Carpe Diem

Aliados en el cielo, camaradas en el infierno.

Él recibió una señal por la mañana, de esas que te avisan cuando tendrás un buen día o cuando será el peor de tu vida, en definitiva la señal había decidido ser la segunda.

Cuando salió de su departamento y casi lo atropella ese Cadillac rosado.

Cuando se dirigió a su auto y éste lucía una preciosa multa sobre el parabrisas.

Cuando entró a la cafetería y aquel hombre con lentes obscuros y camisa tropical se metió en la fila y a causa de su enorme billete hizo a todos esperar un poco más por su cambio.

O simplemente cuando su novio había terminado con él al llegar al trabajo, y es que, no lo juzguen, cualquiera estaría harto de llevar una relación homosexual en secreto y más cuando ambos son policías que según los estereotipos deben ser tan varoniles.

Pero en todo el día no se había percatado de todas las señales, no, él supo que este sería el peor día de su vida al estar sentado justo al lado de su ex novio a sabiendas de que ambos se encargarían de buscar y atrapar a aquel criminal del que todos estaban hartos.

Sí, se refería al ladrón, asesino y traficante más inteligente en todo el país.

¿Y cómo sabían que era el mismo? Fácil, el desgraciado dejaba una nota con lo que parecía ser la inicial de su nombre en todas las escenas del crimen; una "H xx" y todos sabían de quién se trataba.

Pero esta vez había sido diferente, por que hasta el criminal más inteligente del país puede cometer errores, y el suyo había sido no usar su pasamontañas justo frente a esa cámara.

Por que si no hubiera escogido usar la prenda de algodón tal vez no hubiera querido rascarse por la comezón y así muy probablemente seguirían sin tener por lo menos una pista.

Pero ahora con lo que era la mitad de su rostro podían mandar a hacer miles de bolantes y colocarlos en cada esquina de todo el país y con esto enviar a los mejores oficiales en California para su búsqueda.

Sí, ese día a comienzos del verano del 53 no podía ir mejor.

-¿Usted pretende que mi compañero y yo sólo salgamos a las calles en busca de información para atraparlo?.- Cuestionó su compañero y ex novio.

-No, quiero que salgan a las calles en busca de ese bastardo y lo atrapen a cuesta de todo.- Respondió con firmeza aquel hombre con semblante arrugado y barba de días, en todo su rostro se leía una palabra que lo describía completamente; Pericia.

-Señor, con todo respeto, no se puede hacer mucho cuando se tiene la mitad del rostro de alguien y éste no tiene ningún tipo de expediente o información que avale su existencia.-

-Conozco la situación, oficial Payne, todos en el edificio están al tanto de que el maldito es como un fantasma y gracias a los mejores periódicos su imagen ahora está transitando hasta el rincón más alejado del país. Así que supongo que su trabajo sólo consiste en estar al tanto de cualquier avistamiento y ponerse en marcha. ¿O me equivoco?.- El hombre exaló todo el humo que su pipa pudiese producir sin quitar su verdosa mirada de los oficiales que se encontraban delante suyo.

-Así es, señor, ¿Pero enserio cree que es una buena idea esperar hasta que se vuelva a aparecer?.-

-Yo nunca dije eso, Malik. Si bien recuerdo, su último crimen fue robar el Wells Fargo en Madeline esta mañana, banco en donde al muy imbécil se le ocurrió mostrarle a la cámara la mitad de su rostro.-

-En ese caso comenzaremos con Madeline, señor.-

-Con que ya comenzaron a entenderme. Muy bien, quiero su primer reporte al final de esta semana, y si no tienen algo ya me encargaré de los dos.- Dijo, fulminando con la mirada a los dos policías antes de salir de la oficina.

Ambos policías cayeron en un incómodo silencio al ver salir al hombre mayor.

-Zaynie, yo...-

-Soy Zayn.- Interrumpió. -Y antes de cualquier cosa, quiero dejar en claro que esta misión será únicamente profesional.- Terminó, y con determinación comenzó a levantarse de su asiento antes de ser sujetado de la muñeca y tener que mirar en dirección a su compañero.

-Te conozco, tú al igual que yo sabemos que debemos arreglarlo antes con la cabeza fría. ¿Acaso vas a olvidar una relación de cuatro años en una mañana y comenzar a buscar como si nada a ese criminal?.-

-Ya se ha dicho lo que se tenía que decir, Liam. Con más razón, se necesita concentración.-

-¿Concentración?, ¿Cómo piensas tener concentración con todo esto?, ¿Cómo piensas atrapar a ese sujeto de esta manera?.- Dijo, con un atisbo de tristeza la mirada, causando que se precipitara una lluvia de lagrimas.

-Aliados en el cielo, camaradas en el infierno.- Y tras decir esto, se safó del agarre y abandono la habitación, dejando a un oficial con el corazón roto.