Capítulo 1: Las cuatro cartas

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(Primer día del primer año).

La niña de abundante cabello castaño caminaba por la estación king's Cross con su boleto para abordar el expreso de Hogwarts, ella mantenía cerca sus libros y materiales, optando por llevar una actitud antipática con lo que sucedía a su alrededor. Llegó hasta la plataforma 9, observó la columna entre la plataforma 9 y 10 abriendo una distancia suficiente para correr, cerrando sus ojos por si algo salía mal.

Todo el ruido desapareció por unos segundos, luego volvió a aparecer, pero esta vez era diferente, no era el sonido habitual de una estación en Londres. Decidió abrir sus ojos poco a poco obteniendo una vista de una estación poco familiar, rodeada de personas frescas, se podía sentir lo diferente en ellas.

Hermione alzó su mirada en la parte superior de una de las tres columnas de la nueva estación, que decía plataforma 9 3/4, justo como estaba escrito en su boleto, así que esperó a que llegara el tren.

Ella fué incapaz de sentir la mirada discreta de un hombre que estaba a sus espaldas, escondido detrás de un pilar de concreto, pues aquel sujeto solo se dedicó a esperar a que ella subiera al expreso de Hogwarts, que se anunciaba con el silbato y una fuente de humo muy densa.

(Cuarto año, actualidad).

Como cada inicio de clases, los chicos esperan en la entrada del bosque los carruajes de segunda mano. Hermione estaba leyendo su nuevo libro de Runas antiguas, era importante para ella ponerse al corriente.

—Llegaron por nosotros —avisó Ron—. sus amigos no dudaron en subir y sentarse para disfrutar el recorrido.

—Bien, es hora de irse —volvió a decir
—, tratando de que el fantasma comenzara a mover el carruaje.

—creo que les hace falta uno. nunca se moverá —dijo Luna lovegood—, señalando a la parte superior del carruaje.

—y supongo que quieres subir? -
—preguntó Ron—. apartando su cuerpo de la entrada del carruaje.

La rubia subió con ellos, eso bastó para que el carruaje comenzara a moverse.

—Por que lo llamas él? —volvió a preguntar el pelirrojo, un poco molesto—. dando la pauta para que Harry y Hermione prestaran atención.

—por que son criaturas que necesitan ser reconocidas —respondió Luna—,
con toda sinceridad. Despejando un poco la vista de los ojos del pelirrojo.

—Es un Thestral, un fantasma de la muerte, no creo que sean criaturas nobles —argumentó cruzando sus brazos—, molesto por no tener una repuesta más asertiva.

—Ustedes no pueden ver lo hermosos que son, justo como la muerte
—Lovegood comentó—, mirando fuera del carruaje, estaba poniendo nerviosos a casi todos ahí, excepto a la Castaña, quién observaba la mirada perdida de la Rubia.

Todo lo demás fueron silencios incómodos, cruce de miradas entre los cuatro chicos y una abundante tranquilidad, hasta llegar a la entrada de Hogwarts, donde el caos volvía a aparecer.
Todos iban apresurados hacía el gran salón, se corría la voz de que el profesor Dumbledore tenía un importante anuncio.

(Gran salón).

—Silencio. De parte de todos los profesores les damos la bienvenida. Hoy me complace ser el vocero de dos noticias importantes en la comunidad mágica -dijo el profesor Dumbledore—.

Todos los chicos murmuraban sobre las posibles noticias de las que podría estar hablando el profesor, pero había mas interés por parte del joven Ron weasley, el chico pensaba en las próximas selecciones en el Quidditch, dónde tendría una nueva oportunidad de mejorar sus habilidades como guardián.

Hermione Granger: y el cáliz de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora