Objetivo

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Creo que todos saben las reglas del omegaverse y no necesitan detalles pero aun así lo aclararé. En la cima de la cadena humana se encuentra el alfa, bien dotado en todos los sentidos; ellos ejercen papeles importantes tanto en la milicia como gobernantes. Los betas son las personas comunes que son la mayoría de la población. Los omegas son el último eslabón en la cadena y pareja reproductora del alfa, no pueden desempeñar papeles importantes como un alfa y tampoco ser más que un beta. Sin embargo es la única especie que puede darle hijos a un alfa y a cambio recibe un estatus o posición beneficiosa para él o su familia.

Es solo un pequeño resumen de todo por que es muy larga la explicación pero espero haber logrado el objetivo de información breve, sino; pueden patearme con gusto xD

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Aquél viaje iniciaba en su propio país en la ciudad de París, su recorrido apenas lo estaba disfrutando pero le era imposible salir de noche por lo que siempre regresaba antes del ocaso. Recién llegaba a su hotel no tan ostentoso para no llamar la atención pero el valioso collar que llevaba en el cuello dejaba en evidencia su estatus social y lo peligroso que era caminar por ahí con eso puesto. No podia solo quitárselo, su madre le habia dicho que sólo su prometido podia tocarlo. Miró a su alrededor por un momento, realmente habia mucha diferencia de su habitación en el palacio; ahí era pequeño y no habia sirvientes que lo vigilaran cada segundo. Era un privilegio del que no gozaba con sus padres. Decidió no darle tanta vuelta al asunto y disfrutar todo eso aunque fuera temporal. Minutos después tocaron a su puerta, dudó en abrir pero finalmente lo hizo sin quitar la cadena que tenía por seguro. Abrió apenas un poco para mirar el pasillo pero ese hombre ahí fuera no era del servicio a las habitaciones sin duda alguna. Llevaba un traje negro a medida que realzaba su poderosa figura pero su atuendo era el único vestigio civilizado que ofrecía su persona ya que su expresión era inescrutable con unos ojos dorados como el oro impenetrable, unos labios firmemente cerrados en una mandíbula reciamente apretada y una tensión que se reflejaba en su rígida postura. Levi tragó saliva e intentó adoptar un tono firme.

-A menos que me traiga la cena, me temo que no puedo permitirle pasar -dijo dudoso el azabache.

El castaño sostuvo las manos en alto para demostrarle que estaban vacías pero sin articular palabra alguna. Levi lo miró extraño, solo quería que se marchara si se habia equivocado de habitación.

-Lo siento, estoy esperando al servicio de habitaciones -intentó explicar Levi desde su posición casi segura.

El castaño dio un golpecito a la puerta con la mano abierta señalando la mirilla. Levi se sobresaltó un poco.

-Las mirillas se instalan con una buena razón, conviene mirar antes de abrir -comentó el castaño totalmente neutro.

El azabache dio gracias de no seguir por ese camino lleno de tensión y ser el único en hablar.

-Gracias, lo tendré en cuenta.

Levi se dispuso a cerrar pero el castaño se lo impidió con el hombro, por más fuerza que ejercía ni la puerta cerraba y él tampoco se movía en lo mínimo. Estaba siendo atacado en un lugar donde nadie podia ayudarlo y temia por su vida. Su corazón comenzó a latir de manera veloz, no tenia idea de cómo habia acabado de esa forma y no queria imaginar lo que seguía si no ponia un alto.

-Les ha causado graves problemas a su personal de seguridad, se quedarán sin trabajo -mencionó el castaño y al pelinegro se le heló la sangre.

Ese tipo sabia quien era, el alma regresó a su cuerpo al saber que no le haria daño pero estaba ahí para llevarlo de regreso al palacio con sus padres o a Alemania lo cual era mucho peor. No queria volver cuando apenas empezaba a saborear lo que era la libertad de aquel mundo hasta entonces desconocido. Dos dias tenia que habia llegado y ya lo habian encontrado, sin duda jugar al escondite nunca fue lo suyo.

Sweet DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora