6. Nina y Maria

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N.

Esa noche había aprendido dos cosas; la primera fue que la mayoría de los tipos son unos idiotas insensatos, la segunda fue que aparte de idiotas  son inútiles.

 Le había dicho a Tom que limpiara el huevo de la cocina, y parce que lo único que hizo fue esparcir el olor.

Estaba sentada en la sala. Diego y Eddy discutían de técnicas para robar motocicletas, por la seriedad en el tono Diego sabía que la policía iba a tocar a la puerta en menos de dos días. Pam estaba escuchando música desde su iPod y Val parecía pintaba aquel momento.

 Podía imaginármelo, yo sentada en un sillón, con el libro de Orgullo y Prejuicio en las manos, Diego y Eddy en la mesa del comedor con una cara seria y Pam botada en el piso escuchando a Jessi McCartney.

Val tenía un verdadero talento. No solo pintaba a lápiz, sino que también era una maestra con acuarelas y las pinturas en acrílico o vinílico eran su especialidad; aunque nada más hubiera hecho dos así, le habían quedado maravillosos. 

M.

Cuando termine con Matt me pare abrí la puerta y vi si alguien estaba mirando.

Como nadie lo está haciendo salí y me senté junto a Nina en la sala.

Ella estaba leyendo. La verdad es que no entendía cual era su afición por hacer eso, es decir, acaso no sabía que estábamos en el siglo XXI y ya se habían inventado las películas?

Era perturbadora la idea de imaginarme como Nina, leyendo. Lo único que había leído en mi vida había sido una revista Vogue; pero solo había leído un artículo titulado “La celulitis, comida de la que es mejor alejarse para prevenirla”.

No sé de donde, pero empecé a escuchar música. Así que me puse a bailar, en casa de Nina era de lo más normal que la gente se levantara a bailar o cantar, hasta incluso gritar, a cualquier hora. A parte yo era una excelente bailarina.

Traté de no girar mucho para evitar que se levantara mi diminuta falda.

Cuando llegue junto a Nina alzo la vista y dijo:

-Porque no puedes tener un primo lindo?

-Ahh?- yo estaba confundida, sabía que se refería a Tom y por lo mismo me asuste. Será que Tom le haya resultado feo  Nina? No, Tom no le podía resultar feo a nadie y menos a Nina; ya que según yo ella no tenía ningún defecto en la vista- A qué te refieres?- pregunta estúpida, sabía que se refería a Tom pero no podía imaginar porque decía eso

Me estudió con la mirada

-De donde viene Tom?

-De California, Malibu, creo no estoy segura.- a donde quería llegar Nina?

-Con razón, al parecer está acostumbrado a que las chicas se le tiren encima.

Qué?! Que me había perdido? Tom y Nina? No era posible.

-Nada, solo era una suposición- Yo sabía que no era cierto, porque lo había dicho con una sonrisa y casi ruborizada.

Tenía que averiguar qué había pasado entre ellos.

-Bueno Nina, nos vemos mañana.

-Hey, que pasa? Pensé que te ibas a quedar.- dijo y me lanzo un pequeño almohadón del sillón en el que estaba sentada.

-Mmm, no me han dejado. No quisieras venir tú?

Sonrió  y supe que teníamos planeado lo mismo: Una noche de películas y palomitas acompañadas con las mejores representaciones de Chicago. Yo siempre era Velma, me encantaba su papel. Y a Nina siempre le había quedado mejor el de Roxie.

Así era como nos divertíamos, viendo películas, cantando y saltando. De vez en cuando Lily salía como a las 3 de la mañana diciendo que nos durmiéramos pero nunca le hicimos caso.

-Está bien, preparé mis cosas

Cuando terminó de agarrar sus cosas que básicamente consistían en unos shorts de pijama, una camisa deslavada de la película original de Drácula y su cepillo de dientes, salimos de la casa.

Nos pasamos todo el camino hablando de cómo habían sido nuestros últimos días de clases.

Cuando llegamos estaba todo apagado, como era de esperar. Así que escalamos una antigua reja que daba a la habitación de invitados y entramos por allá. Caminamos hacia el fondo del pasillo donde se encontraban las 3 habitaciones pegadas; la mía, la de Lily y la de mis padres.

-Voy al baño-dije, quería darme una ducha.

-Está bien, bajaré y prepare algo para comer.

Era tan usual que Nina entrará a mi cocina y agarrará comida. Así como yo robaba chocolate de la alacena de su familia con Val.

Nunca entenderé porque mi madre tiene tanto desagrado a ellos. Creo que por que la familia de Nina era genial y mi madre odiaba cualquier cosa que no fuera ‘sofisticada’. Esa era su excusa, pero la verdad es que mi madre era realmente una vieja estirada. Ni si quiera dejaba que la llamemos ´mamá’ o ‘mami’ ni de pequeñas. Siempre había sido madre.

Traté de desviar mis emociones en la ducha.

Lo único que podía evitar que hiciera algo ilegal a veces era un buen baño.

Una última vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora