El futuro Picasso.

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El primer recuerdo que tiene fue cuando tenía cuatro años, apenas era un niño pequeño en la etapa de la razón; claro, él buscaba el por qué de todas las cosas y si no le daban respuestas a sus tantas preguntas entonces enloquecía, convirtiendose así en el niño más insoportable en todo el Condado de Buckingham en Virginia.

Fue desde entonces donde se dió cuenta que él tenía el poder de palabra, ese que hace que cualquier persona haga lo que tú quieras creyendo que es por su propia voluntad, y si no era así entonces te colocaba en su lista negra, la fila que lleva directo a que te corten la cabeza.

Sí, se podría decir que la vida había sido una maldita perra sanguinaría con él en los primeros años de su vida pero entonces no lo había dejado con las manos vacías, le otorgó la voz, aquella con la que manipuló a todo aquel que se le cruzara en el camino durante toda su vida.

Y podría haber jurado que eso seguiría siendo así de fácil hasta que la misma perra sanguinaría lo había obligado a cruzarse con un niñato con aires de grandeza que lo estaba obligando a hacer un montón de tonterías de las cuales en poco tiempo se arrepentiría, o mejor aún, ya estaba arrepentido.

Pero si tal vez no se hubiera bañado antes de su dichosa actividad del día, si no hubiese esperado esos cinco minutos frente a la caja en esa cafetería por su cambio, si no hubiese perdido tiempo decidiendo qué calcetines se le verían mejor, si no hubiese tropezado con ese perro sarnoso y si tal vez no hubiese decidido subir al auto rosado sólo por ser rosado no estaría ahora siendo llevado en contra de su voluntad a donde se suponía que era su destino por un niño bonito con una habichuela con espinas; que por cierto ni siquiera sabía por qué se había dejado convecer por llevarla.

La vida no podía seguir sorprendiéndolo.

-Y entonces, ¿Cuál es tu nombre?.- Habló Louis, atrayendo toda la atención del hombre a su lado.

-¿Qué?.- Cuestionó desconcertado.

-Supongo que si seremos compañeros de viaje debemos conocernos mejor, ¿No lo crees?.-

-Te recuerdo que yo no decidí esto.- Respondió cortante.

-Eso ya no puede importar menos, dime tu nombre.-

-Harry Styles.-

-Parece el nombre de algún striper en un burdel de mala muerte.-

Harry lo miró fijamente, buscando que aquello fuera sólo una mala broma. En cambio Louis sólo se encogió de hombros.

-Lamentablemente es el nombre de un criminal en un estado de mala muerte.-

Louis soltó una carcajada, causando que Harry lo mirara aún más molesto.

-Eres muy divertido, Harry. ¿Puedo preguntar por qué elegiste esa fea camisa para hacer tu crimen del día?.- Cuestionó señalando la prenda del hombre a su lado.

-¿No te cansas de joderme el día que ahora también comenzarás a juzgar todo de mí?.-

Pudo ver un destello de arrepentimiento en el semblante de Louis, puesto a que éste eliminó su sonrisa transformándola en un ceño fruncido.

-Lo lamento, puedo mantenerme callado si así te sientes más cómodo.-

-Okay.-

Y entonces el silencio incómodo se espació en todo el auto como algún tipo de humo asfixiante.

-¿Y qué hay de ti?.- Habló de pronto Harry.

-Pensé que no querías que hablara.- Respondió sentido.

-Ya déjalo.-

-Bien, me llamo Louis Tomlinson, tengo 18 años, soy huérfano, mis flores favoritas son los girasoles, me gusta el té sin azucar, mi abuela murió apenas hace unos meses, decidí tomarme un año sabático antes de entrar a la Universidad, ahora vivo en la casa de mi abuela, sobrevivo gracias a sus ahorros, me gusta la literatura y amo la soda y el helado, odio los lunes así como el invierno y me gusta pintar.- Dijo simple, con un atisbo de orgullo en todo el rostro.

Harry sinceramente sólo esperaba recibir el nombre del muchacho para romper la tensión en el auto, nunca espero escuchar su vida y mucho menos sus interéses.

En cambio dijo.

-Así que... el futuro Picasso, ¿Eh?.-

-¡No!.- Gritó molesto. -Picasso tiene una visión muy diferente a la mía, entiendo que sea la única persona que les llega a la mente a las personas que tienen poco conocimiento en el mundo de la historia del arte pero no me gustaría ser comparado con alguien como él y su manera tan analítica de ver las cosas, comenzando por que tomó las tramas geométricas eliminando la profundidad espacial y entonces él...-

-¡Shh!.-Dijo Harry, causando interrupción en su defensa a lo que había dicho hace tan sólo unos minutos.

-Pero estaba hablando sobre....-

-Y me llamaste ignorante.- Volvió a interrumpir.

-No fue lo que quise de...-

-Fue lo que quisiste decir.-

-Me interpretaste mal, Harry.- Louis evidentemente hablaba con sinceridad y hasta con un poco de arrepentimiento clavado en las cuencas azules.

A Harry le divertía la situación.

-Dijiste que no sé de arte y luego comenzaste a hablar de eso que no entiendo para hacerme quedar como tonto, ¿Es que no te hartas de ser malo conmigo?.- Usando un tono bañado en drama se llevó una mano a su pecho mientras cerraba los ojos.

Louis se sentía como la persona más mala sobre la faz de la tierra, sabía de sobra que solía ser demasiado hablador, pero de eso a lastimar a una persona era demasiado.
Ahora era como ser el peor ser humano sabiendo que estaba siendo grosero con el hombre a su lado.
Él tenía razón, Louis lo estaba obligando a hacer algo que no quería.

Harry mostró una sonrisa digna del gato sonriente al ver el efecto que su reyna del drama interna había causado dentro del muchacho, si tal vez siguiera así él...

-Lo lamento, Harry. Yo realmente quiero ir contigo porque ahora mismo ya no me queda nada y no quiero quedarme a ver como desperdicio mi vida poco a poco, no volveré a ser malo contigo, lo juro.
Por ti puedo ser el futuro Picasso si así lo quieres.-

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