Confiesate. (Naraku Y Tn)(Finalizada)

7

Amo ese lugar, aun sigue retumbando en mi cabeza las palabras de naraku y lo que sucedió la noche anterior. Si lo hizo para tenerme en su cama lo logro, me engaño.

Me encantaría meterme al agua pero hoy esta helada. Además necesito un respiro del agua salada, me senté en la arena, no me importa estropear mi ropa.

-Gracias. -Le sonreí al camarero del lugar y vi lo que me entrego, un teléfono. Escuche que llegó un mensaje y lo revise.

"-Se divierte señorita?"

Ya se de quien hablamos, es Naraku y sus juegos. Deje el teléfono a un lado y suspire, cambie de opinión, es hora de meterme al agua. Como siempre me saque la ropa, nunca he venido con un bañador, simple me meto en ropa interior.

"-Deberías empacar tus cosas" -Ahora le envié yo.- "Maya cambio el vuelo por lo que habías dicho y sale mañana sin excepciones." -Termine y deje el teléfono a un lado.

Me metí al agua, esta helada pero no tarde en acostumbrarme, necesito relajarme. Tantas cosas juntas me da dolor de cabeza, ser la secretaria de Naraku, es muy intenso.

-No te me acerques. -Lo mire y el Sonrió como niño inofensivo.

-Confiesate Tn. -Se acercó cada vez más y más. Hasta un punto en el que no logre retroceder o terminaría muy profundo.

-¿Confesar que?

-Me deseas tanto como yo a ti. -Me acerco a él.

-No se equivoque, lo de nosotros fue simplemente sexo y más nada. -Sus labios están muy cerca de los mios.

-¿Sexo? -Soltó una carcajada, cuanto lo odio. Detesto que me encante tanto como rie. -Se diferenciar perfectamente entre sexo y hacer el amor.

-Confiesate. -Cambiare los roles.

-Dime exactamente lo que quieres saber.

-Deja de andar diciendo babosadas y simplemente confiesa que me amas. Confiesa que no dejas de pensar en mi desde aquel día.

-Lo confieso. -Me he quedado sin palabras, esperaba que dijera cualquier cosa menos que lo aceptará. -Se lo que piensas, esto no se puede es mi jefe y blablabla. Pero hay algo que no tomas en cuentas.

-¿Que? -Lamio mis labios.

-Mientras yo este en ese lugar para tentarte, caerás, caerás y volverás a caer cuantas veces sea necesario. Así que Confiesate, en tan pocos días me he convertido en ese tipo de droga que te mantiene viva cada día.

-Tú ganas. -Me ha desenmascarado por completo. -Lo confieso.

-Entonces con tan sólo oír eso me puedo ir en paz. -Me beso.- Tenemos un juego que terminar, no lo olvides. -Y desapareció de mi vista.

Se lo que se dedicará a hacer, es tan ordenado. Desgraciadamente todo sale como el quiere y cuando el quiere.

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Desperté agitada, estúpido sueño, hasta en mis sueños debe aparecer. No se quien llamo al estúpido periodo pero este se hizo presente. Las hermosas sabanas de color rosa pálido ahora se encuentran teñidas de un rojo intenso.

Llame a la mucama y me dirigi a el baño, para cuando salí todo se encuentra en un perfecto estado. Lo único que es extraño son esas voces en la sala de la habitación, pude echar un vistazo de inmediato pero preferí cambiarme y luego ver que estaba pasando allí.

-Señor y Señora. -Los intrusos son los padres de Naraku.

-¿Donde esta mi hijo? -Es mandon su padre, no usa ni un poco de delicadeza a diferencia de su madre.

-No se encuentra. -Me enoje, soy fácil de enojar. Mi tono es frío y cortante.

-¿Donde se ha ido? -Ahora pregunta su madre con gentileza.

-Le surgió un imprevisto. -Le respondí de forma gentil, el tono frio y cruel es solo para su padre.

-Te lo advierto mujersuela, si pretendes dañar a mi hijo te irá mal.

-Mire señor, a mi no me confunda con otras y espero jamás en mi vida tener que volverme a topar con usted. Al parecer sus padres no le enseñaron a respetar a los demás. -Le deje con la palabra en la boca y salí de ahi, no sin antes escuchar a la madre de Naraku reir y decir "Te lo dije, no es igual a las demás".

Me fui directo al aeropuerto, entretuve mi boca con papitas y dulces, olvide desayunar por el tremendo enojo que cargo. Tampoco traje pastillas para el dolor de cabeza y la menstruación me esta matando.

Eso no impidió que hiciera mi trabajo. Termine todos los papeles justo a tiempo.