Continuación

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Levi no mencionó palabra alguna al llegar por que todo había sido unilateral y algo decepcionante, sería un bonito recuerdo ajeno a su realidad si tan solo ese tipo hubiese disfrutado un poco aunque no fuese precisamente su compañía. Estaba cansado de fingir que estaba satisfecho y lo único que realmente quería era tirarse en su cama a lamentarse hasta que Morfeo considerase enviarlo al país de los sueños.

-Nos iremos antes del amanecer Amyr -dijo el castaño al cerrar la puerta del departamento.

Levi, olímpicamente ignoró al castaño y se metió a la habitación para lograr su cometido. Había sido muy sutil al decirle que era un estorbo en su vida y su trabajo. Eren se quedó en plena sala de estar, presenciar aquél cambio repentino fue sorpresivo pero necesario. No confiaba en sí mismo al tenerlo cerca completamente indefenso, sus pensamientos se volvían un caos y solo resistía la tentación de tomarlo, poseerlo; marcarlo. Le resultaba ridículo lo vulnerable y poco resistente que se sentía ante semejante criatura envuelta con atuendos que lo hacían ver adorable. Era un infierno del que creía no lograr salir ileso.
......

Los rayos del sol apenas tocaban la almohada que yacía vacía, Levi había despertado antes del alba para guardar sus cosas; Eren había tocado su puerta minutos antes para avisarle que todo estaba listo. Lo único que no estaba listo y probablemente jamás lo estaría, era él.
Al salir de la habitación con su maleta en mano, dejó que el castaño le guiara hacia el auto y posteriormente al aeropuerto.

-¿Vas a permanecer en silencio todo el tiempo? -preguntó irritado el castaño.

Levi apenas le miró unos segundos antes de subir a la nave y sentarse lo más apartado posible de su custodio malhumorado. Eren sintió que una vena resaltaba en su frente.

-Bien, haz lo que quieras mientras no causes problemas...-masculló luego de ser completamente ignorado.

El avión privado tocó tierra en la basta ciudad alemana justo cuando el sol empezó a tocar los ventanales de los edificios que de a poco se levantaban, los nervios lo devoraban por dentro y por primera vez en su vida sintió que el oxígeno había dejado de llegarle a los pulmones. Era horrible la sensación que atenazaba su cuerpo, no lograba pensar con claridad y sus piernas se movían en automático. Ya no había tiempo para nada, estaría de frente al que sería su legítimo dueño; tragó saliva y deseó tener donde apoyarse cuando el palacio apareció ante ellos. En un país diferente, se encontraba la réplica exacta de su hogar; la misma belleza que había visto por años se levantaba frente a sus ojos, iba en serio su encierro. Al salir de la limusina, evitó siquiera rozar al castaño para no delatarse. Mantuvo los brazos pegados hacia el frente y siguió a Eren por el camino a su perdición, observó de soslayo que él también estaba muy rígido con la mandíbula apretada y todos los músculos tensionados como si librara una lucha interna pero la expresión vacía de sus ojos hacía imposible adivinar sus pensamientos. Odiaba aquél frío estoicismo que le impedía acercarse a él y estaba seguro de que pronto odiaría mucho más la imperiosa necesidad de su presencia.

-¿Y bien?¿Éste será mi nuevo hogar? -preguntó el azabache haciendo uso de su poca resistencia.

Una seca carcajada escapó de los labios del castaño.

-Así es Amyr -respondió el castaño sin ápice de amabilidad.

Uno de los tantos sirvientes que ahí habían, se detuvo al ver al castaño he hizo una reverencia ante ellos.

-Mi señor.

-Adham, he venido a ver a su alteza, ¿Podrías decirme dónde se encuentra? Le he traído a su prometido.

Adham, reacio a mirarlo directamente a los ojos apenas se incorporó lo suficiente para poder hablar con excesiva formalidad.

-Se encuentra algo ocupado pero por tratarse de usted estoy seguro que lo recibirá. Se encuentra en su despacho ahora, con gusto lo escoltaré mi señor.

Sweet DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora