— Piero, necesito los reportes para el final de la semana, y dile a Ignazio que necesito el presupuesto para más tardar mañana, por favor.
— Claro, Gianluca. ¿Algo más?
— Nada más, puedes retirarte.
Gianluca despegó por fin la vista de sus papeles para guiñarle el ojo y darle una sonrisita dulce a su nuevo novio. El corazón de Piero se hinchó de felicidad y salió de la oficina, sonriendo como un tonto (y antes de hacer algo indebido durante el horario laboral).
Habían pasado ya dos semanas desde aquel día donde Ignazio los había descubierto en una situación más que comprometedora, y desde entonces, las cosas entre ellos habían mejorado bastante. Gianluca había vuelto al trabajo, con empleadas nuevas por supuesto, y él y Piero comenzaron una relación formal, que aunque no sabían qué les deparaba, estaban dispuestos a intentarlo.
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— Más... ah... fuerte — Gianluca sentía el sudor nacer de su frente y recorrer su rostro hacia abajo, cayendo de vez en cuando en la sábana al ritmo de las caderas de Piero.
Se aferró a sus sábanas con más ganas, y sintió a Piero cubrir su cuerpo por completo, obligándolo a recostarse en el colchón. Sintiendo la fricción entre su miembro y el colchón cada vez más fuerte, producto de los embistes de su amante, llegó a su clímax entre gritos ahogados, gemidos al unísono y la cálida piel de Piero sobre la suya.
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— ¿Estás bien? Caminas gracioso — Piero dijo entre risas y algo de sopa instantánea cayendo de su boca, al ver caminar a Gianluca como si hubiera hecho tres horas seguidas de cardio. Que no estaba muy lejos de la realidad, para ser honestos.
Gianluca lo miró mal y se sentó a su lado, abriendo su envase de comida china que recién había llegado.
— Y todavía te lo preguntas. Como me la sigas metiendo así vas a tener que comprarme una silla de ruedas.
Piero estalló en carcajadas, y Gian solo rodó los ojos y comenzó a comer.
— Lo siento si soy muy bruto, amor. Puedes detenerme cuando quieras, lo sabes. Además, aún no estás acostumbrado.
— Bueno, advertido estás — le lanzó un pedazo de brócoli de su envase, pero Piero lo mordió en el aire, como todo un profesional— Presumido.
Piero se acercó a robarle un beso, uno que le supo a caramelo y café. A noches en vela haciendo el amor y desayunos en la oficina. Porque supo por fin que había encontrado su hogar junto a Gianluca. Junto a ese amigo que no pensó que correspondería a sus sentimientos. A ese chico con cálidos ojos color miel y una bondad infinita pisoteada por sus fracasos en el amor. Al final del día, lo que estaba destinado a ser compensaba con creces las veces que sintió su corazón caerse a pedazos. Porque por fin estaba en casa, y planeaba quedarse ahí, disfrutando de la dulce sonrisa de su amado Gianluca.
Fin
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IT'S FINALLY THE EEEEEEENDDDDDDDD
Probablemente esperaban más, ;-; pero quería terminarla a como dé lugar ya que tenía mucho tiempo posponiéndola. Además de que ya no daba para más este fic, al menos desde mi perspectiva. Espero en un futuro leerla y editarla para que sea más bonita y así. Muchas gracias a todas las que llegaron hasta aquí, no pensé que llegaría a tantos views. GRACIAS.
Espero escribir cosas más bonitas en el futuro y que me acompañen en ese vuelo también. Las amo <3
Nos leemos en algún otro fic.
*Suricata Lectora*
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Dominandote [IL VOLO- PIANLUCA] [+18]
RomanceGianluca Ginoble ha estado deprimido por las últimas semanas. Es el CEO de una compañía en crecimiento, sin embargo, cuando un comentario desagradable de una de las secretarias se mete en su cerebro, toma la madura decisión de encerrarse indefinidam...