Capítulo 12

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"Hoy paso un año más aquí, me llevo una lección más. Me llevo una arruga más y una sonrisa más. ¿Alguna vez os habéis agobiado pensado en los que queréis hacer con vuestra vida? O como vais a ganar dinero...

Cuando te has leído el típico libro que te pregunta: ¿Cuál es tu idea de existo? Pues bien hasta hace no mucho creo que vivía con un piloto automático que me impedía pararme a pensar que es lo que quiero. Es por ellos que al final me encontraba haciendo algo que no me gustaba o sentía que había algo dentro de mí que no funcionaba. Era como si mis acciones no estuvieran actuando de forma coherente con mi yo interior.

En los últimos meses he aprendido, o más bien sigo aprendiendo, a escucharme, a saberme guiarme por mi propio instinto o por aquellas emociones que a veces tenemos miedo de escuchar. Creo que es la primera vez que me siento algo más en paz.

Me he dado cuenta de que quiero existo en la vida, sí, pero, cuidado, el existo de cada persona puede ser distinto. Para mí el existo es vivir feliz con mi pareja y amigos en una casa alejada de la multitud, donde pueda sentir la naturaleza, dedicarme a lo que me gusta, sin necesidad de tener todo lujos, sino más bien sin tener ninguna preocupación para comer o, simplemente, llegar a fin de mes.

Quiero sentir que cada día de mi vida está lleno de amor y quiero disfrutar de aquellas personas con quien pase el resto de mi vida. Eso para es existo.

Creo que uno de los requisitos para poder escucharnos a nosotros mismos y saber qué es lo que queremos es conocernos, querernos y aceptarnos. ¿Sabéis cuando repiten hasta la saciedad alguno de vuestros defectos? Tu sabes que están ahí y somos conscientes de ellos, pero al escuchar de manera continuada caemos a actuar en base a como no ser así o como mejorar o como dejar de hacer esto o lo otro, para ser gustados y aceptados por todo el mundo.

Pero la realidad es que a todo el mundo le importa bastante poco como seas, y sí, todos podemos mejorar cosas pero concentrarnos y obsesionarnos con ello no es en lo que quieres centrarte en tu vida.

Una vez me dijeron: "No des el poder sobre ti misma a nadie. Al fin y al cabo, tu eres la única persona con la que vas a convivir el resto de tu vida. Ni tu familia, ni amigos, ni tu pareja, ni tu perro en realidad." Así que si no te aceptas y te quieres a ti misma. ¿Quién crees que lo va a hacer? Si no decides por ti misma los que quieres, ¿vas a dejar que decidas por ti?

A veces tengo la sensación de que vivimos por y para una galería, que imagen queremos mostrar. ¿Es por miedo a mostraron tal y como somos? ¿Miedo a que nos hagan daño? ¿No es mejor vivir el o que no sentirlo nunca? Yo, desde luego, prefiero haberlo intentado aunque eso implique un lloro más, un dolor nuevo o algo de lo que aprender o curar. Prefiero mostrarme tal cual soy y que me dejen ser. Porque vivir escondiéndote o intentando gustar...

No es vivir"

(...)

Mikasa empezó a desabrochar los botones del pantalón de Levi entre lágrimas, lágrimas que se escurrían de sus ojos y se paseaban por su mejilla. En esto, Levi, intentó pararla.

— Mikasa... — Le decía mientras acariciaba su espalda — Para...

— Por favor... — Mikasa alzó la vista y fijo sus ojos en los de la otra persona. — Lo necesito — Suplicó todavía con el llanto en sus ojos — Solo esta noche. Levi... Por favor...

El azabache le acarició la mejilla y posó sus labios en los de la chica a la vez que posaba sus manos en las caderas. La besaba tranquilo, despacio y muy lentamente, saboreando todo lo que esos labios le podían dar.

— Mikasa... Lo siento... — Dijo el chico — No, así no. — La otra lloró con más fuerzas recostada en el hombro del chico y cuando estuvo más tranquila, este la llevó a la habitación de ella y la acostó. Después, por petición de Mikasa, se metió en las sábanas con ella.

Por la mañana, Levi, no estaba. Era la primera vez que lo, o no, hacían que no se encontraba el rostro del chico, sus ojos cerrados en plena tranquilidad. Mikasa se sentía estúpidamente vacía. Como si le hubieran robado o quitado parte de su ser, que en sí era lo que había sucedido. Tener siempre allí esa presencia del azabache, que esté siempre ahí cuando lo necesites, que te ayude con lo que pueda, todo eso se había convertido en parte de su rutina. Era una rutina que prácticamente compartían, estaban juntos casi las 24 horas del día. No había día que bien o desayunaran, se vieran el instituto, comieran, hicieran los deberes o cenaran juntos. Siempre hacían algo los dos. El uno se había convertido en la mitad del alma del otro y, exactamente, Mikasa, se sentía así, como si le estuvieran quitando la mitad de su ser, de la persona que era ahora, de la personalidad que la mantenía aferrada a este mundo.

Lo peor fue que no era la primera vez que lo sentía, desgraciadamente, no era la primera vez que sentía que le quitaban algo muy importante para ella. Otra vez eso se iba y sin avisarla, sin darle tiempo de entender y reaccionar adecuadamente a la situación. No era la primera vez que pasaba esto. No era la primera vez que Levi la dejaba sola. No era la primera vez que no había nadie a su lado. No era la primera vez que no tenía a nadie con quien compartir esos buenos momentos. No era la primera vez que sentía como las paredes se estrechaban. No era la primera vez que sentía como sus ojos sudaban y este se desplazaba por su mejilla hasta acabar en su barbilla. No era la primera vez que su respiración se hacía pesada y agitada. No era la primera vez que la habitación le daba vueltas al ver que nadie se encontraba en ella junto con ella.

"Si quieres que sucedan cosas diferentes,
deja de hacer siempre lo mismo"

Algo Nuevo | RivaMika [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora