La mañana continuaba su rumbo, la lluvia parecía no acabar en lo que iba del día y los chicos comenzaban a prepararse para salir a pasear.
Sam: -Oye Kay, ¿Dónde iremos? -.
Kay: -Eso no lo sabrás hasta que lleguemos-. Dije con vos provocadora.
Sam: - Dale no seas malo, dime-. Dije en tono de súplica.
Kay: Esa carita que ponía haciendo puchero me compraba y estaba a punto de sacarme toda la información si seguía así. -No te lo diré y, punto final-.
Cerramos la puerta con llave y fuimos a la parada del colectivo.
Kay: - Ya estamos llegando no te duermas-.
Sam: -Donde estamos? -.
Kay: - prontito lo sabrás-.
Sam: - Tú y tus misterios-.
Kay: - No desesperes mi niño-.
Bajando del colectivo nos detuvimos en un local para mirar unas cosas, luego entramos a un restaurant. Clase media alta, no era un lugar para cualquier persona.
Kay: - Toma asiento Sammy ahora vengo-.
Sam: Que raro, este es un lugar muy caro, la gente se ve que es muy interesada y además nariz parada, no puedo creer que sean tan sociables con Kay.
Kay: - Acá estoy, había ido a saludar a unas personas.
Sam: - ¿vienes seguido aquí?, pareciera que te conocieran todos-. Dije extrañado.
William: - Buenos días señor Engel, y buen día para usted caballero ¿qué quieren ordenar para el día de hoy?
Kay: - Buenos días William, quiero que conozcas a mi nuevo y gran amigo Sammy.
William: - Un gusto señor... -.
Sam: - O'Donnell, Sam O'Donnell, y el gusto es mío.
Kay: -Bueno, dejemos las presentaciones para después, Sammy, ¿qué quieres para almorzar?
Sam: - Em... quiero el menú del día y para tomar una Sprite bien fría.
William: - muy bien señor O'Donnell, y usted señor ¿qué va a querer almorzar hoy?
Kay: -Y yo William, lo mismo de siempre y agrégame esta vez un vino cosecha dulce-.
William: - está bien señor, enseguida vengo con sus pedidos-.
Sam: -Vienes muy seguido a este lugar ¿no? -.
Kay: - Trabajo aquí Sammy, soy el dueño-.
Sam: - ¿es broma?, pero si apenas tienes 19 años-.
Kay: -Mis padres eran los dueños de este restaurant, pero después de su fallecimiento, tuve que ponerme los pantalones y tomar las riendas en el negocio. No permití que ninguno de mis familiares pusiera mano alguna sobre el trabajo, ya que luego terminarían aprovechándose del lugar y se adueñarían cosa que jamás lo permitiría, en fin, a los 16 llevé adelante todo esto. Costó no te lo voy a negar por que imagínate, quien querría seguir a un niño de 16 años, pero entre todos nos ayudamos y supimos manejar la situación, lo sacamos adelante y yo pude pagarles el sueldo que siempre tuvieron y con el buen trabajo que hicieron hasta un aumento del 30% les pude dar. Asique por eso es tan buena la relación que tengo con mis empleados, porque ellos si saben valorar las cosas y como ese empeño se notó yo los recompensé-.
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¿Es obsesión o es amor ?
Romancetodos creemos que tener vecinos nuevos es algo tanto como fantástico o como aburrido dependiendo las expectativas que tengamos hacia esas personas. esta es la historia de Kay un joven de 19 años de edad, el vive solo, trabaja estudia y tiene una a...