El principio del final

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Levi se paseó por su habitación pasado el desayuno, se sentó en la cama y de nuevo no sirvió. La forma en que lo trataba Eren, lo traía ofuscado; se sentía un completo idiota por soñar tan lejos. Al salir, se dirigió hacia la cocina y apenas tomó fruta; miró a su alrededor como si fuese un ladrón para no toparse con el castaño. Era estúpido por hacerlo pero temía que si lo tenía de frente, éste iba a reprocharle el golpe. ¿Qué esperaba si solamente lo miraba como mercancía a enviar con su propietario? Pensó en las pocas posibilidades de que lo dejase pasar por alto y todo lo que queria hacer probablemente ya no lo tendría permitido. No seria nuevo puesto que desde el principio ninguno se agradó y apelar a un lado bueno que no parecía existir era agotador. Se encerró de nuevo y ni así el castaño fue a molestarle o preguntar si seguia con vida, entendía que le importaba muy poco lo que le sucediera sentimentalmente; físicamente era otra cosa y ahí si entregaba todo su empeño por que saliera ileso incluso del aire.

Levi miró el atardecer y prácticamente aplazó un poco el tiempo que no tenía para llevar a cabo sus planes antes del gran evento. Pero ahí estaba, dentro de un departamento nada sencillo; con un Alfa gruñón a su parecer pero que aun así no dejaba de parecerle atractivo. En conclusión estar con él no ayudaba mucho y si perdía más de lo que ganaba. Podía decir fácilmente que su presencia perturbaba la poca paz que tenía, se habia limitado en no pedir mucho y respetar los tiempos que al parecer Eren tenía disponibles para él. Unos tiempos difíciles que se tornaban cada vez más difíciles, en realidad ambos se ignoraban.

Habia contado dos días de actividad en el castaño dentro de su habitación y al no tener mucho que hacer, pudo al menos centrarse en lo poco que tenía a su alcance. Al final se habia estancado en un dilema que para otros podía suponer nada pero, para él lo era todo. Finalmente cayó en cuenta que por mucho que deseara huir, no podía hacerlo y aplazarlo no evitaría que eso sucediera. ¿Entonces por qué no simplemente acabar con todo eso y aceptar su destino? Parecían enemigos obligados a compartir celda.

Eren no sólo tenía cosas que hacer con respecto a su cargo, llevaba días intentando hablar con Zeke pero este no respondía ninguna vez; eso le hacía rabiar. Pensaba que seguramente a su hermano le parecía muy gracioso dejarlo de niñero y en aprietos. Que estuviera entrenado para resistir a sus instintos no significaba que no pudiera darse cuenta de lo lindo que era ese omega. Verlo comportarse de la manera opuesta a la que esperaba o imaginaba era una completa locura. Esperaba alguien caprichoso digno de ser reprendido pero ese niño solo merecía que le halagaran y amaran, era capaz de muchas cosas con solo pedirlo. Tenía unos ojos hermosos y felinos que dejarían en trance a cualquiera, besarlo fue una cuestión de vida o muerte la primera vez pero; no tenía nada que ver con seguir haciéndolo dentro de su apartamento donde solo estaban ellos. Estar a solas para enfriar su cabeza era una buena opción para contenerse y buscar una buena excusa para su hermano era lo mejor que podía hacer. ¿Qué cara debía poner si se enteraba que había tocado lo que no era suyo? De solo pensarlo sentía la traición una vez más a flor de piel.

Aquella mañana fue lo opuesto a lo que realmente pensó que sucedería, no había ápice de molestia pero sí un sentimiento vago de soledad que los separaba. Ambos, de frente y sin mirarse solo tomaban el desayuno que Eren había pedido. Levi seguía enojado por el comportamiento que tenía el castaño hacia él, no le hacía daño a nadie; aún así lo trataba como si fuese un castigo en carne y hueso. Suspiró ante su propia decepción, su curiosidad frenada y la resolución a su verdadero problema.

Eren levantó la mirada y lo primero que observó fue un chico silencioso sumido en sus pensamientos, muy impropio para la realeza que siempre debía ser transparente ante sus súbditos. En lo personal, era diferente, debía por lo menos ser un poco egoísta con respecto a lo que no quisiera que nadie supiera.

Sweet DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora