Capítulo 8

972 71 41
                                    

"El corazón bombea 7500 litros de sangre 24 horas al día. No descansa. El corazón es el músculo que más trabaja cuando está dañado, como la piel, le salen cicatrices. Y las cicatrices pueden ser peligrosas. Con el tiempo, un corazón con cicatrices, se para"

De un momento a otro, Levi, le metió un dedo y ella en respuesta sacó las manos del pantalón de este para apoyarse por atrás y no caerse. Ahora si, el deseo la nublaba completamente, y no se conformaría solo con eso, quería más, mucho más. Al principio se sentía incomoda pero la sensación fue desapareciendo, al igual que con el segundo y tercer dedo. 

Ese rostro en la cara de Mikasa era una obra de arte para Levi, quien se sentía cada más excitado. Entonces, la azabache empezó a quitarle los pantalones al chico. El azabache, sin pantalones, entonces posicionó sus manos sobre las caderas de la chica para tener más control. Y de una sola vez metió su entrepierna dentro de la joven. "Sin anestesia". 

Al principio se mantuvo estático pero poco a poco se fue moviendo más y empezar a sacar y meter su pene cada vez con más frecuencia y más fuerte. Cada embestida la chica soltaba un pequeño gemido hasta que Levi la calló besándola y metiéndole la lengua lo más profundo que pudiera. Sentía como sus pechos se movían y paseaban por sus pectorales y eso le excitaba. De pronto metió su mano entre el suelo y los glúteos de Mikasa y agarró uno de estos. Eran redondos y firmes. Sus besos se pasearon por todo su cuello, dejando marca. Se movía más y más rápido hasta que llegaron al orgasmo.

Levi se quita de encima de Mikasa y se dirige al sofá, donde se sienta con las piernas medio abiertas. Mikasa se incorpora y, a cuatro patas, va hacia donde está Levi. Pone sus delicadas manos en las piernas de este y mira con deseo lo que tiene entremedio. De un momento a otro lo estaba lamiendo como si fuera el fin del mundo y sin darse cuenta, Levi, pone una mano sobre el cuello de Mikasa para que llegue más profundo. Después de esto se pone justamente encima de Levi, metiendo el pene de este en su entrada trasera. Empezaba a hacer pequeños movimientos circulares y después empezó a dar pequeños saltitos. Levi agarraba las caderas de Mikasa para tener mayor comodidad.

Había tanto deseo en sus miradas, tanto placer, tanta lujuria.

Cuando terminaron se fueron a la habitación del azabache y este durmió con brazo alrededor de la cintura de la chica y esta acurrucada en el pecho del él. Cabe decir que por la mañana se ducharon juntos y puede que unas nuevas mordidas aparecieran por el cuello de Mikasa.

Esa fue la primera vez que tuvieron sexo, pero no fue la única claramente. Cada vez deseaban más del otro. Y aunque todo en sus vidas empezaba a encajar de nuevo, y la relación de Mikasa con su madre ya estaba mejor, algo para la azabache no iba bien. Necesitaba probar algo más, algo nuevo. Quería experimentar. Y eso se cumplió un día cualquiera. En su trabajo, con cierto chico de pelo avellana. En realidad era bastante guapo. Aunque no llegaron tan lejos como Mikasa llega con Levi, ese encuentro solo se quedó en unos cuantos besos en la despensa.

Para Mikasa, eso, le sobraba, pero para el chico no. Quería más de aquella mujer de cuerpo griego. Con unos pechos grandes y redondos que muchas veces había mirado. Quería para sí el cuerpo de la mujer con la que tantas veces había soñado. Con la que tantas veces había fantaseado.

Su deseo sí que se hizo realidad, pero no de la manera que él esperaba.
Como todos los días ellos dos se quedaban recogiendo el bar y cerraban, después cada uno se iba a su casa. En el apartamento de Mikasa casi siempre le espera Levi y esa vez no sería la excepción. Sin embargo, esto era algo que el otro chico no sabía. Y en la ignorancia siguió a Mikasa hasta llegar al bloque en el que entró. Subió las escaleras y al llamar a la puerta correcta se encontró con un chico con la camisa medio desabotonada.

— Perdón... — Dijo Jean con algo de vergüenza. — ¿Este no es el piso de Mikasa Ackerman?

— Sí — Dijo cortante. — ¿Y...?

— ¿No está aquí? — Iba a hablar de nuevo pero fue interrumpido por la azabache que salía del baño. — ¡Mikasa! — Exclamó y la susodicha abrió los ojos.

— Jean... ¿Qué haces aquí? — Preguntó y el chico avellana entró al apartamento sin permiso alguno, empujando a Levi y dirigiéndose a Mikasa.

— Venía a darte una sorpresa pero veo que estas acompañada. — Como si una contradicción dijera besó a la chica que tenía delante de él frente al azabache que los observaba atento y furioso.

— Si estorbo, me puedo ir... — Dijo Levi mientras se levantaba con la intención de irse.

— ¡No! Levi... No te vayas... — Suplicó la chica.

— Si me lo pides tú... No puedo negarme... — Y entonces se acercó a esta y cogiéndola por la cintura le besó el cuello

En el rostro del avellana se formó una sonrisa ladina y besó de nuevo a Mikasa. Pronto se convirtió en una guerra por ver quien se llevaba a Mikasa como si de un objeto se tratase. Efectivamente iba "ganando" Levi, quien dio la vuelta a la azabache y ahora estaba su frente con Levi y Jean besándole y metiéndole mano desde atrás. La iban desnudando poco a poco, Jean titubeando un poco, y también se desvestían a ellos mismos.

Esa noche, sin duda alguna, no fue exactamente como Jean lo planeó. Estuvo casi todo el tiempo viendo como los otros dos se intercambiaban besos y caricias y en raras ocasiones hacía algo. Una escena cuanto menos curiosa fue cuando estaba embistiendo con fuerza a Mikasa y sin aviso alguno, Levi, se la metió a Jean por detrás solo para que se apartara de ella. La conclusión que sacó de aquella noche es que ese chico era muy avaricioso.

Sin embargo no fue la única vez que tuvieron sexo Mikasa y él, ya que según lo que le dio a entender la chica no tenía ninguna relación oficial con el azabache y podía hacer lo que quisiera. Por eso los besos después del trabajo se convirtieron en rollos después del trabajo, metiéndosela y disfrutando lo más que pudiera.
Pero eso no llegó muy lejos ya que ella fue acabando un poco agotada debido al sexo con los dos chicos. Eso era agotador y acabó cerrando definitivamente su etapa de experimentación, aunque no del todo.

Tanto Mikasa como Levi eran muy abiertos de mente y los dos llamaban la atención de ambos géneros. No sabían cuanto...


"¿De verdad quieres que
te recuerde que las cosas
que se cuidan no se tiran
de repente?"

Algo Nuevo | RivaMika [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora