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Akaashi era una persona paciente, no es que el haya nacido así sino es que el destino lo OBLIGÓ a ser de esa manera, de lo contrario desde hacia mucho que hubiese ido a la cárcel y todo gracias a las situaciones que cotidianamente vive...

—Bokuto-san ¿Qué está haciendo en el comedor...? No, espera ¿por qué estás rezando?— momentos como esos se replanteaba su vida y cuestionaba el porqué había llegado a aquel punto, Akaashi nunca fue mala persona, incluso en una ocasión de pequeño le busco un hogar a un perro callejero.

—No hables, me tengo que concentrar para que las malas vibras se alejen...

—¿Malas vibras...? Bokuto-san, iré a comprar cigarrillos, dile a los demás que cuiden de tu alimentación— a sus espaldas pudo escuchar como el búho daba una respuesta afirmativa por lo que salió del lugar sin dudar, pronto su mente comenzó a divagar en las razones por la que aquel tipo acabó de esa forma.

—Akaashi-kun, me alegra verlo— saludó Suga con su típica amable sonrisa que algún día salvaría almas.

—Buenas...

—¿Ha visto a Bokuto? Me gustaría... Disculparme con él— sonrió de la forma más inocente que se podía. Akaashi por su parte formo un 'O' con su boca e intento unir hilos.

—¿Qué problemas hubo con Bokuto-san?

—Solo es... Ugh, tomaré la responsabilidad.

La respuesta de Suga no ayudó en nada, es más, Akaashi comenzó a creer que la castidad de Bokuto había sido corrompida, aún peor, que el ángel, la madre de Karasuno no era tan bueno como solía mostrar en público. Su rostro que en alguna otra ocasión permaneceria impasible, se había convertido en toda una pintura de como se sentía. El pobre peliplateado por un segundo se preguntó que había sucedido y en cuestión de microsegundos rebobinó hasta llegar a las palabras que había dicho antes, palabra inocentes en su mente pero que sin contexto causaría un gran malentendido.

Si, todo en cuestión de segundos, segundos que para ellos se convirtieron en una eternidad.

Con el rostro completamente rojo y un pánico en voz, Suga deseó poder arreglar la situación.

—¡NO! No es lo que probablemente estas pensando... Yo...

Un tercer personaje entró a escena.

—Oh, Suga estas aquí, también Akaashi-kun

El último ya estaba en posición defensiva, normalmente Daichi podría comprender el ambiente...

—Ah, realmente lamento lo de Bokuto, aunque después de todo él tiene cierta culpa por gritar a todo pulmón "¡Todos se encuentran calientes en este lugar!".

Pero en está ocasión no fue así y resultó ser bueno.

Akaashi no quiso preguntar por más información, no deseaba saber que pudo haber visto entre si era un malentendido o no, solo bajo la cabeza y se disculpó sinceramente. Él esta en contra del maltrato animal, pero hará una excepción este día.

...

¿Adivinen quien apareció? Llevaba rato que estaba escrito la mitad de esto, al final las novelas terminaron distrayendome más de lo que pude haber imaginado y por ello apenas realizo una actualización.

En fin, tal vez suba uno o dos capítulos más antes de meditar si terminarlo o no.

Se despide Mika!

▶Kuroo Y El TsukkiYama◀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora