Capitulo 18

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Después del gran putazo que le propinó a la amaneza, ambos chicos lo tomaron de brazos y piernas para meterlo con sumo cuidado y cautela a la fonda -Fantástico Hiro ¿Que le diremos a doña Teresa si se llega a enterar?- cuestionó el menor tratando de no tropezar por cuarta vez consecutiva

-Oh vamos mi morenito en primera no tiene porque saberlo y en segunda, sólo está desmayado- el japonés miro el rostro de la "Víctima" por un momento, notando que presentaba ni un signo, o al menos no lo percibía -...O tal vez no...-

-Hiro ¿Que paso?- al entrar a la habitacion una voz detrás de ellos hizo que por fin sintieran lo que era el temor mientras su piel se erizaba completamente -Hiro- mencionó de nuevo haciendo que el mayor tomará valor y por fin volteara encontrándose con el invento de su hermano

-Ah Baymax...- suspiro frunciendo el seño -¿Estas loco? ¿Quieres darme un parocardiaco?... por un momento creímos que eras la señora- soltó las manos de Marco (Sin querer) haciendo que su cuerpo se escuchará como un simple costal de papas viejas -...Ups, lo lamento-

-Ya veo que están metidos en un problema... ¿Porque lo asesinaron?- pregunto el hombre globo mientras inclinaba la cabeza de una manera adorable

-No lo matamos Baymax... tan sólo... ¡Se desmayó de la impresión de verme llegar!- el robot asintió escaneando el cuerpo de Marco

¤¿Esto es enserio?¤

-Creo que tengo la solucion- Miguel ignoró por primera vez al genio de la robótica para poner atención al asistente personal

-¿Cual es Baymax?- el mencionado comenzó a reproducir la película de Blanca Nieves en su estómago -No entiendo ¿A que viene esto?-

-Es simple, mi recomendación es... un beso- Miguel comenzó a reir aceptando de una manera tan modo perra ON

-Creo que es la única opción mi chinito- poco a poco el moreno se fue acercando a la boca del charro azul, tal vez era la tan esperada oportunidad de entender si era la digna competencia del japonés o un simple amor de pasada

-¿A donde? ¿¡A donde niño!?- Baymax como siempre lo único que hacía era tomar fotos discretas -Tu no harás nada mientras este con vida-

-¿Entonces cual es tu gran idea?... ¿Dejar que se muera?- el mayor lo miro sadicamente asintiendo -¡Jiro!-

-¡Oh cielos santo!- sin mas unio los labios con el charro, en ese momento Hiro no sabía si sentir ¿Repugnancia ? ¿Vergüenza? ¿Cariño? ¿A..amor? ¡Ay no que asco!

-¿P..pero que haces?- Marco abrió los ojos topandose con Hiro frente a frente -¡Sueltame! ¡Pero que pinche asco cabron!- lo empujó lo más lejos que pudo limpiandose la lengua constantemente -¿Porque no me beso mejor ese morenito de ojos pispiretos?-

¤Verga, verga ¡Verga!¤

Miguel miro por un momento los ojos ojos ámbar del contrario -Pues porque no es correcto, ahora si me haces el gran favor de salir... más tarde hablaré contigo Marco- sin entender nada el mencionado salió de ahí con una terrible jaqueca y una abertura en la frente

-Vaya vaya mi chinito, esta foto irá directo a mi fondo de pantalla- sonrió picaro el mexicano tumbandose en la cama -¿De nuevo se te subió el chamuco?- rodó los ojos al mirar al chico japonés en el umbral

-¿Si y que?- se cruzó de brazos sin mirarlo aún -¿Que no puedo?-

-Haz lo que se te plazca... puto- tomó su guitarra y salió de la habitacion-¡Tal vez aún encuentre a Marco en la salida!- bajo con cuidado las escaleras dispuesto a irse esta vez con el charro... de no ser por los brazos delgados de Hiro

-Ya... perdoname, no quiero volver a perderte Miguel- el moreno sonrio acariciando lentamente las manos del contrario -Sólo necesito saber una cosa ¿A quien prefieres?-

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Una vez dentro de la cama, mientras ambos se encontraban abrazados, Miguel no paraba de pensar en la pregunta de Hiro, aún no sabía si eran competencia o Marco sólo era un capricho -¡Ah!- dio un leve quejido despertando a Baymax

-¿Que sucede?- salió de su empaque acercándose lentamente preocupado -¿Sientes alguna molestia?-

-Emmm no Baymax, estoy bien- apartó la mirada del contrario con cierto pesar, se sentía mal, de esas veces que te duele el estómago de sólo recordar lo que te atormenta

-Vamos Miguel, confía por una vez en mi- extendió su gran mano tranquilamente siendo recibida por el menor -Platicame- ambos se sentaron sobre el frio techo de la fonda admirando la hermosa luna -¿Y bien?-

°Tu Música Es Mi Ciencia° ||Hiroguel||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora