°Tu Música Es Mi Ciencia° ||Hiroguel||

Capítulo 9

El resto de la semana fue tan divertida para los chicos, si no estaban escapando de la familia para darse besos, estaban recorriendo toda Santa Cecilia para que Hiro probará de todo... aunque bueno, estas salidas tenían sus errores

||FlashBack||

-Mira mi chinito, un flor para otra flor- Miguel le paso un ramo de lindas flores naranjas del parque en donde se encontraban -Ammm no creo que esto sea bueno Miguel- el mexicano con la más grande inocencia que lo caracterizaba se la dio de todas maneras dándole un beso tronado en la mejilla... terminaron en el hospital

-No pensé que era alérgico, perdon- lloraba preocupado rogandole al doctor que lo salvará -Chico, ya te dije que está bien, de hecho esta atrás de ti- Miguel volteo encontrándose con Hiro -Ah-

||Fin del FlashBack||

-¿Aún sigues molesto conmigo?- pregunto el moreno detrás de su amado -Ya te dije que no Miguel ¿Porque me sigues?- pregunto algo molesto mirando su reloj -No por nada, que te diviertas en tu escuela ash- dio vuelta triste secándose las lagrimas -Mi morenito, perdon- lo detuvo de la mano y lo abrazo -No llores por favor-

-Ando algo sentimental últimamente Hiro, así que debes entenderme- el mayor río y beso su frente -Te veo luego ¿Si?- Miguel asintió regresando a casa -¿Algo que me quieras decir mijo?- pregunto su mamá saliendo de la cocina -Ammm si es por lo de la escuela, ese niño se lo merecia- la mayor sonrió negando -Me refería a Hiro y a ti, han andado muy cariñosos ¿No crees?- el moreno trago saliva

-Claro que no mamá, sólo somos buenos amigos- la señora no muy convencida siguió su camino, el moreno suspiro aliviado y se dirigió al cuarto para tocar un poco -Ay papá Héctor ¿Debería de declarar a la familia de mi relación con Hiro?- miro un momento su retrato tocando arcodes sin sentido

- Ay Miguel, como te cansas eh- hablo el japones dejo su mochila a un lado del escritorio y empezó a trabajar -Te dije que no me he sentido con ganas- suspiro levantandose -¿En que trabajas ahora?- se paró a su lado observando unos planos -En unos arreglos para Baymax, lo haré un superhéroe- el menor río levemente y lo abrazo por el cuello -Mi chinito hermoso bebé-

-Miguel dejame trabajar- el mexicano hizo caso omiso y prosiguió a besarlo detrás del oído -N..no, enserio debo seguir trabajando- los besos siguieron subiendo de nivel -¡Miguel!-

-Ashhh ya ves, siempre me alejas de ti- comenzó a hacer puchero y sus ojos se cristalizaron -Esta vez no caere ... enserio tengo mucho por hacer- siguió escribiendo viendo de reojo al menor -Tingi michi pir hicir- resongo acostandose

-Pareces señora embarazada... y el dramático soy yo- giro la silla en dirección a la cama -Que tierno eres ¿Lo sabes?- siguió escondiéndose entre las almohadas sin hacer caso -¿En donde está mi Miguel?- el moreno asomó lentamente los ojos -¡Ahí está!-

-Eres un tonto Hiro- el chico japonés entró a la cama abrazandolo por la cintura -Pero soy tu tonto y es lo que importa- Miguel negó -No, sólo eres un tonto-

-Bueno, como tu quieras, sólo no llores si no te vuelvo a hacer caso- se levantó para seguir con su trabajo, esa noche fue así, pelea, reconciliación, pelea, reconciliación -Hiro, son las 4 de la mañana ¿Te podrías acostar ya?... ¿Hiro?- Miguel se sentó preocupado -¿Hiro?- volvió a preguntar acercandose a su amado -Aw- sonrió enternecido al verlo completamente dormido -Descansa mi amor- le beso la frente colocandole la cobija

-Así que chicos, veo que se llevan mejor ¿No?- pregunto mamá Elena dejando la comida en la mesa -Más de lo que cree, es como...- calló al ver que todos lo miraban raro -Como mi hermano, no mal inteprenten-

-Yo crei que saldrían con su historia de amor a primera vista- contesto el tío haciendo que los chicos se coloraran completamente -Ay tío por favor, yo soy un hombre hecho y derecho, no saldría con esas cosas- "Diablos" penso mirando como Hiro se levantaba molesto, Miguel se disculpó con la familia y alcanzó al prodigio de la robotica pegandolo a la pared

-Crei que esto había quedado en claro, no tienes porque enojarte- reprochó el moreno tomando sus mejillas, el japones bajo la mirada -¿Que tienes ahora?- .... -Le conté a mi tía sobre nosotros-