A quien le importa ❀

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Towntrap y Owynn se encontraban sentados en una de las muchas mesas que se encontraban en el comedor de la escuela.
El mayor comía una manzana mientras leía un libro asentado en la mesa, y con la mano sobrante acomodaba uno de sus muchos mechones naranjas rebeldes que se salían de su coleta.
Owynn lo observaba, esperando a que su pareja le hiciera una pregunta, puesto su estudiaban para su examen de historia.
El peli-morado tomó una papa frita que tenía en la bandeja de su comida, y la dirigió a su boca, ingresando la mitad del alimento a su cavidad bucal.
Masticó tranquilamente, sin apresurarse a seguir comiendo y admiró como la mirada dulce y tierna de Towntrap veía fijamente el libro. Su ceño estaba fruncido ligeramente y se mordía el labio inferior.
Como si no estuviera leyendo el libro, más bienx estaba pensando en otro asunto, menos en enfocarse a estudiar.

—¿Qué te hizo para seguir pensando en él?.—preguntó Owynn después de tragar la papa que previamente había masticado.

¿A quién te refieres?.—respondió Towntrap, quitando la mirada del libro para prestarle atención a su novio. Sabía perfectamente a quien trataba de referirse el menor, más sin embargo no quería admitirlo.
Igual, sabía que Owynn no estaba muy contento con la presencia del mexicano, puesto que representaba una amenaza para su noviazgo y el de ojos bicolor era feliz con Towntrap a su lado.

—A Eak.—dijo reteniendo todas sus ganas de rodar los ojos y decirle a su novio todo lo que pensaba sobre el ex amigo del mismo. Pero no debía, sabía que todavía tenía un cierto afecto de amigos.

—Oh, ya... no hizo nada más... que llegar. Su presencia me atormenta con el pasado y no puedo dejar de pensar en la manera tan cínica que me dejó.—Towntrap volteó a ver hacia otro lugar, evitando la mirada curiosa de Owynn. Quería llorar de impotencia, pero no podía, o más bien, no debía.

—Tranquilo, Town... Ya no hará más daños, te protegeré, pero por favor... no dejes que te atormente.—Owynn hizo que el mayor lo viera fijamente a los ojos.—No llores, amor. No por favor.—el de cabellos naranjas sonrió con tristeza y después bajó la mirada.

—N-no puedo...—sus palabras se cortaron por el nudo en la garganta que se le formaba.

De fondo, resonaron unos aplausos secos, llenos de sarcasmo. Nadie más siguió ese acto, sólo era una persona aplaudiendo.

—¡Que bonita escena! La que nos dan maricones, pero dejen sus idioteces y dejen comer a uno. Me dan ganas de vomitar con tan sólo verlos.—dijo aquella voz con acento mexicano muy marcado.
Owynn rodó los ojos, tomó la mano de Towntrap al notar que el llanto del mayor se intensificó (más nunca hizo ruido)

—Mira, pedazo de escoria, deja tu homofóbia 5 minutitos y arreglo mis problemas con Towntrap ¿Quién te llamó, estúpido homófobo?

—¿Cómo me dijiste, imbécil?.—preguntó Eak, levantándose de su asiento con mucho enojo.

—No lo voy a repetir dos veces, sordo.—Owynn también se levantó, a diferencia de que cruzó los brazos. Ambos se vieron fijamente, sus miradas reflejaban odio mutuo.
Soltó la mano de Towntrap y cerró su puño, con odio e impotencia. Eak lo notó y sonrió ladinamente aprovechando la situación.

—¿Me quieres golpear, pequeño pendejo?.—dijo con superioridad, Owynn tan sólo se limitó a seguir viendo con odio al chico.—Ven y golpéame si no eres tan maricón.—desafío sabiendo perfectamente las consecuencias, y sobre todo por Owynn.

—No vale la pena amor, ya tienes demasiados problemas...—opinó Towntrap, provocando que la mirada de Owynn bajara para ver a su novio que permanecía sentado con los ojos llorosos. Al menor le entristeció la forma en que su amado lloraba.
Eak tan sólo veía con ciertos celos, puesto que antes, esas miradas eran dedicadas sólo para él... de Towntrap para Eak.
Owynn negó y soltó la mano de su pareja para comenzar a caminar en dirección al moreno, quien sonreía maliciosamente.
El primero en lanzar el puñetazo fue Eak, quien provocó que Owynn retrocediera un poco.
Eso no le impidió devolver aquel golpe, lo cual hizo, pero en el estómago. Enfureció mucho más a Eak, quien en cada golpe aumentaba su fuerza, al igual que Owynn.
Towntrap se estaba cansando de ver aquella escena, así que se acercó a ambos y comenzó por dialogar, sabiendo que no lo escucharían.

—¡Eak, basta, por favor! ¡Owynn detente! ¡No sigan!.—gritaba a todo pulmón, ¿por qué nadie llamaba a un profesor?
Foxy, Springtrap y Deuz trataban de separar a ambos chicos que hasta ahora estaban muy heridos. Onnie calmaba a Towntrap, impidiendo que hiciera una estupidez.
Y la hizo, escapó del consuelo del peli-azul y se encaminó hacia ambos chicos.
Trató de abrirse paso entre ambos y retenerlos.

Los que ayudaban trataron de detener a Owynn y a Eak, pero era tarde, lo obvio ocurriría.

Al intentar remediar las cosas, un golpe fue lanzado hacia Towntrap, haciendo que el chico se tropezara, deteniendo todo.

Owynn se culpó inmediatamente de todo y se acercó rápidamente a su pareja para asegurarse de que todo estuviera bien. Towntrap lloraba en el hombro de Owynn.

Mientras Eak miraba su puño con el cual había golpeado a Towntrap, tenía un poco de sangre.

—¡Idiota, tú lo provocaste! ¡La persona más adorable y linda de aquí está herida por tu culpa!.—gritó desesperado Owynn, con exageración.—No había necesidad de llegar aquí... nos hubieras dejado, sin criticar nuestros gustos.—hablaba con dolor el de cabellos morados.
Eak tan sólo escuchaba el regaño, más sin embargo, no demostró interés.
Al contrario, se fue corriendo al baño, sin escuchar las quejas de Owynn y como uno de los profesores gritaba exagerado al ver aquel desastre.

Homófobo 「Eaktrap✿」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora