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—¡Maldita sea Viernes! —Grité mientras golpeaba el vidrio.— ¡Dejame salir!
—Señorita ______, el señor Stark me prohibió que la dejara salir de este lugar hasta que el regresara.
—¿Y si no regresa? Mi lugar es con mi padre.
—No puedo dejarla, lo siento.
—Bien, si es lo que quieres.— Saqué el arma que me había regalado Natasha y disparé al vidrio, no pasó nada. Me acerqué al vidrio y coloque mi mano sobre este y lo congelé. Disparé y el vidrio estalló, creí que iba a costar más trabajo. Salí con rapidez de ahí y fui al sótano. Me coloqué el traje que había hecho mi padre para mí y salí hacia donde mi padre.

Lo ví rodeado de varios robots, estaba en apuros. Lancé cohetes hacía ellos,  los destroce y descendí a un lado de mi padre.

—Creo que llegué justo a tiempo.
—¿Qué demonios haces aquí?— Su voz fue severa.
—No te iba a dejar solo.— Se levantó la máscara e hice lo mismo.
—Te necesito en casa a salvo, no en medio del caos.— Se acercó y me tomó de los hombros.
—Papá, no me va a pasar nada, estaré bien, mi lugar es contigo.
—Stark tenías que ser.— Negó exasperado.— Ve y ayuda a evacuar a los civiles. Si algo te pasa te mato.— Sonreí ante su comentario.
—Está bien Iron man.— Le lancé un beso.— Ve y acaba con los chicos malos.— El sonrió y se fue, imité su acción y me encontré a una pareja con niños atrapados en un edificio. Los ayudé a salir y les mostré la ruta de evacuación.

Las cosas se habían puesto un poco difíciles, mi traje se estaba destrozando y no encontraba a mi padre. Ultron me encontró, peleé con él o al menos lo intenté. Me lanzó contra un edificio y me quedé en el suelo un momento. "Señorita Stark, la energía del traje ha descendido a un cinco porciento". Mierda. Me quité el traje y me puse de pie. Lo iba a atacar pero mi padre llegó, se colocó frente a mí y le disparó. Comenzaron a pelear mientras yo lo cubría de los Ultroncitos. De repente me tomaron de la espalda y me elevaron por los aires. Grité y mi padre volteó, iba a ir por mí pero Ultron lo detuvo. Lo tiró al suelo y comenzó a aplastar su armadura, desde donde estaba disparé hacia él una bola de hielo, logré distraerlo lo suficiente para que mi papá escapase de él. Él que me traía como costal de papas me tiró en una de las orillas, logré sujetarme pero sabía que no iba a aguantar mucho. Me estaba resbalando, miré hacía abajo y sentí el pánico apoderarse de mí. La ciudad se sacudió y no logré mantener el agarre, justo cuando me solté sentí que me sujetaron de la muñeca, era mi padre, su armadura estaba hecha añicos. Me sujeté de él, empezó a subirme pero algunos del bando contrario llegaron y lo jalaron, se me resbalaron las manos y caí al vacío. Escuché a mi padre gritar mi nombre y logré divisarlo al asomarse por el borde mientras estiraba su mano, las lágrimas se hicieron presentes en ambos, estaba paralizada por el miedo y ni siquiera podía gritar. De repente sentí como me sujetaban.
—Te tengo.— Era Peter, me abracé a él y me sujetó de la cintura, lanzó otra telaraña y se balanceo para regresarnos  a la ciudad. Cuando estábamos en tierra el me abrazó con fuerza, ya no tenía la máscara y se veía exhausto.

—Te dijo que te quedarás en la torre pero tenías que venir.
—Eso no te importa Peter.
—Claro que sí.—Hizo un ademán exasperado.
—¿Por qué?
—Acabo de salvarte.
—No te lo pedí.
—Lo hice por tu padre, ahora vamos a buscarlo, debe estar preocupado.— Auch. Comenzó a caminar conmigo detrás de él. Al llegar a dónde mi padre corrió a abrazarme.
—Si te digo que te quedes en la maldita torre te quedas ahí ______.
—Perdón, es que no quería dejarte sólo.
—Hablamos más tarde, debemos seguir con la misión.— Miró a Peter y le sonrió.— Gracias mocoso.— Peter sólo sonrió y seguimos salvando al mundo.

*****

—Entonces, Peter y tú...—La voz de Clint me sacó de mis pensamientos.
—¿A qué te refieres?
—Ah, no te ha dicho nada.
—¿Decirme qué?
—No me corresponde.
—Vamos Clint, ¿Me dirá que me odia?
—El no te odia, es todo lo contrario.
—Parece que me odia.
—No lo hace, de hecho te adora.
—Pero él es algo cortante casi siempre.
—Tú no tienes el carácter más lindo del mundo.
—Pero aún así...
—El día que casi mueres él sentía que iba a morir contigo.— Negué y me levanté del sofá.
—No, deja de decir tonterías Clint.— Salí del lugar dejándolo con la palabra en la boca. Me dirigí a la cocina por agua, me senté en la barra y comencé a beberla. Clint se recargó a un lado del refrigerador quedando frente a mí.
—Deberías decirle.
—Si salí de la sala fue porque no quería hablar contigo.
—Vamos niña, sé valiente y enfrenta tus sentimientos.
—No tengo sentimientos por enfrentar.
—Sí los tienes, ahora mismo estás en negación.
—Es que no estoy en negación con mis sentimientos, estoy en negación con los suyos.
—¿Con los de quién?
—¿De quien estamos hablando Clint?
—Aclárame que es lo que no entiendes o no crees.
—Que él me quiera como yo a él. ¿Entiendes? No creo que el me vea en la forma en la que lo hago con él.
—¿Y cuál es esa forma?
—Que el este enamorado de mí.
—¿Y tú si de él?
—¿Es que acaso necesitas peras y manzanas?
—Supongo.
—Que sí estoy enamorada de él, desde hace tiempo.
—¿Y por qué no le has dicho nada?
—Él me odia.— Su voz se hizo presente a mis espaldas.
—Yo no te odio.— Abrí los ojos sorprendida y me quedé viendo hacía el refrigerador. Escuché la risa de Clint y bajé de la barra sin voltear hacía atrás.
—Creo que Tony me llama.
—Yo no.— Dijo Clint.
—Es telepatía de padre e hija.
—No huyas, tienes que...— Empezó a hablar Clint pero salí corriendo por la puerta contraria.

Llegué a mi recamara y salí al balcón.
Estaba hecha un manojo de nervios, maldito Clint.

—Realmente correr nunca es la solución.— Peter estaba colgando justo frente  a mí balcón, solté un grito y caí de espaldas al suelo, Peter saltó de inmediato hacía mí y me ayudó a levantarme.
—¿Acaso quieres matarme?
—Lo que quería era besarte pero no salió tan bien como creí.— Dijo con gracia y yo sonreí.
—Eres un idiota.
—Yo no soy el que confesó su amor sin saber que lo estaba confesando.
—Yo no actúe como idiota con la persona que me gustaba.
—Yo no dije que me gustas.
—Vete o te lanzo del balcón.—lo empujé lejos de mí.
—Es broma— Me tomó de la cintura y me acercó a él— realmente estoy loco por ti, estoy verdadera y profundamente enamorado de ti.
—Yo...
—No tienes que decir nada, ya lo dijiste en la cocina.— Dijo divertido.
—Entonces no sé qué esperas para besarme.
—¿Entonces ya somos novios?
—Jamás dije eso.
—_________.
—Oh, callate y besame Parker.
—Me gusta cuando me llamas por mi apellido.— Dijo y me besó.

Peter Parker One Shots. [En Edición]°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora