Cualquiera podría decir que este era el más horrible castigado que mi padre me había dado. Pero a decir verdad no es que me comportara exactamente bien o regular, creo que ni siquiera llegaba a un aceptable.
Mi padre decía que esto no era un castigo, simplemente unas vacaciones. Por supuesto, que era un castigo, de eso no había ni una duda.
El seguía enfadado conmigo, bueno, cualquiera se hubiera enfadado conmigo por lo que hice. Y bien, siendo sinceros lo que hice no solo fue inmaduro, sino que también vergonzoso. Menos mal que estaba muy borracho para siquiera acordarme de lo que había sucedido con exactitud, pero nunca falta la multitud observando, y para mi buena suerte había alrededor de 40 testigos. Así que hay esta toda la evidencia del crimen por el que mi padre me acusa. Del el cual claro, era culpable.
Tengo bien claro cuál fue la razón que me incito a hacer todo eso.
Estaba molesto y si tengo que admitirlo también estaba celoso, y no se me ocurría mejor manera de llamar la atención de mi padre más que arruinando su cena de ensayo. Claro que no quería arruinarla solo que al final acabe haciéndolo.
Mi padre, que era divorciado, se iba a volver a casar con una mujer llamada Roxanne. Ella era una mujer como 7 años mayor que mi padre que obviamente nada mas buscaba otra fuente de recursos para sus operaciones y cosméticos caros. Roxanne no era la madrastra ideal, ni de lejos. Ella tenía esta estúpida idea de “Unir a la nueva familia” y se instaló en casa. Roxanne no era exactamente el problema, más que nada el problema eran sus 4 hijos. Bueno exceptuando a la mayor Julia, que tenía 23 y estaba estudiando artes en Nueva York. Pero los demás se instalaron un mes antes de la boda.
Lo cual para mi gusto fue demasiada anticipación.
Estaban los gemelos William y Oliver de 11 años, eran delgados y se podría decir que eran altos para su edad. Tenían la cara llena de pecas y una nariz puntiaguda que resaltaba su maliciosa sonrisa. Su cabello era entre rojizo naranjazo y un rubio deslavado. Yo siempre los he visto como unos minuciosos duendes del mal.
Por último estaba la adorable Kitty, en realidad nunca pregunté su verdadero nombre. Pero sé que le decían Kitty porque tenía una alocada obsesión con aquella minina. Ella era todo lo contrario sus hermanos. Julia y los duendes tenían ese aspecto de ser sacados de un anuncio de navidad. Pero Kitty tenía una sonrisa dulce y blanca, que brillaba en contraste de su pelo negro y piel morena. Roxanne ya nos había explicado que Kitty había sido producto de su segundo matrimonio, que según tengo entendido había sido un basquetbolista, y que Roxanne nada más había durado con él unos 9 meses. Kitty aunque siendo la más pequeña y teniendo nada mas 6 años era la más agradable de todos.
Kitty y yo habíamos hecho un tipo de alianza porque éramos los únicos a los que nadie les hacía caso. Nuestro trato consistía básicamente en hacerles pequeñas bromas a los duendes y robar de la nevera algunas golosinas y compartirlas. Siendo 11 años mayor que ella era un poco difícil tener una conversación que nos resultara igual de interesante a los dos.
El día del ensayo de boda estaba enojado, porque había descubierto a mi ex novia Laura besando a mi entrenador de futbol. Obviamente terminé con ella de inmediato, pero seguía teniendo esa sensación de asco en mi boca. Mi novia había besado a mi entrenador? Porque lo haría?
Estaba lo que le seguía de enojado pero aparte tuve que soportar cuidar a los duendes toda esa tarde para que Roxanne fuera al salón hacerle un peinado y cuando llego el coche para llevarnos estaba en mi estudio. Mi estudio era un lugar sagrado para mi, nadie tenía acceso al el mas que yo y mi padre, bueno antes de que se enredara con Roxanne. Desde entonces el no entra y tampoco lo dejaría entrar.
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Una última vez
Teen FictionUn verano en Mexico podria ayudar a cualquiera. Tom, no ha visto a su madre ni a su familia por 8 años. Tiene recuerdos de la playa. Pero no tantos, y no todo sigue igual que antes. Nina tiene un ultimo verano normal. No sabe que hara con su vida pe...