Continuación

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Levi despertó por sí mismo sin problema y sin que nadie tocara a su puerta. Se levantó de la cama recuperado de la decepción que se llevó la noche anterior y revisó el clóset para seleccionar lo que usaría ese día, no era alguna ocasión especial pero debía seguir el protocolo. Cuando salió de su habitación, se dirigió hacia el comedor; o esa era su intención. Desafortunadamente no había llegado hasta allá por culpa de Eren, esperaba poder encontrarlo por sí mismo pero, tres criados aparecieron justo a tiempo.

- Buenos días majestad, pensamos que seguía en sus aposentos.

Levi los observó un poco y pudo notar la sorpresa en sus caras, quizá esperaban que fuese un poco más perezoso o caprichoso. Lamentablemente para ellos no era así y podía hacer las cosas por sí mismo.

- Buenos días,¿podrían llevarme al comedor?

- Por supuesto majestad, es por aquí.

Al llegar al comedor, Eren ya se encontraba ahí con una taza de café. No podía evitar el encontrarse con él pero podía mantener distancia prudente. La mesa era muy grande para solo unas cuantas personas pero era perfecta para ese tipo de situaciones por lo que tomó asiento sin la intención de mirarlo mientras los sirvientes llenaban la mesa con lo que sería el desayuno.

Eren miraba fijamente cada movimiento que hacía el azabache, sabía lo incómodo que podía ser el simple hecho de ser observado sólo para anotar y destacar los errores cometidos. En ese momento, Levi era la víctima de su juicio y no era para más si era capaz de llevarle la contraria sin importarle las consecuencias. No entendía por qué se sentía incómodo, enfadado y al mismo tiempo sentía una atracción inexplicable. Dejando de lado su instinto Alfa, no podía creer que un Omega captara su atención. Tampoco podía alegar que se acostaba con Omegas cuando lo necesitaba por que su realidad era diferente. Levi era un enigma, era sofisticado pero simple, hermoso pero antipático y tenía un carácter que iba en contra de todo lo que sabía sobre Omegas o sobre él.

- Creí que estarías haciendo berrinche en la habitación.

Levi dirigió la mirada hacia el castaño y sonrió sarcástico.

- ¿Eso te hubiera llenado de felicidad cierto?

Eren no se inmutó ante tal respuesta, solo bebió su café pero ahí estaba esa altanería; esa que no le reventaba la vena en la sien pero que tampoco pasaba desapercibida.

- No, pero creí que estabas...¿Decepcionado?

El azabache frunció el ceño, tenía razón pero estaba dispuesto a no tomar mucho en cuenta lo que pensara él, todo estaría bien si tan solo ignoraba sus comentarios.

- Oh sí, ocupo hablar con tu hermano para animarme, su compañía me haría mucho bien y tal vez podamos llegar a un acuerdo por el bien de ambos.

- ¿También le darás el mismo sermón? -preguntó sarcástico el castaño.

- Quizá él sí me entienda y sienta un poco de empatía o quizá ya lo sienta a comparación tuya.

Eren dejó la taza sobre la mesa y levantó la mirada hacia el azabache justo cuando Zeke entraba al comedor junto con Adham, lo que pensaba decir se quedó en su garganta junto con muchas otras cosas a las que había acertado el más bajo. Levi guardó silencio y se puso de pie inclinándose ligeramente ante la presencia del rubio, esperaba que no hubiese escuchado nada de lo que hablaban momentos antes. Aunque en ese momento prefería que fuese testigo de lo mal que se llevaban.

- Buenos días, me alegra tenerlos aquí presentes -expresó de buen humor el rubio- mi querido Levi ¿Descansaste?

El azabache miró al castaño y al ver que sonreía con burla, se enojó. Luego miró al rubio y le regaló una sonrisa mientras asentía. Eren frunció el ceño y cambió de expresión, no soportaba que Levi mirara a su hermano.

Sweet DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora