-¿C-castigo?- Gianluca se quedó sin palabras.
No debería estar sorprendido, ya que sabia muy bien en que se estaba metiendo, sobre todo después de sus deliberadas provocaciones. Pero no pudo evitar sentir un cosquilleo en el estómago que no supo como clasificar. ¿Nervios?¿Miedo?¿Emoción? Un mundo de sensaciones comenzaba a anidarse dentro de sus venas y no sabía como luchar contra él.
Mientras tanto, Piero disfrutaba de ver la contrariedad en las facciones suaves de su amante. Sabía que no sería fácil para Gianluca ceder el control, estaba demasiado acostumbrado a hacer las cosas a su modo, como demostró minutos antes con tan descarada actitud. No importa lo mucho que deseara someterse a los deseos de Piero y aprender a concederle el poder para dominar su placer, ese lado suyo tan férreo, tan controlador, saldría a flote tarde o temprano. De alguna u otra manera, por más que jurara sumisión, su faceta perfeccionista y sus ansias de hacerlo todo a su modo le darían más de un dolor de cabeza al de anteojos. De eso estaba seguro. Y le encantaba la idea. Disfrutaría plenamente cada segundo que viera al gran Gianluca Ginoble dominado y sometido a sus deseos pervertidos.
-Si cariño, ¿no era eso lo que deseabas?- susurró Piero con suavidad mientras recorría con las yemas de sus dedos la suavidad de la creciente barba del castaño - un castigo bien merecido, después de tu rebeldía de hace rato. ¿No es eso lo que buscabas al hacer las cosas a tu modo?
Ni como decirte que no.
-S-si, Piero -tartamudeó dulcemente- y-yo quiero que me castigues.- casi se sonrojó al admitir eso.
-Muy bien, tendrás tu castigo - Piero se apresuró a subirse los boxers, guardando su miembro de los ojos curiosos de su amigo.
Se agachó hasta que los labios de ambos se tocaron. Abrió la boca del castaño, saboreando, exigiendo. Empapándose del tentador aroma que desprendía su piel, mientras con su mano exploraba la curva del cuello de su amigo, deleitándose con su textura, sintiendo como sus venas bombeaban su sangre. Siguió bajando su mano hasta llegar a los pezones, los cuales masajeó y pellizcó suavemente, uno a la vez. Haciendo círculos cada vez mas estrechos con la punta de sus dedos, haciendo que Gianluca temblara de placer aún cuando su camiseta impedía el contacto directo.
Escucho como el ambiente comenzaba a llenarse de los tímidos gemidos de Gian, gemidos que no salían completamente de su boca, ya que la suya se encargaba de absorber todas y cada una de esas explosiones de placer. Siguió bajando su mano, primero surcando por sus abdominales cubiertos en tela, yendo de allá para acá en una danza erótica. Mientras tanto, su otra mano no perdía el tiempo, se encargaba de explorar a conciencia los suaves rizos castaños de su amigo, halando solo un poco de tanto en tanto.
Su mano traviesa siguió y siguió bajando, aumentando la velocidad con la que se movía conforme los labios también lo hacían. Llegó a la cintura de los pantalones de Gian, y después al bulto que se sobresalía de ellos, el cuál, comenzó a acariciar con movimientos acompasados con el ritmo de las embestidas de su lengua. Los gemidos de Gianluca se hicieron cada vez más fuertes, de manera que la boca de Piero no era capaz de contenerlos todos.
A su vez, Gianluca estaba confundido. Eso no parecía un castigo en absoluto, sin embargo, no se podía quejar. Sentía que estaba a punto de alcanzar el cielo. Ni siquiera se molestó en moverse, solo estaba dejándose llevar por las sensaciones que Piero le estaba haciendo sentir con sus labios, con sus manos. Ambas partes de su cuerpo tan fuertes y tan delicadas a la vez. Los sentía como un suave manto de seda cubriendo el lugar que tocaban. Sus caricias eran sensuales y provocadoras. Adictivas.
Cuando por fin sintió la mano del de lentes llegar a la cintura de su pijama, su corazón comenzó a palpitar como si estuviera a punto de saltar de un bungee. Y cuando por fin llegó a su necesitado miembro y comenzó a frotarlo, sus gemidos no fueron suficiente para hacerle saber lo mucho que estaba disfrutando. Su orgasmo estaba comenzando a construirse, pesado, abrumador, preparando cada uno de sus nervios para ser sacudidos. Los dedos de Piero amasaban cada vez más fuerte, y cuando Gian estaba a punto de comenzar a gritar en señal de liberación, sintió una mordida en los labios y un apretón sensual en su miembro... y después nada. Piero se había detenido, justo antes de que su clímax estallara.
¡Que!
Gianluca abrió los ojos, y vio a Piero sonriendo de lado, recostado sobre sus codos con una expresión satisfecha en su rostro. Su boca se abrió con asombro, estaba anonadado ya que no sabía que demonios había pasado.
-¿Qué?¿Pasa algo?-preguntó Piero casi inocentemente. Casi.
El castaño no podía responder, su frustración comenzaba a hacer mella en él, haciendo que sus manos cosquillearan por masturbarse y terminar lo que Piero solo había empezado. Pero sabía que el de lentes no lo dejaría.
-¡¿P-porqué hiciste eso!?- replico Gian con asombro, mientras se sentaba para darle la cara a su amigo.
-Es tu castigo.
-¡¿Ese era mi castigo?!-No había manera de que Gian dejara de gritar a causa de su desconcierto.
-Así es - dijo Piero con aires de superioridad - Tu esperabas nalgadas, azotes... tal vez que te follara a la fuerza - recorrió de nuevo la mandíbula de Gianluca con sus dedos, pero él lo aparto de un manotazo. - Uy, tranquilo cariño. Me rompes el corazón.
-¡Y tu eres un... un..! ¡Solo me calentaste para nada!-gritó con frustración.
-Y qué mejor castigo que ese. Es lo menos que te mereces por desafiarme, cachorro.
-¡No me digas cachorro!-Gian se levantó molesto, y con dificultad por las sensaciones que aún lo recorrían.
-¿Estás molesto? - dijo Piero entre sonrisas mientras también se ponía de pie.
-¡¿Tú que crees?!
-Oye, cálmate-Piero se acercó a Gian por la espalda y lo rodeó con sus brazos. El castaño se removía en negación pero terminó quedándose quieto - tienes que aprender a controlar tu frustración si quieres ser mi sumiso. Aprender que las cosas no van a salir siempre como tu quieres. Y sobre todo, a aceptar los castigos que te merezcas, no todo son azotes. También te castigaré de otras maneras.
Gianluca respiró hondo tratando de calmarse, y aunque su furia ya no era la misma por que entendió lo que Piero le había dicho, su frustración sexual lo estaba molestando mucho.
-Vamos, necesitamos hablar de esto- Piero lo guió al sillón, haciendo que el castaño se sentara, y se arrodilló frente a él- Escucha, yo sé que estas acostumbrado a que todos, incluido yo, hagamos lo que tu quieres, todo el tiempo. Pero eso se acabó en el momento que me pediste ser mi sumiso. Esto no quiere decir que yo vaya a hacer algo que no quieras, o que vaya en contra de tus deseos, quiere decir que tendrás que aprender a no manipular la situación para salirte con la tuya.
Gianluca hizo pucheros. Tenía nociones de lo que le había explicado su amigo, pero realmente no había investigado tanto. Y definitivamente esperaba vivir sus inicios en el BDSM como relataban esos libros eróticos que tanto le gustaba leer. Al parecer no sería así.
-Se que puede ser un poco raro para ti, pero iremos poco a poco. Yo te guiaré a cada paso del camino, cachorro- Piero se acerco a dejar un breve beso en los labios aún hinchados del castaño- creo que es hora de que me vaya. Te dejo de tarea que investigues más sobre ser un sumiso, no te quedes solo con la idea que tiene la mayoría de la gente. No todo son azotes y esposas, por muy atractivos que se vean. Investiga, y vendré mañana para que hablemos más a profundidad de esto, ¿de acuerdo?
-De acuerdo-Gian por fin pudo encontrar su voz.
Vio como Piero se levantaba y comenzaba a vestirse. Cuando estuvo listo, él también se puso de pie para acompañarlo a la puerta.
-Nos vemos mañana- lo besó de nuevo- no olvides la tarea que te dejé.
Piero abrió la puerta y ya estaba a punto de irse, cuando se volteó a ver de nuevo a Gian.
-Ah, y no te toques. Sabré si lo haces- le guiñó un ojo y salió del apartamento, dejando a un Gianluca muy frustrado y sorprendido, con la boca abierta en señal de indignación.
¡Que maldito cabrón!
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Hola de nuevoooo, ¡espero hayan disfrutado el capítulo!
Pinshi Piero calienta pollas JAJAJA -no supo como decirlo en español mexicano-
Nos leemos pronto <3
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Dominandote [IL VOLO- PIANLUCA] [+18]
RomanceGianluca Ginoble ha estado deprimido por las últimas semanas. Es el CEO de una compañía en crecimiento, sin embargo, cuando un comentario desagradable de una de las secretarias se mete en su cerebro, toma la madura decisión de encerrarse indefinidam...