Bad - Camren

Capítulo 42. - Mirada perdida.

Convertir un golpe en una caricia.

Pov Lauren.

-Hey chica!! Que milagro que no estas con Camila -Dijo Dinah bromeado mientras entraba a mi casa.

Yo dejé a un lado los 629 € que tenía en mi mano y la miré.

-Tengo cosas que hacer. -murmuré tomando otro paquete de dinero, conté, habían 364 €.

Tenía 993€

Tomé otro paquete más y lo conté, 123 €.

Tenía 1116 €. Debía dividirlo entre 8, un octavo para Dave, otro para Jair, otro para las nuevas cámaras de John, un octavo para "El Científico", dos octavos para que hiciera más dulces, y dos octavos para mí. A Dave, Jair, a John y al Científico les tocaba... 139.5 € y a mí y a los dulces nos tacaba...

-¡Detente! -gritó Dinah.

La miré con el ceño fruncido.

-¡Me da miedo cuando haces eso, Lauren! Cuando empiezas a contar en voz baja y como si tuvieras una calculadora integrada en el cerebro, me da miedo. O como cuando teníamos 13 años y te aprendiste la dictadura completa de Hitler en 10 minutos sólo para molestar a Patrick, ¡ni siquiera eres racista, sólo querías joderlo! O en la primaria cuando Normani había sacado bajas calificaciones y te las ingeniaste para meterte a la base de datos de la escuela y cambiar sus notas para que su padre no le diera una paliza.-quejó Dinah.

-279 €. -finalice mis cuentas y ella bufó.

-No entiendo cómo eres tan buena en todas esas cosas si nunca prestas atención en clase, te la pasas durmiendo. Lo que sea, de todas formas, ¿de qué es ese dinero? ¿Es lo que los camellos sacaron esta semana?

Yo dividí el dinero en las 8 partes mientras ella se quejaba amargamente. Cuando terminé, la miré.

-Sí. Mañana debo ir a recoger lo de las peleas... ¡Mierda! -murmuré recordando. Dinah alzó una ceja.

-¿Qué pasa?

-Le había dicho a Camila que iríamos al cine. -recordé. En realidad no iríamos al cine, la llevaría al prado pero Dinah no sabía nada de ese lugar. Dinah sonrió como idiota y se sentó a mi lado.

-No te preocupes, tortolita, yo recojo el dinero. -dijo acercando su mano a mi rostro, intentado pellizcar mi mejilla, no estaba ni cerca de mi barbilla cuando agarré su mano y la apreté hasta que gritó.

-Amargada... -la escuché murmurar.

La miré un poco más y negué con la cabeza mientras sonreía a medias.

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-Cierra los ojos y dame tu mano. -le pedí.

-¿Estás segura de que es necesario? -me preguntó Camila con sus grandes ojos marrones inseguros.

Asentí, era un paso que no podíamos saltarnos. Mi propósito no era simplemente que ella lograra sobrevivir por su cuenta en esta ciudad de delincuentes, mi propósito era que ella lograra sobrevivir por su cuenta en este mundo de locos.

-Es completamente necesario.

-¿Por qué?

-Camila, si controlas el dolor físico, controlas cualquier situación. Es casi tan importante como controlar el miedo.

Ella me miró como si estuviera loca. No alcanzaba a comprender cuanto podía mejorar su situación el poder bloquear el dolor físico. El poder seguir de pie y peleando a pesar de tener uno o más huesos rotos.