Capitulo 18

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Adrien:


Mire el cuerpo de Marinette desaparecer.

Félix volvió a mi lado con todo un buffet de postres en su plato.

Su mirada asesina se clavó en el asiento vacío de mi lado.

-¿Por qué tienes muchas consideraciones con ella?-dijo en un susurro lleno de odio.

Sabía que en la mentede el, Marinette era el cabo suelto de sus problemas.

Félix regresó a su plato después de otra corta mirada hacia mí.

Levanté una ceja y contesté:

-Tú me la diste, ¿por qué estas tan cabreado acerca de eso?.

La mirada de Félix bajó a su café y después se encogió de hombros haciendo sus muecas de digustos.

-Bueno si sobreviviremos esta noche, mañana te diré que te amo.

Comencé a reir ante la ocurrencia de Félix.

Mi hermana Fernie nos odiaba y siempre lo hará.

Ella nos ignoraba, fingía que sus dos gemelos favoritos no existián.

-Esta familia es una mierda-dijo.

-Que no te escuché mamá.

Mi hermano tenía razón, todas mis tías chismeaban los empleos más perfectos de sus maridos y más de alguna u otra forma sospechaba acerca de la fuente de ingresos de mi familia.

A los pocos minutos algunos se retiraban de la sala o a otros lugares.

Mi madre comenzó a limpiar la mesa.

Sacando mi plato y quitándole el de Félix justo debajo de el.

-¡Eso todavía no lo termino!-prostestó mi Félix.

-Calla, hoy vas a morir de indigestión.

Meme hace lo que hace, y Dios ayudara al pobre tonto que tratara de interponerse entre ella y lavar los platos.

-¿Qué se supone que tengo que hacer hasta la misa? ¿Mirar la televisión? ¿Enseñar a Hiiro como girar? Tú no dejaras que tu vieja Meme haga algo por ti sin quejarte, ¿verdad? No es suficiente que no me has dado nietos aún, no me dejas encargarme de ti tampoco.

Sabiamente cerré mi boca y dejé a mi madre hacer lo que ella iba a hacer.

Félix comenzó a reír a carcajadas.

-Tú te callas, hubiera preferido que fueras gay a juntarte con esta.

Mi hermano paró de reír, abrió los ojos y suspiró mientras Lila salía como bala de su asiento.

-Ahora entiendes porque te regalé esa chica-dijo más molesto.

-Gracias a ello estoy igual o peor que tú.


Marinette:


Estaba en mi habitación encerrada con Hiiro y Yerman.

Era de noche, pero con los reflectores al aire libre podía ver nubes gigantes de nieve flotando en un patrón constante.

Mi gato le había tomado unos días en acostumbrarse al perro, ahora solo lo ignoraba.

Y Hiiro, desde que llegué aquí era mi sombra.

Como si fuera el espía de Adrien, siempre me seguía a todos lados para echarse en mis pies y vigilarme.

-Señorita Marinette, el señor Adrien la espera en su habitación-la voz de la chica de limpieza sonó detrás de la puerta.

-Gracias-contesté sin obtener una respuesta.

Usualmente siempre es Louis quién me da los recados, pero supongo que hoy está muy ocupado para eso.

Salí de mi habitación y caminé  hasta la habitación de Adrien, teniendo cuidado de no ser vista por su familia o Félix.

Cuando llegué a la puerta estaba entre abierta.

Toqué dos veces.

-Adelante-dijo-cierras cuando entres.

Cuando entré, cerré detrás de mí.

-Me dieron tu recado.

Adrien estaba en el cuarto de baño.

-Solo quería invitarte a unos postres que están en la mesilla de noche, prueba uno. Ahora salgo.

Miré los postres, que más bien parecián pequeños dulces de colores.

-Prefiero comer después-dije con algo de desconfianza.

-¿Estas rechazando a tu amo?-su voz sonó a una amenaza muy violenta.

-Adrien tu dijiste...

La puerta se abrío y antes que el saliera, metí un dulce color azul a mi boca.

Eran amargos.

Son los peores dulces que he probado en mi vida, tiene la textura de pastilla efervercente.

Adrien salió... con otra ropa diferente.

La imagen de el era algo borrosa y distorsionada.

Por primera vez me sentí muy feliz de verlo.

-¿Vez que son muy buenos?-dijo.

Se acercó a mi, mis piernas comenzaron a temblar y el me sostuvo entre sus brazos para que no cayera.

Un zumbido en mis oídos molestos.

-¿Dime algo Marinette, te gusto?.

Yo sonreí como una tonta, mareada.

Todo comenzaba a dar vueltas mientras su cara estaba más cerca de la mía.

-Cuando te vi, por primera vez. Me gustaste mucho.

¡Oh por Dios creo que voy a llorar de la emoción!.

-¡No puedo creer que fui un tonto!.

No le entendía ya a sus palabras.

Pero sus labios chocaron con los míos en un beso exquisito.

Sus labios devoraban los míos, por primera vez sentí esa exictación creciendo en mí.

Sus manos comenzaron a recorrer mi espalda, igual que mis manos la de el.

Sin esperarlo me soltó jadeando besó mi cuello tiernamente.

-Adrien...-susurre.

-Eres la mujer más hermosa, pronto te llevaré conmigo.

Sonreí ante los colores que ahora veía, caí de espaldas donde daba vueltas y también comencé a llorar mientras todo se ponía oscuro.


Adrien:


Tenía media hora escuchando a mi primo Justin, sus raras teorías que el contaba acerca de las galaxias y cosa de la vidam ya me estaban aburriendo.

Solo en mi mente Marinette me perseguía, algo no andaba bien.

Lo presiento

Me levanté dejando a Justin hablando solo.

Tenía que ver a Marinette, asegurarme que ella esté a salvo.


Los gemelos Agreste © (+18). Adrinette, FelixnetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora