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—¿Vamos por un helado? —preguntó el castaño. —El clima está como el mismo infierno.

—Creo que sería bueno. —Tomó su libreta y la metió a su mochila. —Vamos.

Ambos hombres salieron de la cafetería y caminaron hacia la salida, desde que llegó con Hoseok no tenía muchos ánimos como para platicarle la desagradable escena.

Aún así, estaba muy agradecido de que su compañero no lo haya forzado en hablar, ni si quiera podía sacarse de la mente la hermosa sonrisa del mayor a pesar de la situación que se encontraba.

Tal vez ir a la heladería podría distraerlo un poco...

Tal vez cuando llegue a casa pueda pensar un poco más en como pueda arreglar las cosas con Jin...

Tal vez...

Solo, tal vez, pueda ser lo suficientemente valiente como para mirarlo a los ojos sin sentir nervios...

Entraron al local y sin tomarle importancia le pidió a Hoseok que se encargara de su helado, este asintió y se dirigió a la caja. Por parte de él tomó asiento cerca de las máquinas de dulces y dejó su bolso a un lado de él.

Suspiró y se recargó en el respaldo del enorme sofá, ahora se sentía un total idiota por no tener el número de aquel chico. Y si tan solo lo tuviera, inmediatamente le mandaría un mensaje para que se reunieran y pudieran hablar sin interrupciones.

Pero cuando estaba a su lado el cerebro no lograba trabajar correctamente y la mayoría del tiempo contestaba con cosas ingenuas.

Necesitaba hablar con aquel chico o si no en un futuro no sería capaz de hacerlo.

—¿Aun sigues pensando en eso? —Llegó Hoseok con los dos postres y dejó uno en el centro de la mesa.

—De casualidad... —habló nervioso. —¿No sabes quién pueda tener el número de Jin?

—Mhm, eso es difícil. —Se llevó la pequeña cuchara a la boca.

—No puede ser. —Arrugó la frente.

—Pensé que lo tenías.

—Soy bastante despistado como para no habérselo pedido.

—Sílo disfruta de la tarde, mañana puedes hablar con él. —Sonrió el hombre.

Este asintió y se inclinó sobre la mesa para tomar su barquillo y probar de él.

Los minutos, las horas y los días seguían transcurriendo y aun así no se sentía inspirado como para comenzar aquella pintura.

Tan solo deseaba que su corazón estuviera en paz, y así, dejarse llevar con los colores.

HyunJack.

𝘓𝘰𝘷𝘦 𝘮𝘦 [𝘕𝘢𝘮𝘫𝘪𝘯] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora