Capitulo 53

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Marinette:


A fuera estaba lloviendo.

Podía oírlo.

Tomando una profunda respiración, abrí lentamente los ojos, olvidando por un momento donde estaba, pero entonces la tristeza me consumío de nuevo.

Habían pasado meses desde mi secuestro y casi tres meses más desde que ví a Félix por última vez, mi vida antigua se había ido por el caño. No tenía la esperanza de alguien buscándome, pero si había esa persona ¿Que le dijeron? ¿Que había dicho la policia?.

Mi rutina era la misma, a diferencia de antes, ahora solo me la pasaba encerrada.

Me deslicé fuera de la cama y por primera vez en unos días no sentí aquel horrible dolor punzante en el vientre. Me levanté cuidadosamente, mis músculos se contrajeron con fuerza y se resistieron. Hice una mueca, el dolor resonó a través de mí.

Me levanté el pelo para mirar el collar que me rodeaba el cuello.

Deslicé el índice dentro del aro que había en el frontal, tiré de él, era muy seguro. Las muñequeras también eran parte de mi atuendo permanente ya que también estaban aseguradas con candados. Podría haber intentado cortarlas, pero no había nada en la habitación que pudiera usar. Las restricciones me hacían sentir de alguna manera más denuda; llamaban la atención sobre el hecho de que no tenía nada más puesto. Me di la vuelta, inspeccionando, como hacía cada día, la amplia gama de látigos y del bastón aclarándose.

La puerta se abrío.

El "Amo" entró con el desayuno.

Me dirigí hacia el marco de la puerta del cuarto del baño, mirándole fijamente mientras cerraba la puerta con el pie.

Lo juro, ese hombre no dormía nunca. No estaba segura de que hora era, pero de cualquier manera me pareció demasiado pronto para que él estuviera duchado y vestido. Adrien todos los días siempre andaba vestido como si fuera a una fiesta o a salir por la noche, nunca llevaba algo informal o cómodo.

-¿Por qué te tapas?-inmediatamente miré al suelo pero no aparté las manos de mis pechos.

-Estoy desnuda Amo-le contesté con voz trémula.

Dejó la bandeja sobre la cama.

-Has estado desnuda delante de mi antes ¿Por qué de repente estás siendo demasiado modesta? Baja las manos y ven aquí-bajé las manos juntándolas frente a mí mientras caminaba hacía el. El suspiro cuando lo alcancé, apartándome las manos de mi sexo-No te cubras estando delante de mí. Es ridículo-me mordí el labio.

-Sí, Amo-dije un poco más alto que un susurro.

Yo estaba de un humor muy raro.

Cierto, ya estaba bastante deprimida ¿y quien no lo estaría? Enfadada, asustada, confundida, sola.

El suspiró profundamente mi rostro entre sus manos.

-No tengo mucho tiempo para enseñarte a comportarte.

Fruncí el ceño ante sus críticas palabras.

-Me siento mejor-susurré. Aunque estaba segura de que mi cara decía todo lo contrario.

Pasaron unos segundos, sus ojos verdes buscando en los míos.

Su boca se curvó, una ligera mezquina sonrisa alzó un lado de su boca.

Era una sonrisa que había llegado a conocer bien.

Me había olvidado de dirigirme a el como Amo.

Los gemelos Agreste © (+18). Adrinette, FelixnetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora