Mi ultimo deseo

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—ICHIMATSU-NISAN!! —gritaba el quinto hermano mientras agitaba el cuerpo del mayor— Ichimatsu! —repetía entre lagrimas ante nula respuesta del contrario quien a cada segundo su apariencia se iba deteriorando— despierta por favor! Nisan!!

El frio era cada vez mas insoportable, sus manos inconscientemente se movían a pesar del dolor de sus extremidades. Jyushimatsu se encontraba a su lado, ahora abrazándolo con fuerza para darle calor, apenas logro abrir los ojos noto como su hermano menor lloraba sin borrar su característica sonrisa, eso le animaba un poco a pesar de lo que se avecinaba.

—Jyu...Jyushimatsu, —susurro con dificultad tratando de incorporarse.
Los ojos del menor se iluminaron por un momento, a su vez que el agarre se volvía mas fuerte— Te sientes mejor? Dijo  totty que no nos moviéramos de aquí.

—Si... lo estoy Jyushi —mintió. Sus piernas estaban acalambradas y la dificultad para respirar era cada vez mas agobiante, además el infernal frio que hacia en ese lugar borraba cada recuerdo de lo que alguna vez fue su antigua casa y testigo de sus mas grandes pecados con el ex-sacerdote— ¿Dónde ésta Karamatsu?

—Fueron a buscar a Osomatsu~nisan y Choromatsu~nisan, pronto estarán aquí con nosotros y hablaremos del pasado y, nos reiremos de... todo, lo que, pasamos y —su voz se iba cortando con forme a las palabras salían. Ichimatsu con la mirada cristalina predecesora del llanto, coloca su diestra en la mejilla de su hermano mientras esboza una ligera sonrisa forzada llena de tristeza— Todo será como antes, no?. Somos sextillizos...

—Jyushimatsu, No creo que vuelva a ser como antes. —dice con melancolía, y pequeñas lagrimas  rodaban por sus mejillas uniéndose al llanto del quinto hermano— Gracias por ser mi hermano en esta vida, Jyushimatsu.

—Eso... eso suena como una despedida Ichimatsu~nisan -Trato de bromear el menor, pero el semblante de Ichimatsu se veía aún más sombrío.

—Lo es.

**
Los recuerdos tristes dormitan largo tiempo en una de las innumerables ramas de la memoria; se mantienen allí durante años, decenios, la vida entera. Después, un día regresan a la superficie, el dolor que los había acompañado vuelve a estar presente, tan intenso y punzante como lo era en aquel entonces...

—Choromatsu sufrió el mayor castigo. Ser torturado hasta desear la muerte mientras veía como eran asesinados frente a sus ojos uno a uno. Choromatsu no tenia motivos para seguir vivo y acepto la muerte como si fuese una vieja amiga, con la esperanza que nuestro plan funcionaria algún día...

Karamatsu tras escuchar atentamente a Todomatsu sentía como su pecho era oprimido con fuerza. Le dolía el pensar el cómo el dolor de la muerte había atormentado a cada uno de aquellos a quienes consideraba familia, cómo una historia de amor se volvía una tragedia.

Pero ahora estaban vivos, podían ver aquella persona a la que amaron con locura durante su vida pasada pero ese amor tenia un precio muy alto penado por la sociedad, "Ser hermanos de sangre", ¿acaso volvería a ser feliz alguna vez?.
La Cruel realidad le golpeaba de nuevo.

—T-Todomatsu, tu... como moriste? —pregunto por fin el exsacerdote— Como pudiste vivir con tanto dolor...

El menor bajaba la visita, toma la mano de su hermano y sin responder a mas lo obliga a correr por los pasillos del monasterio— Ahora hay algo mas importante y es el encontrar a ese par de tontos. Debo reunirlos a todos en el atrio de la iglesia antes de que la luna llegue a su punto máximo

—Por Dios Todomatsu, eso suena tan mas estúpido!

—Si deseas saber cómo morí debes hacer todo lo que te diga y ahora es momento de ir por todos. Aun no termina este castigo Divino, Nuestra amada libertad está por llegar.

Te EncontréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora