cajas y llevándolas hacia dentro.

— ¡He dicho que te vayas! — Levi la miró. Hubo un largo silencio en el que Mikasa examinó cada centímetro del cuerpo de Levi y poco después empezaron a salir lágrimas de sus ojos. — Maldita sea... Estas como si no hubieras cambiado... Dime Levi... ¿Por qué te fuiste a mitad de la noche y sin avisar? Eres un estúpido y un idiota. — Empezó a llorar con más intensidad y se hundió en el cuello del chico. Él la abrazó lo más fuerte que pudo.

— ¿Quieres tomar algo en mi departamento?

Después de un largo rato transportando cajas al interior del departamento de la chica, se fueron al de enfrente. Todo estaba muy limpio y ordenado. Había los muebles necesarios. Al entrar estaban un pequeño armario para los abrigos y en un lateral un pequeño arco abierto que llevaba a la cocina pero si seguías a delante te encontrabas con el salón y en una de las paredes de este dos puertas. Una que llevaba al baño y otra al dormitorio. No era excesivamente grande, pero tampoco un ataúd. Los dos azabaches se sentaron a hablar con un té entre las manos. Mikasa le comento la beca con 14 años, su trabajo, el instituto al que iba a ir que resultó ser el mismo al que iba él y el bachillerato que había escogido, ciencias. El en cambio le contó que estaba en el bachillerato de lenguas y la razón por la que se fue a media noche sin avisarla. Era difícil salir de día sin que te pillaran, por eso decidió irse por la noche. En cuanto a la razón de marcharse fue porque decidió que no iba a esperar a los 18 encerrado en aquel lugar. Tenía que tomar las riendas de su vida fuera sin ella o con ella. En cierta forma, Mikasa, lo entendía porque de solo pensar que estarías ahí metido hasta los 18 te dolía la cabeza pero seguía molesta con él.

Al principio lo pasó mal, estuvo casi tres semanas en la calle hasta que un hombre lo acogió en su casa durante unas semanas. Semanas suficientes para encontrar un instituto con una residencia y que le aceptaran, buscar trabajo y recuperarse de esas semanas sin ducharse y sin apenas comida. De ahí fue a mejor. Poco después se fue de la residencia y compró este piso, consiguió un trabajo mejor, conoció a amigos y poco a poco consiguió la vida que tiene ahora.

Algo Nuevo | RivaMika [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora