CAPÍTULO 29. - No más Mani.

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Como si disfrutara viendo la sangre sobre mí.

Pov Camila.

-¿Dónde estabas? -preguntó Alejandro cuando di el primer paso dentro de la casa.

¡Ah! Debí haber entrado por el balcón.

Yo sólo lo miré y vi que Sara estaba a su lado, con su rosario en las manos y pegado al pecho, me hubiera reído por la escena que estaba viendo, si Alejandro no se viera tan molesto.

-¡Camila! ¡¿Dónde estabas?! -gritó caminando hacia mí.

Yo retrocedí automáticamente, en verdad estaba furioso y yo no tenía más aguante para algo así.

-E... estaba con... Ally. -murmuré intimidada por sus gritos.

Alejandro jamás me había gritado en California, pero en Bradford parecía ser su actividad favorita.

-¡Mentirosa! ¡¿Crees que no oí el motor de aquella máquina?! ¡¿Crees que no te vi llegar con esa delincuente?! -gritó histérico.

-Señor Alejandro, creo que debería calmarse... -sugirió Sara caminando hacia nosotros.

-¡No te metas, Sara! ¡Te pago por cuidar a mi hija! ¡Te pago muy bien por hacerlo! Si ya no puedes hacerlo, mejor dímelo y conseguiré a alguien más capaz. -la última frase la pronunció con soberbia y altanería, mirando a Sara como si fuera un auto que ya no servía, como si fuera un color de la temporada pasada.

Sara bajó la mirada azorada y murmuró con voz estrangulada:

-Por supuesto que no, señor. Soy perfectamente capaz de cuidar a la señorita Camila.

-Claro que eres capaz, lo has hecho por los últimos 16 años. -murmuré echándole en cara a Alejandro su falta de atención.1

La verdad no me importaba si Alejandro me ponía atención o no, nunca me había sentido sola, Sara siempre había estado ahí, siempre había estado al pendiente de mí y yo sabía que yo era lo más importante en la vida de Alejandro, su prioridad; sin embargo, era el momento perfecto para hacerme la indignada e intentar salir sin castigo. Alejandro me miró con los labios apretados, indignado.

-Sube a tu habitación, ¡ahora!

Yo no esperé a que lo pidiera dos veces y corrí a las escaleras. Cuando llegué a mi habitación cerré la puerta con seguro y encendí la luz, miré el reloj morado que estaba colgando en la pared y me sorprendí, 11:10 pm, ahora entendía porque Alejandro estaba tan molesto, nunca había llegado tan tarde a casa. Miré las puertas de mi balcón, abiertas de par en par, avancé lentamente hacia ellas y las cerré con cuidado, la habitación de Lauren seguía a oscuras, lo que concordaba con lo que me había dicho acerca de llegar a comer algo, puse las cortinas y no fui capaz de ver nada más de su habitación. Me preparé para la cama y me recosté cubriéndome con tantas cobijas como pude, era curioso que bajo las gruesas cobijas no dejaba de temblar, pero afuera, en la calle, rodeada por los brazos de Lauren ni siquiera me acordaba del frío.

Lauren.

Suspiré recordando lo que había pasado en la fogata. Yo sabía que esos chicos nos iban a causar problemas, pero estaba equivocada; fue Lauren quien se lanzó sobre uno de ellos y por lo poco que entendí de la conversación entre Marco y Lauren, era ella, Lauren, quién le había hecho algo a la hermana de un tal Cory. Suponía que Cory era el chico que estaba en medio, el que había hablado con Lauren, al que Lauren había... golpeado. Cerré los ojos fuertemente intentando olvidar cómo los puños de Lauren habían logrado deformar su rostro, a tal grado que no podía ni ver uno de sus ojos y la... sangre, tanta sangre. Y cuando Lauren me había abrazado, casi podía sentir todavía sus brazos rodeándome, tan fuerte. Y cuando Ally me miró y gritó, sacando rápido una toallita de su bolso y limpiándome el rostro, quitando la sangre de aquel chico. Lauren me había manchado con la sangre de otro chico, mientras Ally me limpiaba gritando asustada, yo lloraba en silencio, sintiendo la mano de Lauren apretar la mía, con una sonrisa sádica en el rostro, como si disfrutara viendo la sangre sobre mí. Escuché algunos golpes suaves en las puertas del balcón y cerré aún más fuerte los ojos, recordar lo que Lauren le había hecho al pobre chico me aterraba más que lo que me había hecho a mí.

Bad - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora