🍃 Capítulo 3 🍃

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|Síntomas|

Las horas pasaban mientras el pelinegro pensaba en todo lo que le haría al castaño.

Mientras su café se enfrió, pidió una botella de su vino favorito, AurumRed Serie Oro.

Una azafata se acercó a Miguel, estaban apuntó de aterrizar en el aeropuerto de Bergen.

-.Señor Miguel estamos apuntó de aterrizar todo estará listo al llegar, no se preocupe por nada.- la señorita se alejó dejando a un Miguel algo ebrio y con una copa de vino en la mano.

~Me estas volviendo loco Rubén...~

Dijo el pelinegro en sus pensamientos.

Pasaron unos minutos, se oyó una voz hablando por los altavoces de comunicación del avión.

Estamos aterrizando en la pista de aterrizaje Señor Miguel, bienvenido a Noruega esperamos que haya sido de su agrado el vuelo.

Mangel se puso de pie y fue directo a la habitación del castaño.

La azafata que custodiaba la puerta, abrió para que Miguel pudiera pasar dentro, al entrar vio aún castaño con los ojos medio abiertos mientras el flequillo dorado de su pelo tapaba su ojo izquierdo, se veía tan putamente adorable acostado así...

Mangel no pudo resistir darle un beso a esos labios, se veían tan suaves y rosas, eran tan jodidamente perfectos.

Se acercó lentamente a sus labios depósitando un pequeño beso en ellos.

Lo que el pelinegro no sabía es que Rubén estaba despierto y se hacía el dormido para luego poder escapar.

...

Rubén se puso bastante nervioso al sentir los labios de Mangel, no podía moverse, o Miguel sospecharía de que estuviese despierto.

Al ver que Miguel salía del cuarto y que nadie lo observará intentó buscar su móvil, no lo encontraba estaba un poco mareado por lo que le habían inyectado por lo visto no actuó tan bien como para dormir al castaño más tiempo.

No pudo ver bien quien lo beso...
Estaba desesperado por saber quién era el que le había dado el mejor puto beso de su vida.

Al ver que alguien le abría la puerta antes al pelinegro para entrar a la habitación penso que alguien estaba custodiando la habitación.

Cogió un jarrón de cristal que había en una mesita al lado de la cama y hizo algo de ruido para que entrarán a ver lo que pasaba en la habitación, el castaño al ver como se abría la puerta le lanzó un jarrón de cristal en la cabeza a un esbirro de Miguel que estaba en la puerta para llevárselo al coche que había fuera del jet.

Lo que el castaño no sabía es que estaba en un jet privado y en Noruega...

Al ver al esbirro de Miguel inconciente en el suelo se puso muy nervioso.

Le había tirado un puto jarrón de cristal en la cabeza a un tío...
El castaño estaba en shoock

Salió despacio y con cuidado de la habitación mirando a los lados del pasillo para que nadie lo viera.

Miro por una pequeña ventana y se quedó flipando un poco, estaba en un avión o lo que fuera... No se lo podía creer.

De lo único que se acuerda es del mejor beso de su vida y de la maldita sesión de fotos.

Síndrome de Estocolmo - [RUBELANGEL] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora